01 │ Burrel

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❛Oh, new boy❜
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Stranger - Haysel ft. Lauren.

Ya se habían cumplido dos días desde la partida de la familia de Joyce, el primer día fue algo cumplicado de asimilar, los recuerdos constantemente aparecían para atacar su mente pero con el pasar de las horas poco a poco se iban sintiendo más motivados por el cambiar de aires.

La familia Byers estaban a nada de llegar a su nuevo destino el cual les preocupaban más a los dos adolescentes que a los adultos.

— Will, Ce... — Joyce los despertó de su siesta llamándolos de forma sutil — ya llegamos — mencionó el acto con una notable alegría en su tono de voz.

— ¿Qué? — el "pequeño" Byers abrió los ojos lo más rápido que pudo para ver un cartel gigante dando la bienvenida su nueva ciudad.

— ¿Dónde estamos? — preguntó Jane una vez que abrió los ojos por completo.

— Estamos en Maine — esbozó una sonrisa la madre de ya ambos adolescentes.

— Mamá, ¿Crees que nos recibirán bien? — el castaño desde que abandonó su casa tenia aquella duda que lo atormentaba todo el viaje.

— ¿Cómo crees eso, Will? Hablé con los vendedores de la casa y me dijeron que estaban cien por ciento seguros que los iban a recibir con los brazos abiertos, tanto como los chicos de la escuela y los nuevos vecinos. — Joyce manejaba por las calles de toda la ciudad para que los adolescentes pudieran ver aquella belleza.

— ¿Usted cree que nos pueden reconocer? — Eleven, bueno Jane miraba por la ventana para ver la belleza que desprendía las calles, le parecía un lugar bonito.

— Chicos, vamos... Es un pueblo nuevo y les aseguro que nadie va a saber que ustedes estuvieron en ya saben, una situación bastante tensa— algo que no le gustaba a la mayor era que fueran algo pesimistas con respecto a la mudanza, pero trataba de entenderlos. Comenzar una vida nueva de forma repentina debió ser algo muy abrumador para ambos.

— ¿Esa es nuestra casa? — el chico quedo sorprendido al ver que su madre paró enfrente de una 'gran' casa.

— adivinaste, ahora bajen sus cosas que el de la mudanza debe de estar por llegar — Con una sonrisa bajo junto con ellos para poder apreciar la casa de cerca.

— Es... Hermosa — soltó Jane al entrar en ella, era especiosa y parecía bastante moderna a comparación de lo que estaba acostumbrada.

— wow... — Will miro todo a su alrededor para luego ser tomado del brazo para ir a las habitaciones.

— ven, veamos nuestros cuartos — Jane era la más contenta del lugar. Subieron al segundo piso el cual las puertas de las habitaciones tenían sus nombres, seguro fue obra de Joyce.

Todo iba bien, cada uno desempacaba por su lado poniendo sus cosas en los respectivos lugares que habían designado. Se había pasado casi toda la mañana y un buen rato de la tarde ocupados, el hambre ya se hacía notar pero se encontraban tan cansados que no querían moverse ni un centímetro más. Incluso Jonathan que había llegado un poco más tarde no había traído nada para comer pero aún así no quería ir a comprar algo.

De puro milagro el timbre de la puerta sonó, el menor de los chicos fue el escogido para ver quién era ya que los otros ni por soborno se querían parar. El timbre sonó una vez más mientras iba en camino, esperaba con ansias que un repartidor de comida se haya equivocado de casa y que deje una buena cantidad de comida.

Y por sorpresa no estaba tan lejos de lo que imaginaba.

Un chico más o menos de su edad, quizás un año mayor, un poco rubio, unos centímetros más alto que él pero no era tanta la diferencia. Se presentó con una olla que se notaba que estaba llena de comida, por un momento pensó que estaba alucinando pero se alegró que fuera real.

— Ehh ¿Ustedes son los nuevos vecinos? Mi mamá me pidió que les trajera una comida de bienvenida y bueno, espero- esperamos que sea de su agrado.

Notó como un grupo de chicos se reían del rubio, ahora entendía un poco su nerviosismo.

— Ah si, muchas gracias por esto — tomó la olla como pudo, no pensaba que era bastante pesada — de verdad, no sabes cuánto lo agradecemos — repetía una y otra vez lo mismo que hasta le causaba gracia a su vecino. Con una sonrisa en la cara acomodó los lentes que no había notado el recién llegado.

— Si me lo permiten yo me retiro — hizo una seña a dirección de su casa, que estaba justamente en frente de la suya.

— No, no hay problema, o sea puedes irte, un gusto conocerte... — quedó con la palabra, no había preguntado su nombre en todo ese rato.

— Ajax, o al menos así me dicen. Hasta pronto, chico de pueblo — con un tono amistoso se despidió de él, el Byers solo soltó una risita por ese apodo peculiar. Vio como volvió con el grupo de chicos que se fueron directamente a la casa del frente.

Esperaba volverlo a ver.

— ¡Hijo! ¿Quién era? — escuchó a su madre gritar desde dentro. Cerró la puerta que daba a la calle para acercarse a su madre.

— Solo un vecino, nos trajo comida.

Y la felicidad abundó de nuevo.

Y la felicidad abundó de nuevo

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𝗖𝗜𝗧𝗬 𝗕𝗢𝗬 ༄‧༉ꜜ will byers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora