Metí mis manos en mis bolsas y acomode mi mochila, ¿qué fue todo eso? No sé qué ocurrió y estoy segura de que no fue un sueño, lo que yo ví era tan real. He de admitir que el demonio era tenebroso y con un aura muy pesada y macabra pero eso no le quitaba lo sexy a su voz.
—Demonios. —dije intentado borrar el pensamiento que había pasado por mi cabeza.
Llegué a casa y abrí la puerta con mi llave esperando a mi madre en el sofá con mi padre llamando a la policía por no haber llegado a dormir pero la realidad era muy diferente.
"Llevamos a tu hermano al campeonato de Jockey, nos vemos en una semana, te amamos.
Atte: Mamá y papá."
Dejé la nota en dónde estaba y me tire al sillón.
—Genial, acabo de hacer un ritual satánico y mis padres no están. ¿Qué sigue? ¿En la noche se irá la luz y aparecerá Slenderman? —prendí la TV pero no había nada bueno, la mayoría de programas eran de ciervos salvajes, hasta en Disney estaba Bambi, dejé Disney y sin querer que quede viendo un maratón de películas animadas.
Apague la tele al no ver nada más bueno y puse un poco de música para hacer la cena, me puse el mandil de mamá y comencé a cocinar una sopa instantánea.
—Dios, esto es tan complicado. Si logro hacerlo estoy lista para Master Chef. —susurre leyendo las instrucciones pero de un momento a otro la luz se fue.
—¿Qué pretendes dios? ¿Qué lea las instrucciones con mi rayo laser? —deje la sopa en la mesa y salí de la casa. Aún traía mi uniforme y podía ensuciarlo pero ya había salido de vacaciones así que no me importa mucho.
—Ok, mi padre me dijo que si se iba la luz me fijará si en las demás casas había pero que crees papá, vivimos en un jodido bosque donde lo único que podemos ver son árboles, según yo las ardillas tampoco tienen luz. —hable conmigo misma mientras caminaba unas cuantas calles a la casa más cercana la cual era de la señora Collins, una vieja loca, siempre la saludo pero ella me manda a la mierda.
La ví fuera de su casa tejiendo y me acerque a ella, vieja loca, es de noche, nadie teje a estas horas. Antes de que pudiera pisar su césped se levantó de su silla y camino hacia mí.
—¡Traes a un demonio contigo! ¡ALÉJATE DE MI CASA! ¡NO QUIERO NADA QUE VER CON ESE DEMONIO! —grito apuntandome con su aguja.
—Esta loca, solo vine a ver si tenía luz. —dije ofendida y regresando a casa.
—Ok, esto ya me está dando miedo, no hay luz, hice un ritual satánico y según la vieja hay un demonio conmigo. Demonio, ¿puedes ayudarme a prender las luces de mi casa? Oh sí, lo olvidaba, los demonios te matan. —dije caminano hacia la entrada de mi casa. Tome la manija de la puerta pero está no abría.
—Demonios, voy a llorar. —grite haciendo un berrinche. Camine hacia los fusibles e intente arreglar la luz pero lo único que logré fue electrocutarme.
Tome una piedra y la avente a mi ventana para romperla y meterme por esta. Cuando logré meterme y la luz regreso.
—Jaja. —fingi una risa y camine hacia la mesa por mi sopa pero en lugar de eso estaba una radio vieja. Tragué en seco y negué con la cabeza.
Sentí una presencia detrás de mí y solté un suspiro ahogado.
—Radio Demon, un placer, creo que ayer no tuvimos tiempo de presentarnos. —solte un grito y corrí hacia la cocina para tomar un guante de cocina y lo avente al demonio que había hablado a mis espaldas. Tenía los ojos cerrados y seguía gritando.
—Cariño, si sigues gritando así romperse una ventana. —abri los ojos y lo ví, era alto, con un traje rojo y una gran sonrisa.
—¡Largo de mi casa! ¡No tendrás mi alma! ¡Yo rezo todas las noches! ¡No puedes llevarme! —dije tomando cucharas y lanzandolas a el.
—Tranquila, querida, no vengo por tu alma. O al menos por hoy. —frunci el ceño.
—¿Entonces? ¿A qué se debe tu desagradable visita? —pregunte tomando un cuchillo.
—Queria conocerte. —dijo como si no fuera la gran cosa.
—¿Enserio? Porque ayer querías matarme. —susurre.
—No me gusta que me molesten. Y menos cuando es para tonterías sin sentido, pero en fin, tu fiasco me sorprendió y me dió mucha gracia. —solto una risa.
—¿No vas a matarme? —pregunte.
—No, o al menos por ahora. —sonrio y yo lo mire frunciendo el ceño.
—Bien, señor risitas. Si me disculpa, voy a hacer una rica sopa instantánea y perdón pero usted no está invitando a mi cena. ¿Quieres que alga algo por tí? Siempre que los espíritus molestan es porque dejaron algo sin hacer. Pero de una vez te digo que no hago matanzas, no tengo dinero y tampoco puedo viajar. —destape la sopa instantánea y la metí al microondas.
—Deja de hablar, querida, no quiero nada de eso, y no soy un espíritu. —saco mi sopa del microondas y le hecho agua para después volver a meterla.
—Puedes morir y no queremos eso. —me guiñó el ojo refiriéndose a la sopa.
—¿Ok? —respondí y el se sentó en una silla.
—Creo que no tienes intenciones de irte, risitas. Así que te quiero hacer unas preguntas. —dije sacando mi sopa y revolviendola con los condimentos.
—Dime. —dijo mirando su reloj.
—¿Cómo es el infierno? ¿Es así como lo pasan en las películas? ¿Con almas sufriendo y quemándose? —pregunte.
—En realidad...no, es muy diferente. Si quieres puedo llevarte. —sonrio más de lo normal e invadió mi espacio personal.
—Jaja, no. —con un dedo lo aleje de mi cuerpo y fui por un tenedor.
—No será nada complicado, te encantará. —se recargo en la mesa.
—No gracias, aún no quiero morir señor risitas. Además, creo que cuando muera voy a irme a ese lugar, por tu culpa. —meti un bocado de sopa a mi boca.
—No tienes que morir para ir al infierno, yo puedo llevarte. Y estoy seguro de que no te vaz a ir al infierno, y menos por mi culpa. Al infierno se van los violadores, asesinos etcétera, no niñas curiosas de ver algo diferente. Y en caso de que te vallas al infierno por algo malo que hayas hecho pregunta por mi. —rode los ojos y suspire.
—Te diría que sí, ya que no tengo que morir, pero no lo sé, no confío en ti, ¿y si ya no me quieres traer de regreso a mi preciada casita? —pregunte.
—Dios me mataría por condenar a uno de sus hermosos angeles al infierno y te traería de regreso. —dios, tengo tanta curiosidad por ir al infierno pero...
—La curiosidad mató al gato. —deje mi sopa en la mesa.
—Pero murió sabiendo. —se acerco a mí
—Esta bien, llévame.
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⸸Me Enamore De Un Demonio⸸ Alastor y tú.
Fanfiction-Radio Demon, un placer, creo que ayer no tuvimos tiempo de presentarnos. -solte un grito y corrí hacia la cocina para tomar un guante de cocina y lo avente al demonio que había hablado a mis espaldas. Tenía los ojos cerrados y seguía gritando. -Car...