–Papi, ¿por qué lloras?– Seokjin también tenía lágrimas en los ojos.
–Si tú lloras, nosotros lloramos– avisó Namjoon de la misma manera que su hermano.
–¿Fue el señor Tae?– habló esta vez Jimin con cara enfadada.
Sus hijos estaban alrededor de él hablando sin parar, no podía dejar de sollozar y soltar lágrimas. No se sentía bien por ello, Jin comenzaba a llorar por igual.
–Vamos a regañarlo– le dijo Nam a los mellizos– hizo sentir mal a papi.
–¡Si!– gritó Jin a pesar de que su rostro estaba rojo y mojado.
Los tres salieron de la habitación corriendo y gritando, Hoseok se quedó acostado sobre la cama de Namjoon. Cuando se sentía angustiado, el aroma de sus cachorros lo reconfortaba. Aunque pensándolo mejor, no había sido buena idea ir, sus hijos habían entrado y lo vieron en ese estado.
Escuchó más gritos venir de alguna parte de la casa. Sus hijos habrían encontrado a Taehyung. Pero el lobo mayor no tenía la culpa, era él. ¡No podía reaccionar así! Solamente le había hecho una propuesta, pero se había asustado. Su mente inmediatamente volvió al recuerdo de cuando aceptó el cortejo de Songmin. Taehyung no era Songmin, suficiente se lo había demostrado, pero no podía evitar hacer comparaciones. Por la situación.
Sintió pasos venir, angustiado giró la cabeza a la pared para evitar que alguien viera el estado en el que estaba.
–Hoseok– escuchó hablar a Taehyung de la puerta.
Se movió para alejarse, pegando su cuerpo a la pared, sin querer ver al lobo ahora. Su reacción ridícula le avergonzaba, Taehyung no merecía recibir algo así. Aparte de que seguía sin tener una respuesta a la pregunta que le había hecho.
–Perdón– Taehyung aun así entró, pero nunca llegó a tocarlo, le dio su espacio– no debería haberlo hecho, tendría que haberlo pensado mejor.
Hoseok volteó a verlo y supo que Taehyung por poco no se le acercó. Sus manos estaban cerradas en puños y se inclinaba hacía adelante. Su rostro debía estar rojo y mojado por el llanto. Sabía que el lobo no se medía cuando se trataba de protegerlos o consolarlos, pero ahora se contenía porque era obvio que estaba muy angustiado. Después de mudarse al centro de la manada, hace dos meses, habían tenido algunos problemas y nervios por el nuevo lugar y personas. Pero Taehyung siempre estuvo a su lado por si necesitaba algo o si se sentía abatido.
–¡Taehyung!– gritó como pudo cuando percibió que el lobo se iba.
El hombre no salió, permaneció sin verlo, dándole la espalda. Hoseok estaba seguro de que el hombre había visto sus acciones como un rechazo, lo que estaba muy alejado de la realidad.
–Q-quiero a-aceptar– Hoseok se sentó en la cama y bajó la vista a sus manos unidas en su regazo, nunca esperó una situación así– pero no sé si funcione, es qu...
–Está bien, no tienes porqué dar explicaciones– Taehyung salió de la habitación sin dejarlo hablar, cortando su intento de explicarle.
El chico de 19 años sintió una fea sensación, también se sentía rechazado. Estaba cansado de su cobardía, se sentía diferente a los demás lobos que veía en la manada. Todos felices, seguros y confiados. Apretó los dientes y se paró de forma apresurada. Salió corriendo detrás de Taehyung. No podía dejar las cosas así, no se lo merecían ninguno de los dos. Por ese segundo, mandó a volar los malos pensamientos que inundaban su cabeza.
Bajó a tropezones la escalera, temiendo caerse, pero sin poder detenerse. Llegó abajo, jadeando y con su pie derecho doliendo por un mal movimiento. Taehyung estaba sentado en el sillón siendo aparentemente regañado por los tres niños. Sorprendentemente, Jimin estaba en el medio, y era el único que hablaba. Su expresión enojada, se veía tierna con sus mejillas gorditas y rojitas.
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Por sus cachorros •Vhope• [Adaptación]
KurzgeschichtenHoseok es echado de su manada, llevando a sus tres hijos con él. Cuando terminan metidos en un territorio al que no pertenecen, Hoseok se ve obligado a someterse a un hombre desconocido. Y ahora, nadie puede asegurar que va a pasar, pero Seok hará l...