Capítulo 4: "Gracias"

646 58 1
                                    

Joel

Despierto siendo las 8:00, la verdad es que no pude dormir muy bien, no es que tenga miedo de que algo me suceda pero es que Erick es tan travieso, parece un niño chico.

–Adelante. –digo, al sentir que golpearon la puerta.

–Buenos días, el desayuno está listo. –informa

–Emm, ok ya iré.

–Ah, toma. –me tira una bolsa con algo dentro– Es un celular por el que te rompí, es idéntico.

Al irse lo prendo y ya está un chip puesto, con mi tarjeta de memoria, todo listo.

–¡Que rico olor! –comento entrando a la cocina.

–Mi tío me enseñó cocina, para cuando me mudara solo, pueda hacer cosas buenas.

–¿Cuando fue eso? –curioso pregunto.

–Desde mis 9 años.

–¿Y cuántos tienes?

–Muchas preguntas, Pimentel.

–Sólo curiosidad.

–La curiosidad mató al gato.

–Pero murió sabiendo. –continúo el refrán.

–Tengo 29 años, ¿tú?

–Yo 32 años.

–Y pareces de 17, por tu mentalidad.

–Entonces tú de 10.

–Desayuna, me iré a dar un baño.

Mientras desayuno, que esta riquísimo, miro la casa es muy grande y linda. Luego lavo todo, y me siento con mi celular.

–Pimentel. –atiendo la llamada.

–Ya estamos yendo a la casa de Brett, esperamos poder encontrar el arma.

–Lo harán, busquen bien chicos.

–¿Dónde estás tú?

–Yo, yo estoy en...

–Dile Joelito, que estas en mi casa.

Me mira siempre con esa sonrisa idiota

–¿Estás en lo de Erick Colón? –preguntan asombrado los chicos.

–S-si.

–¿Qué haces ahí?

–Buscando información.

–Hablamos después, nos vemos en la comisaría.

–En una hora estoy ahí. –les informo.

¿Por qué mierda se tiene que meter en mi llamada?

–¿Quieres qué te lleve a la comisaría?

–Puedo pedir un taxi.

–Te llevo así ya llevamos a Brett a la comisaría para que de su declaración.

–No podemos llevarlo a la fuerza.

–¿Y por qué sería a la fuerza?

–Que gracioso, lo tienes contra su voluntad.

En una hora ya estábamos los tres en la comisaría, Erick se quedó con nosotros quería saber si ese bastardo fue el que mató a su tío. Supongo que amenazó a Brett para que venga, realmente no se bien lo que hizo ya que él solo bajó para hablar.

–Erick, ¿puedo preguntar algo? –le pregunto estando sentados en mi oficina.

–Ya lo has hecho.

–Yo sé que sabes que Brett fue quien lo mató, pero la pregunta que me inquieta es ¿por qué no lo mataste?

–Me irían a buscar a mí, podría dejar cero evidencia pero no me gusta tener a la policía cerca de mí. Y por ahora tengo cosas que hacer antes de que pueda caer por algo.

–Ah. –comento desconcertado.

–¿Y tú?

–¿Yo qué?

–¿Por qué no has matado a Brad?

–¿Cómo sabes de eso?

–Entre narcos, todo se sabe facil. –ríe irónicamente– Él mato a tu hermana.

–Si. –respondo serio– Pero busco justicia justa.

–¿Cómo conseguirás pistas?

–Realmente no lo sé, está difícil. –suspiro– Creo que Brad ha hecho las cosas bien.

–Lo dud... –se corta así mismo, en un tono muy bajo, a continuación me mira y noto su sinceridad– Yo, lo lamento mucho, Joel.

–Gracias... gracias por ayudarme en el caso.

–Ya llegaron, ¿vamos? –se levanta rápidamente, para ir saliendo de la oficina.

–Sí. –respondo casi en un hilo de voz.

Las horas pasaron y por suerte pudimos tener la confesión de Brett.

–¿Y entonces? –pregunto.

–Me enamoré de Erick y le pedí a James que me ayudara a conquistarlo. Lo quería para mí, no sabes cuanto. –molesto me mira– Por supuesto que su tío no iba hacerlo por eso lo chantagie, le compré un collar, se lo entregué por parte de Colón y éste no lo aceptó. ¿Puedes creerlo? Era el mejor collar del mundo. Pues me dijo que no le caía y que no quería saber nada de mi. Quería causarle daño, cómo él me hizo al despreciarme así. Por lo cual, molesto, maté a su tío.

No podía creer, que todo fue porque está enamorado de Erick.

–Me mentiste. –digo, molesto.

–¿En qué?

–En qué el collar era tuyo.

–Bueno ya sabes la verdad, no te iba a decir que me regalaron un collar, muy cursi.

–Ay Erick, era una investigación y omitir pruebas no es nada bueno.

–¿Me vas arrestar? –sonríe de lado– Porque es una fantasía que tengo que mejor que la cumplas tú

–Adiós. –ignoro sus palabras– Ya, de igual forma gracias por la ayuda.

Salí de la estación y paré un taxi, donde me dirigí a mi casa, allí ya tenía mi auto porque los chicos me lo habían traído.

__________________________:)________________________________

Pensaba subirlo mañana el capítulo pero tengo un día bastante complicado y no tendría tiempo.

No todo es lo que parece - JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora