No hay mayor mentira que la vida en sí, es por eso que hoy digo adiós al dolor y sufrimiento, no más mentiras, no más rencor hoy muere la antigua Sam y como un Fénix, renazco de las cenizas para dar la bienvenida a las nuevas plumas que serán parte de mi nueva vida.
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Dos años después
— ¡Permiso! ¡Permiso! — Voy diciendo mientras me abro espacio entre las personas que se encuentran en los pasillos de la universidad. Llevo entre mis manos una caja, la cual no me permite tener una visualización completa de mi camino.
Bufo al llegar a la puerta de mi habitación, la caja no está muy pesada, pero trasladarla desde el estacionamiento hasta mi cuarto me ha dejado agotada. Busco entre mi bolso las llaves y cuando las localizo, abro la puerta, tomo nuevamente la caja y entro.
La habitación se encuentra a oscuras, parece ser que mi compañera no está. Beatriz Argent es mi compañera desde que ingrese a la universidad, estoy comenzado mi segundo año en la carrera Psicología. Mientras que ella está en su segundo año en la escuela de Artes.
Coloco la caja en mi cama, cuando escucho unos ruidos provenientes del cuarto de baño. Me giro y veo que la luz esta puesta, lo puedo notar ya que el reflejo de esta sale por la abertura de la puerta. La habitación sigue a oscuras por lo que el cuarto de baño llama mi atención. Sin prender la luz me acerco.
— ¿Hola...? — Mi voz suena frágil e insegura — ¿Hay alguien allí? ¿Bety? —No recibo respuesta así que tomo un paraguas como medio de defensa mientras me acerco. Me detengo de un solo cuando veo un líquido rojizo deslizarse por debajo de la puerta.
Siento mi corazón detenerse ¡Sangre!, ¡Un cadáver! ¿Y si el asesino aún está allí dentro?, No puede ser han matado a alguien en mi cuarto de baño. Mi corazón se acelera cada vez más. Tomo la perilla de esta y la abro de un solo poniendo el paraguas como escudo como si fuera la mejor arma del mundo, abro mis ojos despacio ya que los había cerrado antes de entrar.
Lo que veo era lo que menos esperaba, mi compañera Beatriz "Bety" como yo le digo, estaba tirada junto a la bañera. Su cabeza estaba rodeada por un charco de sangre. Su rostro estaba pálido y el líquido rojizo seguía desbordándose.
¡Sam reacciona!
Me acerqué a ella y empecé a zarandearla por los hombros.
— ¡Bety! ¡Bety! No te mueras. Aunque seas rara no quiero que te mueras. ¡despierta! — repetía mientras trataba la manera de despertarla.
— Samantha ¡Detente! —Gritó Bety con todas sus fuerzas.
— ¡Bety! Aún está viva ¿Pero qué rayos...? — La abrace agradeciendo que aún estuviera con vida
— ¿Qué crees que haces? ¡Suéltame! Sabes muy bien que no me gustan las demostraciones de cariño.
La solté — Pero ¿Qué te ha pasado? ¡Estas llenas de sangre!
— No es sangre estaba pensando en hacer una pintura, pero me encontraba tan cansada que creo que derrame la pintura.
Bety se levantó y se vio el desastre que había ocasionado.
— En serio me asustaste, ahora más te vale que limpies este desastre.
Parece que fuera la peor compañera, pero en muchas ocasiones Bety me había dejado en la misma situación. Si yo ensuciaba, yo limpiaba. Esas eran las reglas de Bety y ahora debía aplicarla sobre ella.
Me acerque a la caja que traía en manos. La traía con pertenencia de la casa de mi madre, pasé las vacaciones con ella y mi hermana y había encontrado algunas cosas importantes para mí, entre ellas mi Diario.
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Diario de la muerte
Детектив / ТриллерSamantha tiene un secreto, guarda un diario en el cual ha escrito la muerte de cada una de las personas que le hicieron la vida imposible en la preparatoria. Lo que ella no se espera es que su diario desaparezca y las muertes que ella describe en su...