Capítulo 3: Todo cambia.

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Toda mi vida creí en la idea de que los sentimientos hacia alguien no cambiaban, hasta que me topé con el problema a mi teoría. . .

Abrí los ojos. Allí estaba, mi mejor amigo de la infancia Andy. No lo podía creer, no lo veía hace años, debido a que me mudé de la ciudad en la que vivía de pequeña.

Andy!!! - dije emocionada - No puedo creer que estés aquí!- lo noté diferente, ya no era el niño con el que jugaba en el parque aquellos días de mi niñez- ¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste? ¿Quién te dejó pasar? ¿Por qué estás en mi habitación?

En cuanto dejé de hablar me dí cuenta que estaba en corpiño totalmente. ¡Que vergüenza!

Esta debe ser la mejor manera de recibir a un invitado: En ropa interior y con los pelos de bruja, recién levantada.

Apenas me dí cuenta, sin dejarlo aún hablar, me tapé con la sábana.

Julii!! Tanto tiempo sin verte. No te imaginas cuánto te extrañé - Dijo Andy exitado por el encuentro.

También te extrañé muchísimo Andy, pero explícame ¿Cómo demonios estás aquí? - No entendía nada, como siempre.

Mi padres y mi hermano nos mudamos a esta ciudad gracias al trabajo de mi papá, en cuanto llegamos mi madre me dijo: "Andy, que raro que aún no fuiste a ver a Julieta" y recordé que te habías mudado aquí, en ese mismo momento salí corriendo de la casa a buscarte, corrí una cuadra y me dí cuenta que no sabía ni a dónde iba. Volví a casa, le pedí la dirección de tu casa a mamá, y llegué hasta aquí - Dijo exausto - ¿Puedo abrazarte? - Preguntó Andy.

Sin dejarme responder me abrazó fuertemente. En ese momento mis pechos chocaron contra el suyo. Fue el momento más incómodo de mi vida. En cuanto lo notó se soltó rápido y disimuló.

Que vergüenza, me agarraste durmiendo - Dije tapando el silencio.

Ya sé, lo siento. No aguantaba más quería verte. Tu madre me advirtió que estabas durmiendo, pero no me importó y abrí la puerta. - Dijo disculpándose.

No te preocupes! Te extrañé tanto que ya no me importa nada. - Le dije

Nos miramos unos segundos, ambos dejamos de hablar.

Estábamos cambiados, no sentíamos lo mismo. Esto era incómodo!

Tal vez es porque la última vez que nos vimos fue cuando teníamos siete años. Me miraba con ternura, pero a la vez tenía un aspecto de madurez que a ambos nos producían otras cosas.

Ey bella durmiente! - Dijo rompiendo el silencio - Te traje un pequeño regalo.

Cielos, Andy no te hubieras molestado! Pero gracias. - Dije yo, siempre interesada por el regalo.

Se agacha y saca de una caja de cartón un pequeño conejito color blanco con marrón, era precioso! Al verlo me causó mucha ternura.

Mira quién llegó! - Dijo divertido ¿Te acuerdas de Walter? El conejo de nuestro salón en la escuela primaria. Bueno, tuvo crías y me encargué de traerte una! - Dijo Andy con una sonrisa.

Andy... No sé que decir... Gracias! - Le regalé una sonrisa llena de dulzura.

No podía creer lo que Andy había hecho por mí, en realidad me extrañaba.

Sin pensarlo dos veces me levanté de la cama con la intención de abrazarlo sin importar nada. Pero mi plan no funcionó exactamente como yo quería. Al pararme de la cama me enrredé la sábana que estaba en el piso entre los pies, y al caminar hacia él para abrazarlo, me tropecé y ambos caímos al suelo enrrollados en la sábana ; yo, abrazandolo y el con el conejo en la mano. Caí totalmente arriba de él, lo aplasté completamente. Nuestros rostros quedaron tan cerca, nos miramos fijamente y nos reímos.

Esto me recuerda a cuando nos conocimos a los tres años: De un tropezón. - Recordó mientras su boca casi rozaba la mía.

Es verdad, así nos conocimos, de un tropezón. - Le dije aún arriba de él.

Me levanté del suelo y fuí corriendo al baño sin decirle una sola palabra.
Andy seguía en el suelo.

Juli!! A dónde vas? - Gritó.

Antes de cerrar la puerta del baño le contesté...

Me voy a cambiar y después salimos a comer algo, te parece? - Pregunté.

Obviamente me parece estupendo! - Contesta con su simpatía de siempre.

¡Genial! - Le sonreí.

FIN DEL CAPÍTULO. Ojalá te haya gustado. Sé que fue corto.

Me disculpo por no subir tan seguido.

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Nos vemos para el próximo capítulo.

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