"Tráfico" AU EREMIN

1°Eren

– Cuando era un niño soñé que un monstruo desnudo y con grande sonrisa devoraba a mi madre... Y mi padre en un ataque de psicosis me causaba daño... No lo recuerdo muy bien pero era algo horrible – le dijo a su amiga por teléfono.

– Eren te dije que dejaras de ver películas de terror antes de dormir – contestó la chica al otro lado del teléfono.

– ¡No es eso Mikasa! – se indigno Eren – Es más como un recuerdo furtivo... Lo recordé hoy porque mi padre salió por trabajo otra vez y mi madre lo acompaña, por vez primera y tengo esa sensación de que me hacen falta... Los extraño, solo eso.

– Eren eres tan... Sentimental, como un perro y un hámster.

– ¡ESO NO TIENE SENTIDO MIKASA! – Pero Mikasa había colgado el teléfono satisfecha de lo que decía – ¿Mikasa? Me colgaste... Ni siquiera me dijo adiós...

Eren se dispuso a dormir, pero sabía que le faltaba alguien, que algo necesitaba para dormir en paz.

– Buzon de voz la-
Eren colgó el teléfono resignado a que no le contestaran. Llamó 17 veces y nada, eso era más que una sentencia afirmativa al olvido o la ignorancia.
Armin debia estar dormido ya, no era un chico energético siempre y menos cuando las evaluaciones estaban respirando en sus nucas.
Eren luego de una buena ducha y su cena se vistió con la ropa de cama, vio un poco de TV y se fue a dormir. El reportaje del nuevo grupo traficante de diamantes le aburrió parcialmente ya que imagino que eso estaba a años luz de ser de su incumbencia/interés pero le llamaba la atención su nombre "Marley" eso era una verdadera exageración para un nombre mafioso.

Eren ya dormido soñó que aprobaba todas las materias y hacía una super celebración con Armin y Mikasa, de esas que terminan tirados llorando de risa, sin poder parar terminan muertos de cansancio y con más hambre que nada, a pesar de haber comido mal. Eren era todo un caso, era infantil en muchas ocasiones y con sus pensamientos tan desordenados, ahora mismo no lo reconocería.

Al día siguiente en la escuela Armin le grito con los ojos y le exigió a Eren una respuesta, quien en paz opinaba sobre el cabello de Mikasa.

– ¿Eren, porqué hiciste eso? Casi me mata Hangie con un interrogatorio lleno de supersticiones y malos entendidos y Levi... Me miró jusgante hasta que le di mi teléfono... Me fui a dormir tan tarde que siento que correré sonámbulo en la clase de deportes y Reiner me cargará hasta las bancas para evitar que Jean me pise... ¡¿Eren porque?! – le reprochó con los brazos pegados al pecho y las muñecas empuñadas, pero Eren no podía pensar bien, le pasaba a menudo cuando estaba con Armin... Su corazón de detenía y empazaba otra vez cuando veía su cabello bailar con el aire, Armin le hacía sentir tantas cosas que categorizo como "la pubertad me llegó tarde"  Entendia menos que las poces de Berthold la razón de que  ese sentimiento se intensificara últimamente "6 meses, 23 días y una vida" le dijo al espejo de la mirada azul celeste de Armin. – ¿Que? ¿Eren dijiste algo? Eren estas escuchandome siquiera...

Sin embargo, Eren, estaba perdido, hundido en su rostro, vagaba por el mar de emociones que sentía, pensaba a futuro, su cerebro se desconecto, no estaba ahí, se fue a mundos inimaginables, fantasiando infinidad de oportunidades.

– ¡Eren! – le grito Mikasa, lo samboloteo – ¡Eren reacciona! – Eren la miró apiadado por la duda.

– ¿Mikasa qué pasa? ¡¿Armin qué sucedió?! – Acompañando siempre a su pubertad tardía llegaban los ataques de distracción y olvido de Eren – ¿Chicos que paso? – Eren lo dijo con risa aflijida pues sabía bien que había pasado. Esos ataques se los tenía bien ensayados – Mikasa... – la abrazo.

– Estas tan raro últimamente que siento que algo malo está pasándote y me preocupa que estés distante y por momento deliries al viento... No soportaría... – dudo sus palabras y la interpretación que tendrían – No soportariamos que algo te pasará, Eren, no hagas eso que no es divertido y mas cuando tu cara de desentendido me penetra hasta los huesos – susurro Armin uniéndose al abrazo – Tus padres estarán bien – agregó rápidamente evadiendo las preguntas que pudiesen surjir por su anterior comentario – a pesar de que no contesté las llamadas, leí los mensajes exitosamente en secreto y se que estarán bien – le sonrió a Eren y miró a Mikasa ilusionado, sabía que lo que decía a parte de estar fuera de contexto era verdad que debían darla por enterada.