Prólogo.

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Narrador.

Aryl era la típica chica feliz, aquella que sólo respiraba paz y tranquilidad, con la que podías conversar cuando estabas muy angustiado y solo unas cuantas palabras podían devolverte la calma que necesitabas.

Ella podía sonreír todo el día y te hacia pensar que todo con ella estaba bien, que se amaba y se aceptaba tal y como era.

Ella quería mantener su mundo perfecto, hasta que llegó Anker, quien no se creyó que fuera la más feliz del planeta y pudo ver más allá de su apariencia, él la denominó como:

"La chica de la mirada triste"

Anker era especial, no era engreído y tampoco era el típico chico al que le gusta llamar la atención.

Era silencioso, misterioso, hacia sentir a los demás que no eran lo suficientemente inteligentes o interesantes para tratar de hablar con él, así que nadie se le acercaba.

Era de esos pocos chicos que son interesantes por su manera de pensar y no por su manera de verse, ese que prefiere la tranquilidad de la soledad que el bochorno de las personas.

Aryl lo denominó como:

"El chico de la mirada curiosa"

Al anochecer él prefería desaparecer en las largas páginas de un libro, ella prefería desvanecerse en el humo de su cigarrillo.

Aunque ambos parecían ser muy diferentes, tenían una cosa en común.

En el fondo, ambos se sentían afortunados de tenerse el uno al otro.

O al menos, eso parecía..

ANKER. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora