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Parecía demasiado para su cabeza que las cosas estuvieran saliendo tan bien.

Primero su madre, luego sus amigos, y ahora su novio.

Novio.

Él en realidad nunca se lo había propuesto. No sabía cómo. No había encontrado el momento en esa tarde, porque todo era tan perfecto que un minimo error podría arruinarlo. Así que se mantuvo escuchando, mirando, sintiendo. Habló cuando sabía que lo que decía iba a importarle, y parecía que todo lo que dijera Grizz era importante para Sam Eliott.

Sam Eliott.

El pulso de Grizz se aceleraba con solo pensar en su nombre. Dios ¿Era así como se sentía estar enamorado?
Parecía que bailaba entre nubes en el amanecer. Se sentía tan feliz que no parecía real.

Nada de eso se sintió real hasta la mañana del lunes.
Porque el lunes debían volver a la escuela. Y ese era un mundo que Grizz puede que no estuviera listo para enfrentar. Los adolescentes eran malos. Su madre se lo había dicho
"Son insensibles porque nadie nunca les enseñó que pudieran ser algo más"
Estaba asustado, pero no quería correr. Quería mantener ese sentimiento vivo, y haría lo que un valiente tenía que hacer.

Enfrentaría lo que sea que pasara. O al menos eso quería creer.

                                (.....)

- Hola Grizz, ¿cómo estás?

- Hola Allie. Creo que estoy bien. ¿tú?

Los ojos de Allie brillaban particularmente esa mañana, y él creía saber por qué. El cabello de ella siempre lucia alborotado. De una forma muy hermosa, pensaba Grizz. Sus rizos y su estatura le hacían querer abrazarla todo el tiempo, y Ally daba los mejores abrazos.

- Buenos días, Grizz.

Y ahí estaba la otra hermana.
Compartían ojos y cabello, pero en formas muy diferentes. Cassandra era más alta, y su cabello siempre lucía parejo, incluso si apenas despertaba. Cassandra también brillaba un poco más que el resto de los días, pero percibía un poco de nerviosismo en ella. No espero respuesta de Grizz y continuó hablando.

- Sabes, ayer volvíamos en mi auto con Allie, y pues - dirigió media sonrisa traviesa hacia Grizz - vimos algo que despertó nuestra curiosidad

- ¿Estás saliendo con Sam? - Ahora era Allie, a su izquiera, con su brazo sobre el hombro de Grizz, que lo miraba mientras daba pequeños saltos.

Sintió el color subir a sus mejillas.

- Creo que sí, bueno, no. No exactamente.

- Pero los vimos muy cercanos ayer por la tarde - Sus saltitos no habían acabado, al parecer. Y ahora sus rizos rubios se movían al compas. - Así que si lo hacen oficial, quiero saberlo. Seremos familia Grizz.

Le sonrieron una última vez y se fueron de ahí.

"Familia de Allie y Cassandra" Pensó Grizz. Sus panoramas no podían mejorar.

                               (.....)

A lo largo de la mañana, Grizz balanceo su tiempo entre disfrutar las ultimas clases antes de las vacaciones de invierno con sus amigos y buscar a Sam con sus ojos cada vez que podía. Y todas las veces que conectaron miradas, el pelirrojo se encargaba de hacerlo sonreír.

A su lado, Becca Gelb, también había notado esas miradas, por eso cuando puso sus uno punto sesenta y seis centimetros frente a él al final de la ultima clase del día, Grizz no se sorprendió demasiado.

- Hola Becca - le sonrió.

- No, no me vengas con tus sonrisitas conquista mejores amigos. Tu y yo vamos a hablar seriamente chico.

Grizz trato de no reír. Pensó en como se vería Becca tratando de parecer amenazante con la gran diferencia de altura que había entre los dos, y solo logró sonreír más. Pero cuando vió sus ojos directamente, puede que sí haya sentido intimidación. Solo un poco.

- Mira chico, tú me caes bien. Nunca dijiste nada ofensivo sobre nadie, eres tranquilo y bueno en la escuela. Estás limpio, y eres lindo, muy lindo. Pero Sam es mi mejor amigo. - Una sonrisita asomó timidamente en sus labios y Grizz no pudo evitar sonreír también - Quiero decir, él es probablemente lo más cercano a un ángel que vayas a encontrar en la tierra. Y ya pasó mucho siendo hermano de Campbell, más todas las complicaciones de por medio con ser quien es. Asi que espero que me escuches bien, si él llega a soltar una mísera lagrima por ti, yo juro sobre mi madre que voy a golpearte hasta que olvides tu nombre. - Mientras hablaba, Becca se había acercado peligrosamente a Grizz. Permaneció en esa posición unos segundos, pero cuando un par de ojos azules se enforcaron en ellos, se separo - Creo que ustedes dos necesitan este salón más que yo.- Les sonrió y desapareció por la puerta.

Sam se coloco a su lado, y comenzó a hablar con él. Moviendo las manos de vez en cuando, y articulando palabras al mismo tiempo.

- Becca puede resultar algo intensa algunas veces.

El mas alto agradeció que haya hablado primero, porque él parecía perder todas sus palabras de repente.

- Hey, ¿Estás bien? - Lo miró con esos ojos azules y Grizz supo que hacer.

- Sí. Yo quería hablar contigo. No sabía como buscarte.

- Bueno, no es como si no fueras a encontrarme. De todos modos ¿querías verme?

- Pues sí.

- Lo entiendo, suelo causar ese efecto en las personas - Le guiña un ojo, y el castaño se relaja un tanto.

- Tú causas eso. Tú me quitas la respiración.

- ¿Quieres que continue quitandote la respiración en otro lugar? No sé, un café o cualquier lugar donde no hayamos disecado ranas en algún momento.

- ¿Una cita?

- ¿Quieres que sea una cita?

Y sus ojos brillan como cada vez que Grizz los ve, y no puede resistirse.

Lo besí. Lo besó de verdad, como en una película, y sintió que volvió a flotar entre música de los dioses. Sus reparaciones al mezclarse, y sus manos suaves en sus mejillas. Sus labios son calidos como recuerda, y se pregunta si siempre sentirá esa electricidad correr por su cuerpo. Cuando se separaron, tardó un par de minutos de recuperar el aire, dándose cuenta de donde estaban y que podían estar haciendo muchas otras cosas, y no pudo creer que estaba pensando en eso.

- ¿Quieres salir?

- No pretendía quedarme en la escuela para siempre ¿sabes?

- No, me refiero a salir de verdad. - Lo miró a los ojos, y sintió sus rodillas temblar. Una sonrisa y un sonrojo se mostraron en la cara del más bajo. 

- Esperaba que dijeras eso.






























- Voten y comenten porfas que me pongo triste.

𝙀𝙑𝙀𝙍𝙔𝘽𝙊𝘿𝙔 𝙏𝘼𝙇𝙆𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora