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El frio del invierno catalan acariciaba sus mejillas con fuerza, bueno mas que acariciarlas se las estaba arañando, pero eso no le importaba, le encantaba el frio, ver la nieve caer desde su ventana y abrigarse de pies a cabeza, lo unico que lamentaba era no poder usar la moto en los dias de nevada por el asfalto resbaloso.

El receso invernal habia comenzado hacia solo unos dias y en la universidad le habian dado una pila de trabajos para hacer, aunque èl ya se habia adelantado y habia comenzado a hacerlos.

Y ya eran 3 meses los que habian pasado desde su discusion con Bruno en la fiesta de Rai, recordo como habia metido la pata al decirle que a su padre le daria pena y, en respuesta, el castaño le habia dado una bofetada que le habia dado vuelta la cara...

Si tenia que ser sincero, esa bofetada le habia dolido mas que cualquier otra, incluso las ostias de su padre parecian las mas suaves caricias comparadas con ese bofeton y, desde ese momento, Bruno no le habia vuelto a dirigir la palabra.

Entre el rechazo de Rai y el silencio de Bruno se sentia solo, muy solo.

Camino por las calles de Barcelona hasta que, sin saber como y sin proponerselo, acabo en la playa , se sento en la arena y observo a su alrededor, el sol aun no se habia escondido y a pesar del intenso frio que estaba haciendo la gente paseaba cerca de la orilla del mar, pescaba o simplemente estaba sentada observando el agua.

Suspiro, y se echo para atras, recostandose en la arena, cerro los ojos para evitar que el sol le cegara y cuando los volvio a abrir se encontro con una figura parada justo junto a su cabeza.

—¿No hace frio como para estar aqui en la playa?— Bruno lo miraba, serio, Pol se incorporo y lo observo fijamente.

—No tengo frio— mintio, mientras se encogia de hombros y abrazaba sus rodillas.

La verdad, era que estaba muerto de frio, tanto por fuera, como por dentro.

El castaño se sento a su lado —Bruno, yo...—.

Pero Bergeron lo interrumpio —Sabes... No he dejado de pensar en la fiesta de Rai, en lo que me dijiste y en la bofetada que te di... Y me he dado cuenta de que tienes razon... A mi padre le daria pena verme asi, arrastrandome por un tio que jamas se va a enamorar de mi... Pero ¿sabes algo mas? A mi padre tambien le daria pena ver como su alumno favorito se arrastra por un tio hetero que jamas se enamorara de èl...—.

Las palabras de Bruno le sentaron como una patada en el higado, pero tenia razon, Rai jamas se enamoraria de èl.

—Y Pol, lo que mas te jode, no solo es que Rai te haya rechazado, si no, tener que admitirlo, tener que admitir que no le vas a gustar a todo el mundo, te jode admitir que muy en el fondo yo te gusto, pero sobre todo, te jode ser vulnerable. Y voy a interpretar tu silencio como que me estas dando la razon, porque tambien se que eres muy orgulloso como para admitirlo en voz alta— finalizo mientras observaba las olas del mar.

—Tienes razon— admitio Pol, le dedico una mirada brillante de lagrimas, y no tardo en buscar sus labios para besarlo, pero lo unico que encontro fue una mano en su pecho y un firme rechazo.

—Ahora no Pol... Primero ordena tu cabeza, y luego, si te apetece, buscame, pero yo no soy el premio de consolacion de nadie y ahora debo irme, tengo cosas que hacer— se levanto, sacudio sus pantalones y comenzo a alejarse.

El rubio se quedo alli, observando como Bruno se alejaba de la playa, y al mismo tiempo, se alejaba de su vida.

Permanecio sentado un largo tiempo, hasta que el sol se oculto en horizonte y la luna y las estrellas se adueñaron del cielo; observo a su alrededor, percatandose de que ya no quedaba nadie, por su mente paso una idea bastante loca, se levanto, rapidamente se quito la ropa y corrio directo al agua. Se arrepintio casi al instante en que su piel toco el mar helado, pero ya no podia echarse para atras.

Nado hasta que dejo de sentir los dedos de las manos y los dientes le castañeaban, salio del agua y con rapidez se vistio; y hubiera emprendido la vuelta a su casa, de no ser porque no tenia ganas.

Deambulo por las calles de Barcelona durante un largo rato sin tener rumbo fijo, las palabras de Bruno habian hecho mella en èl, y tenia muchas cosas para pensar, sabia que debia analizar sus sentimientos por Rai y sus sentimientos por Bruno, tambien tenia que hablar de manera mas detallada con su padre sobre lo que le estaba pasando, eran tantas las cosas que tenia en la cabeza que no sabia por donde empezar.

Continuo caminando hasta que su reloj marco la media noche y decidio volver a su casa; entro al departamento lo mas sigilosamente posible para evitar despertar a Gloria y a su padre, se ducho con agua muy caliente y se acosto, con la esperanza de que el dia siguiente, fuera mucho mas prometedor.

Atrevete a AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora