Día 6 | AU

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Me alejé más de lo que pensé que podría

Pero te extrañé más de lo que pensé que haría

[...]

Y encontré el amor donde se suponía que no debía estar

Justo delante de mí

I Found - Amber Run 

—Oh, ¡recuerdo esta foto! —exclamó Jirou de repente mientras yo cerraba con cinta una de las cajas

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—Oh, ¡recuerdo esta foto! —exclamó Jirou de repente mientras yo cerraba con cinta una de las cajas.

Me acerqué de rodillas donde ella estaba para ver a qué se refería. Tenía un portarretratos en la mano y en la foto salíamos los Jirou y yo de cinco años. Estábamos en un parque que quedaba cerca de nuestras casas y los dos teníamos las caras sonrientes manchadas de tierra. Me llamó la atención que Jirou llevaba una flor en el cabello, lo que me recordó de inmediato lo que había pasado ese día.

—Diablos, eras muy adorable de niño —comentó Jirou, golpeando mi hombro en un empujón.

Yo sonreí, alzando el mentón con orgullo y viéndola con mi mejor mirada coqueta.

—Ahora soy todo un galán, lo sé —respondí, meneando el cabello, aunque este no se sacudió porque lo llevaba más corto que antes.

Jirou bufó con burla, dejando la fotografía encima de una de las cajas y girándose para continuar guardando todo lo que faltaba del cuarto casi vacío.

—Sí, sí, lo que tú digas.

Sonreí al escuchar su respuesta y ella se concentró de nuevo en cerrar las cajas con las cintas, mas yo me quedé contemplando la fotografía durante unos segundos más, sintiendo cómo mis recuerdos iban acumulándose dentro de mi cabeza de golpe.

Como mostraba la foto, aquel día estábamos en el parque. Nuestras madres eran amigas, así que siempre salíamos juntos a pasear en el parque. A mí de pequeño me gustaba jugar con Jirou ya que era una de las pocas chicas que conocía que era capaz de responder a mi mismo nivel de energía. Además, tampoco se asustaba cada vez que yo le enseñaba algún insecto muerto o vivo.

Ese día ambos nos hallábamos en una intensa misión recogiendo piedras preciosas. Por supuesto, las piedras eran tan solo las normales que había en el suelo, pero claramente nuestra imaginación era tan poderosa que podíamos fingir que eran hermosos diamantes y preciosas esmeraldas.

Los dos corríamos de un lado a otro con las cortitas piernas que teníamos a dejar las piedras en un montoncito que habíamos formado en la caja de arena. Nuestras madres estaban sentadas en una banca cercana hablando de las típicas cosas de adultos mientras nos supervisaban.

En un momento, yo me encontré con un lindo arbusto con flores moradas a medida que me adentraba en el follaje. Siempre he asociado aquel color con Jirou, por lo que sin dudarlo arranqué unas cuantas flores y empecé a hacer algo rápido con ellas.

Lluvia de estrellas |KamiJirou Week 2019|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora