"Todo por un Jarrón" Link x Lectora (The Legend of Zelda: Skyward Sword)

Prólogo

Todo por un Jarrón es una historia basada en un juego de muñecas de mi hermana y mío de mi infancia; por ello podrán encontrar algunas (muchas) cosas absurdas, como los acontecimientos base de la historia en "The Legend of Zelda: Skyward Sword", juego de Nintendo, que no son del todo congruentes.

Al ser un fanfic "Link x Lectora", intenté hacer a 'rayita' lo más fácil para empatizar y que se puedan sumergir en la lectura, sin embargo, le dí una apariencia ya predeterminada para evitar escribir cosas como "inserta tu color de cabello", "inserta tu color de ojos" y que la lectura sea más fluida. Si no les gusta eso, pueden intercambiar las palabras al leerlo.

La mayoría de los personajes no me pertenecen a mí, sino a Nintendo. A su vez, habrán varios personajes originales (OC's) y algunos otros de la cultura popular, entre ellos, cantantes kpop que irán apareciendo conforme avance la trama. Si no les agrada el humor que iré manejando, están en todo su derecho de abandonar la lectura.

Otra cosa por añadir, es que cada capítulo tendrá en un paréntesis "( )" el personaje que va a narrar y en caso de no tenerlo, significa que será uso de un narrador omnisciente.

Sin más que decir, disfruten la lectura.

[🍄]

Link, el ganador del torneo celeste, participó en el ritual a la Diosa Hylia junto a su amiga Zelda en la gran Efigie de la isla.

Terminando la ceremonia, decidieron dar un paseo por el cielo, guiando a sus compañeros alados.

—¡Link! ¡Oye, Link! ¡Nunca olvidaré lo que has hecho hoy! En el torneo has volado como nadie... Y encima hamos celebrado la ceremonia juntos. ¡Me lo he pasado en grande! ¡Ha sido un día maravilloso! —expresó Zelda alegre, así rompiendo el silencio después de estar volando por unos cuantos minutos; su amigo sólo se limitó a sonreír desde su lugar mientras volteaba a verla compartiendo el mismo sentimiento que ella. —Mmm... Esto, Link... Verás, yo.... —continuó, notándose un poco nerviosa al hablar.

—Dime —murmuró el muchacho mientras esperaba tranquilo por lo que Zelda quería decirle.

—Yo.... —Se lo pensó un poco más antes de decir lo que tenía pensado, se estaban volviendo a acercar a la gran isla flotante que llamaban "Neburia", Zelda no podía encontrar las palabras adecuadas para su confesión.—Primero demos un paseo por las viviendas... Tú sabes, antes de que anochezca —Forzó una sonrisa aun con la vista en su amigo.

El muchacho, nuevamente, asintió con la cabeza y llegó a la isla con su compañera bajando de su pájaro. Comenzaron a pasear, pero ahora, por las viviendas de los habitantes de la isla. Iban uno a lado del otro mientras caminaban y hablaban de varios temas triviales, hasta que cruzando el puente que llevaba a la gran plaza, Zelda optó por seguir con su confesión.

—Link, antes de que anochezca y tengamos que regresar a la academia... Quiero decirte algo, y es que yo... —Zelda estuvo a punto de decirlo, pero escucharon a alguien más aproximándose.

—¡Hija, Link! —Los llamó el director de la academia de caballeros y padre de Zelda llegando enfrente de los muchachos.

—Padre... —dijo la chica entre dientes algo frustrada por la repentina interrupción.

—Ya está oscureciendo, deberían estar dentro de la academia antes de que aparezcan monstruos y los lémurys se vuelvan salvaje —informó el hombre con un toque de angustia.

—Link lleva consigo su espada de caballero... No tienes de qué preocuparte... —dijo Zelda esforzándose por ocultar su descontento, pero se le complicaba disimular, por lo que era muy obvio.