-Caro-
Me encantaría decir que mi vida es hermosa, que tengo dos padres increíbles que me aman mucho, que en el colegio soy la más popular y tengo muchos amigos.
Pero la realidad es otra, no todo es color de rosa en la vida, un cuento, es la realidad pero me gustaría imaginar que estoy en un libro, donde la protagonista se enamora, supera sus miedo y viví feliz junto al amor de vida pero eso no va a suceder, menos a alguien como yo que esta destina a sufrir.
Veo el collar que era de mi mamá, es lo único que logre rescatar cuando mi papá se deshizo de todas sus cosas después que nos abandonaras cuando tenía 9 años y desde ahí mi papa cambio, me culpo que ella se fuera.
Todo cambio cuando cumplí 12, podría decirse que fue el peor día de mi vida. Aún recuerdo el momento que entro a mi cuarto, borracho, gritando que no merecía nada bueno en la vida, pensé sería como otros días pero esa vez no fue y ya me tomo y hizo lo peor que se le puede hacer a un niño, me violo, mi papá me violo y me dejo sucia con ganas de huir pero no tengo donde ir.
Tengo 16 años y siento que nada va a mejorar. Mañana empiezan las clases pero para mí comienza el infierno, lleno de maltratos, insultos y todo solo por sacar buenas notas ¿Tan malo es ser buena con las materias? Ojalá algún día encuentre una respuesta.
Con todos estos pensamientos es muy difícil dormir y menos que el nerviosismo que tengo por las clases de mañana.
- Joaco-
Hoy nos volvemos a Buenos Aires a causa de que mi madre quiera estar más cerca de la familia, hemos estados mucho tiempo en España así que es hora de que volvemos. Siento que me hará muy bien empezar de cero, olvidarme de los problemas tontos que tengo aquí, no me gusta huir pero necesito un nuevo aire.
-Joaquín vamos que se nos hace tarde –grita mi mamá-tu papá nos está esperando en el auto, apúrate.
-Ya voy-guardo las últimas cosas, veo mi cuarto y me vienen tantos recuerdos-Nueva vida allá voy.
-Caro-
Me desperté, un poco animada para ser sincera y esto no ocurre muchas veces. Voy al baño y hago lo habitual, al salir veo mi uniforme, un pollera roja y la camisa blanca de siempre. Me miro al espejo e intento sonreír pero solo me sale una mueca, mi apariencia no está mal, mis ojos están un poco más verdes hoy ya que a veces suelen estar un poco más grises u oscuros, depende mucho del día. Mi pelo lo dejo suelto para que me tape un poco la cara, tal vez nadie se fije en mi este año y pueda tener mi primer año de preparatoria en paz.
Bajo muy lentamente la escalera porque no quiero molestar a papá.
-Papá ya me voy a la escuela -mi mira por un segundo, con odio claro y después vuelve a lo suyo-
-Solo vete-solo asiento y voy hacia la puerta- no olvides que después de clases te daré un regalo por el comienzo de clases y espero que no grites esta vez.
-Si Papá –Tengo la voz quebrada ¿Por qué me toco esta vida?-
Llego al colegio, aún es muy temprano pero prefiero eso que a estar con mi papá. A esta hora casi nadie llega por eso estoy tranquila deseando que esté momento de tranquilidad dure, decido ir a sentarme de las gradas.
¿Porque me tuvo que tocar esta vida? Que hice de malo para sufrir tanto, lagrimas empiezan a salir sin ni siquiera darme cuenta.
-Disculpa ¿Estas bien?-¿Me habla a mí? Por favor que no me haga nada.
-Joaco-
Llegue a Buenos Aires y fue un viaje más largo de lo que esperaba pero por fin llegamos y vamos en dirección a la nueva casa, esperando que lo sea por mucho tiempo, porque conociendo a mi papá no me sorprendería que quiera mudarse de nuevo.
