×Prologo×

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La atmósfera era sombría, el cielo era de un color rojizo sangre y las nubes eran de un gris oscuro.

En el campo de batalla solo se escuchaban gritos de agonía y el impacto de las armas chocando unas contra otras. En el suelo habían pequeños trozos de cristal de colores, muy afilados, esos cristales eran trozos de gemas.

Una total locura, los 2 ejércitos daban todo de si para acabar con él equipo contrarió.

La gema líder del equipo enemigo, era alta y algo ancha. No se podía ver su apariencia, ya que llevaba una capa larga con capucha, pero algo que si se lograba ver era su gema, un diamante.

El diamante escucho gritos detrás de ella, cuando se dio la vuelta vio a unas seis gemas enemigas corriendo hacia ella con sus armas.

La gema no se movió de su lugar, mas bien, sonrió perversamente. Con todas sus fuerzas clavo su espada ,en llamas, en él suelo, provocando una gran rajadura. Del suelo emanaron rayos de electricidad que alcanzaron a las seis gemas. En un abrir y cerrar de ojos, las gemas fueron pufiadas.

—¡Mi diamante! —grito la comandante, mientras corría para estar adelanté ella—. El enemigo a pufiado a la mitad de nuestro ejército.

—¡Dime algo que no sepa!, inútil —respondio la líder enojada.

—Pero. . . ¡Si seguimos así, no quedará nada de nuestro ejército!.

La lider (diamante) fulminó a la gema con la mirada, pero la gema tenia razón, el equipo contrarió estaba ganando. Las gemas de cristal estaban ganando.

—Mi diamante —continuó la gema—. Será mejor que nos rindamos, si lo hacemos, tendrán piedad de nosotros.

La calma del diamante se rompió, tomó del cuello a la gema y la acercó a su rostro.

—Escuchame bien, basura inservible, los cobardes se rinden fácilmente. ¿¡somos unos cobardes!? —grito el diamante.

La gema sacudió la cabeza rápidamente en negación.

—N-no —tartamudeó la gema nerviosamente.

—Tienes suerte que nos falten soldados, por que si no, te destruiría aquí mismo. —El diamante gruño y soltó a la gema.

La gema cayo de rodillas, tocaba su cuello y pequeñas lágrimas se deslizaron por sus mejillas. Él diamante ignoro los jadeos de la gema y se dio la vuelta, presenciando la batalla. Sus ojos se entrecerraron al ver que su ejercito estaba en desventaja.

Se dio cuenta que solo le quedaba una opción si quería ganar esta guerra.

—Levantante y ejecuta él plan 0B —ordeno él diamante con una voz ronca.

—¿M-mi diamante esta segura? —la gema que aun estaba en el suelo, se atrevió a preguntar.

—¿¡Eres sorda!? —el diamante estaba arrepintiéndose de no quebrar a la gema antes.

Como si fuera una señal, la gema no tardo en levantarse y correr  hacia la base.

Él diamante observó como su soldado corría con todas sus fuerzas, después de un momento la perdió de vista.

<No hay otra opción> pensó él diamante. <Todo esto es por ella . . .>

Después de unos minutos, él suelo comenzó a temblar. Pero aun así el diamante no pareció importarle.

Las gemas que aun seguían peleando se detuvieron y miraron con miedo a todos lados, esperanzadas de ver que era lo que que provocaba ese horrible temblor. El temblor aumento en fuerza, provocando que varias gemas perdieran el equilibrio y soltarán sus armas.

Del techo de la base enemiga se alcanzo a ver una arma enorme.

—¿¡Que es eso!? — grito un soldado.

—¡Parece un inyector!

Él arma apuntó hacía el cielo y empezó una cuenta regresiva.

Todas las gemas, se quedaron quietas sin saber que hacer con tal amenaza. La única que parecía estar tranquila era el Diamante, que miraba la arma con una sonrisa macabra.

4. . . 3. . . 2. . . 1 y con eso el arma disparó un rayo cegador hacia el cielo. Todos cerraron los ojos por la luz blanca que emitía.
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Pero no pasó. . . ¿nada?

Cuando la arma dejo de lanzar ese brillo, automáticamente se apago, emitiendo un sonido agudo.

Algunas gemas abrieron sus ojos. Al ver que el arma se había desactivado por si sola les provocó alegría. Lanzaron gritos de emoción y alzaron sus armas al cielo. ¡Se habían salvado!

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Que equivocados estaban. De repente, el cielo paso de un rojizo a un negro oscuro, oscuro como la noche misma.

Todos se quedaron atónitos al ver lo que estaba en el cielo, sus ojos reflejaban dos emociones: confusión y miedo.

Del cielo caía una bola de luz, del tamaño de una luna. Había atravesado la atmósfera y solo era cuestión de segundos para que impactará contra el suelo.

Todas las gemas empezaron a correr hacia un lugar seguro, cualquier lugar que no sea cerca de esa bola de luz. La única gema que se quedó estática en su lugar, fue la líder, el diamante.

—¡Mi diamante! —exclamó la comandante. —¡No se quedé ahí!

Él diamante no pareció importarle el hecho de que la bola de energía iba directo hacia ella. Inconscientemente cerro los ojos esperando el impacto.

<Es por ella> repitió el diamante en voz baja. Una sonrisa nostálgica se plasmo en su rostro.

<No me importa si rompo las reglas, si esto evita que ella se alejé de mí. . . que hací sea.>

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Es por un mundo mejor.

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☆Recuerdos Cristalinos☆  (°ѕтєνєη χ ℓє¢тσяα°) Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora