Prefacio

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Las palabras se quedaron atoradas en su garganta cuando una SIG-Sauer 220 se clavó en su costado, haciéndola presa de un miedo que ya creía olvidado.

- Hola preciosa, ¿me echabas de menos? – dijo una voz masculina en perfecto ruso.

Aquella voz, por mucho que llevara sin escucharla, seguía siendo inconfundible a sus oídos. Darik, el más sádico de los tres, la estaba sujetando por la cintura encañonándola con una pistola y hablándole en el oído en su lengua natal.

Comenzó a temblar y trató de zafarse de su agarre, acción que le supuso una patada en el tobillo que la hizo perder el equilibrio y caer al suelo. Darik al ver que no colaboraba y caminaba por su propio pie la agarró de su rubia cabellera y comenzó a arrastrarla por aquella solitaria callejuela por la que se había adentrado.

Natasha, sin posibilidad de escape, lloraba presa del pánico de nuevo sin saber que le depararía aquel desafortunado encontronazo.

Sueños RotosWhere stories live. Discover now