Parte unica

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La ceremonia estaba marchando de maravilla. Su ahora esposo se encontraba recibiendo felicitaciones de algunos de los aldeanos junto a pequeños presentes, regalos sencillos para felicitarlos en un día tan importante como este. 

Fijó su mirada sobre los regalos de sus amigos, puestos en una de las mesas del fondo, donde resaltaba un enorme peluche que simulaba alguna clase de fusión entre un oso y un unicornio. Tal regalo era de parte de Lolito y Mangel, por parte de Luzu habían recibido una funda nórdica que se dividía con el color morado predominando al lado de un solo espacio reducido de verde esmeralda, una pequeña broma a la manía que solía tener al dormir, moviéndose de un lado a otro o robando la mayoría del espacio en la cama a comparación de Rubius quien solía dormirse y despertar en una misma posición. Alexby por otro lado les había regalado uno de esos cuadros mandados a hacer especialmente para celebrar su matrimonio, ya tenía el lugar ideal para colgarlo dentro de la mansión, quedaría perfectamente simétrico en una de las paredes del gran salón. Auron les regalo como no, un gran adorno hecho de nada más y nada menos que diamantes, ya que para ser sinceros le sobraban bastantes y era una ocasión especial. Willy  había optado por regalar un precioso juego de vasos de cristal tintado con la fecha de su matrimonio grabado junto a una rosa y un girasol. Finalmente Fargan le había entregado el suyo totalmente envuelto y susurrandole que lo disfrutaran mucho para después despedirse guiñándole un ojo con picardía.

La curiosidad por aquel regalo le había estado atormentado desde que leyó la nota que estaba pegada a la envoltura.

"Para vuestra noche de bodas pillines" citaba.

"Noche de bodas" repitió en su mente. 

No es como si él y Rubén no hubieran tenido intimidad antes, pero por supuesto que no, él conocía todo el cuerpo de su esposo a la perfección, igual que él conocía el suyo. Conocían cada recoveco de su piel, donde besar, morder o lamer. Las cosas que disfrutaban con locura o las cosas que les incomodaban. 

Habían entrado en una perfecta sincronía.

Pero sentía que esta noche sería diferente, ahora se entregarían como esposos, como almas que habían decidido unir su camino por toda la vida. Sonrió al sentir una agradable sensación que le recorría el estómago hasta subir a su pecho. 

Y pronto, más rápido de lo que pensó la velada había avanzado.

Disfruto mucho el bailar su primer vals como maridos, para después dedicar un pequeño discurso sorpresa que había tenido preparado, agradeció a sus amigos por acompañarlos en este día tan especial para después darle una señal a uno de los aldeanos que había contratado para el regalo sorpresa a su osito. El chico se situó junto a el llevando una guitarra, después Luzu llevó hasta ellos una silla y un micrófono puesto sobre un soporte, una vez sentado el chico rasgó las cuerdas de la guitarra, dándole una señal de que estaba listo y contó hasta tres.

Dejó que su voz saliera cargada de todos los sentimientos que tenía por Rubén, bien era sabido que el francés es la lengua del amor, y entonando La vie en rose quería demostrar ese amor y adoración eterna que sentía por su esposo, Rubén mantenía las manos sobre su boca en señal de estar ahogando los pequeños sollozos que se le escapaban mientras sus ojos se cristalizaban y pequeñas lágrimas escapaban recorriendo sus mejillas. La canción terminó, se acercó para tomar el rostro del amor de su vida y repartió pequeños besos sobre sus pómulos mientras este le susurraba que lo amaba y amaba la sorpresa que le había dado.

Después de un fuerte grito que celebraba a los novios, Fargan tomó el control del micrófono y ánimo a todos para levantarse a la pista de baile. Disfrutaron de bailar con sus amigos mientras vitoreaban e incluso se atrevieron a hacer el clásico trenecito de gente mientras sonaba una de las canciones bobas de Rubén.

Noche de bodas #RubegettaWeekWhere stories live. Discover now