Prólogo

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Querido Diario

Nunca fui de las chicas en querer escribir mis sentimientos, pero hoy regreso sin alma, una parte de mi vida se ha ido de este mundo y junto con él mis ilusiones, amor y esperanzas. El día de hoy enterramos a mi padre. Después de una lucha constante para limpiar su nombre, su corazón no resistió más y dejo de latir.

Ese corazón que me enseñó a perdonar y amar, ese corazón que me amaba con todas sus fuerzas, ese corazón dio sus últimos latidos dejándome desamparada e indefensa en este mundo tan cruel.

Mi padre siempre confió en los demás y su ingenuidad lo llevo al borde la muerte, no, no fue su ingenuidad fue su gran corazón que pensaba que los demás no eran capaces de hacerle daño, ¡Que equivocado estaba!

Los últimos días de mi padre fueron terribles, debajo de sus ojos se mantenían bolsas debido a las pocas horas de sueño que podía permitirse, no se afeitaba y tampoco se alimentaba. El hombre elegante, bien peinado y con una sonrisa en su rostro se desvaneció ante mis ojos. Y yo, yo no pude hacer nada. Mi padre fue acusado de fraude, fueron sus propios jefes los que lo demandaron de haber robado millones de dólares a sus empresas.

El día antes de su muerte el llego a mi habitación mientras yo dormía, me despertó y me brindó un abrazo. Sus últimas palabras aún las recuerdo en mi mente "Nunca dejes que tu corazón se llene de odio, rencor o venganza, tienes un corazón tan precioso que no vale la pena mancharlo por esos sentimientos". Nunca imagine que serían sus últimas palabras.

Lo que pensé que sería mi mejor año, inicio con la peor de mis tragedias. Ver a mi padre morir. 

Diario de la muerteOnde histórias criam vida. Descubra agora