¿Harvey?

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Louis se dejó caer sobre el sofá, tapándose con la manta hasta que cubrió todo su cuerpo. Había estado un rato buscando entre las cajas algo para taparse, ya que el día se había presentado más frío de lo que se esperaba, y la calefacción en su apartamento no funcionaba todavía. El casero le había avisado con anterioridad, pero Louis decidió pasar de su consejo, porque así era él. Confiaba ciegamente en su criterio y acababa cagándola.

Y sin duda su mayor cagada había sido decidirse cambiar de piso. Que sí, estaba más cerca de la academia donde enseñaba a tocar el piano, pero era mucho más caro y su sueldo apenas le daba para cubrir los gastos. Además, no podía hacer absolutamente nada. El wifi no estaba instalado y la cobertura era mínima. Se maldijo por no haber tenido en cuenta eso hace unos días, porque hubiera contratado una línea de internet para no encontrarse con ese impedimento.

 Lo que le cautivó de aquel piso era su enorme salón. Según su casero, la mujer que vivía justo al lado falleció, y por lo tanto ahora ambos se conectaban. Era ideal, porque su piano cabía de sobra, y además su habitación era espaciosa. Pero le sobraban el resto de habitaciones. Todo era demasiado grande para él. Quizás tenía que haberlo pensado antes. Pero ya estaba hecho, ¿no? Al fin y al cabo solo era un alquiler, no es como si fuera a estar ahí toda su vida. 

 Odiaba admitirlo, pero la música no le estaba llevando a ningún lado. Solo era un profesor mediocre de 27 años que se preparaba para formar parte del mejor conservatorio de Londres.  Solo era una tonta ilusión, por supuesto que no iba a conseguirlo, pero a veces le gustaba imaginar como sería su vida si se cumpliera.

Jugaba con el móvil entre sus manos, cuando este comenzó a vibrar y lo cogió rápidamente, casi ni dejando que llegara a sonar. Al otro lado de la línea, Niall sonreía sabiendo que su amigo estaba tan aburrido que seguramente estaría jugando al tetris.

- ¿Un mal día, Tomlinson?.- Louis rebufó y Niall soltó una carcajada.- ¿Cómo ha ido la mudanza?

- Mal. Casi me quedo sin piano y encima vivo en un puto bloque en el que la edad media está en torno a los 50 años.Y ya para mejorar todo, no tengo calefacción, ni wifi, ni cobertura. ¿Entiendes mi sufrimiento, rubio de bote?.- Louis alzó un poco la voz. Decidió relajarse, su amigo no tenía la culpa de que no hubiera preparado las cosas antes.

-Tienes que aprender a calmar la frustración. Tus problemas del primer mundo se pueden arreglar, ¿sabes? No es como si estuvieras en la calle.- Louis puso los ojos en blanco, y Niall pudo imaginarse este gesto aunque estuviera al otro lado de la línea.- Bueno, ¿qué te vas a poner hoy?

-¿Qué me voy a poner hoy? Pues el pijama.- Louis sonríe irónicamente y no obtiene respuesta por parte de Niall, por lo que empieza a preocuparse.- Espera, ¿hemos quedado hoy?

- Vale, ¿estás de broma, no?.- niall suelta una risa nerviosa, y ante el silencio de su amigo, comprende que no está bromeando.- no me puedo creer que te hayas olvidado del cumpleaños sorpresa de Zayn.

-¡Lo siento, Nialler!.- se incorporó en el sofá.  ¿Cómo había podido olvidarlo? Hacía días que hablaban de ellos, Niall tocaría con su grupo en el local de su hermano y esa sería la excusa para traer a Zayn.  Y por si fuera poco, le tocaba a él comprar el regalo, ya que Niall había estado fuera de Londres durante estos días. -Es que con el tema de la mudanza la cabeza me va a explotar, ni siquiera se me había pasado por la mente.

- Dime por lo menos que te has acordado de comprar el regalo.

-Mmm, cla-claro, Niall. Eso no se me olvidaría.- Louis se pasa una mano por el pelo nervioso y Niall resopla.

-Mira, haz lo que quieras, pero esta noche te espero en el garden y te juro que si vienes sin el regalo te ma...

- Vale, Niall. Captado. Recibido. Tendrás el regalo. ¿Vale? Y ahora te dejo, que tengo muchas cosas que hacer. 

Louis colgó antes de que Niall lo sermoneara con su discurso de ''te lo dije, siempre te pasa igual''. Cogió rápidamente su chaqueta y las llaves y salió corriendo de casa, no sin antes tropezarse con la alfombra que había colocado en la puerta. Niall se la regaló unos días antes. Le hizo gracia el mensaje que Niall había elegido, ''Amigos, bienvenidos. Familia, cita previa''. La quitaría de ahí, eso lo tenía claro, porque estaba seguro que no sería la última vez.

Se encontraba de rodillas en el suelo, riéndose de si mismo. Si, vale, era un torpe y un olvidadizo, tenia razón Niall. Pero no lo iba a admitir, primero estaba su orgullo. 

Justo cuando estaba incorporándose, se encontró a alguien que le miraba fijamente desde arriba. Louis dió un sobresalto y se incorporó posteriormente, haciendo como si esta situación no era real, ni se estuviera muriendo de vergüenza. 

-Eh, esto yo, bueno que... no me he caído, ¿sabes? es que la alfombra no está bien sujeta al suelo y...-  la cara del chico le sonaba de algo, y de repente se acordó él. Joder, ¿Cómo se llamaba?.- Ah, eres tú, mmm ¿Harvey?

- Harry.- ambos sonrieron algo incómodos, quedándose en silencio.

-¿Querías algo o...?

-No, no. Vengo de casa de Sarah tenía que devolverle algo y... bueno eso.

-Oye, que siento lo de esta mañana.- Louis contesta cortante, casi ignorando las palabras de su vecino.- Es que bueno estaba un poco nervioso por la mudanza y tal, y luego el piano que todo el rato estaba cayéndose y que si no cabía por la puerta y... no sé por qué te estoy contando todo esto.- Harry sonríe y dos hoyuelos aparecen marcados en su cara. 

-Oh... no pasa nada, supongo. -Harry ve como su vecino de los ojos azules mira el reloj y se lleva las manos a la cabeza.- Oye, quería comentarte qu...

-¡Mierda, mierda, mierda! ¿Sabes de algún sitio que pueda comprar cosas muy frikis? en plan, muy frikis.

-No sé, depende de a lo que te refieras. ¿Qué significa ser friki para ti? Yo creo que es subjetivo

- Pues cómics y eso, no sé, algo friki. - Harry se queda pensativo y antes de poder decir nada, su vecino ya estaba corriendo escaleras abajo. ¿Acaso no sabía que había un ascensor? Quizás así quedaba más dramático. Tenía que dejar de aplicar su filosofía cualquier conversación de su vida diaria, estaba seguro que eso era lo que había hecho que el chico de los ojos azules saliera pitando sin poder explicarle dónde estaba esa tienda, aunque él no solía frecuentarla mucho.

Se había armado de valor para subir y decirle a su vecino que, por favor, tocara el piano en unos horarios más adecuados (aunque quizás era algo subjetivo, adecuados eran para él). Le había dado muchas vueltas, pero finalmente se convenció de que realmente no era para tanto. Todavía le temblaban las manos y aún así no había podido decirle nada. 

Quizás el destino intentaba decirle que tenía que volver a sus apuntes.


EUNOIA - some things are meant to beDonde viven las historias. Descúbrelo ahora