La huída

Capítulo II

Tristán se adelantó confiadamente a la gigantesca mole burdeo que lo aguardaba con una mirada incluso aburrida. Sacó un saquito celeste de un bolsillo de su asqueroso pantalón y de él extrajo un polvillo dorado, extendió su mano hacia el dragón y sopló.

El polvillo se esparció como si fuera niebla. El de escamas burdeo empezó a sentirse aletargado y somnoliento, hizo un pequeño esfuerzo por atrapar a ese pequeño joven antes de desplomarse profundamente dormido.

Nicole miraba sorprendidisima lo que acababa de pasar. Su apuesto y gallardo caballero... Resultaba ser un mago? Vaya, esto se ponía cada vez más interesante.

El joven mago dirigió su confiada  mirada hacia la sorprendida chica y, por arte de magia se elevó hasta alcanzar la altura de la ventana de la torre.

–"Buenos días, bella dama." - Dijo inclinando su cabeza.

–"Ammm... Hola?" - Contestó dudosa Nicole.

El chico lanzó una risita y le ofreció su mano. Nicole la miró extrañada.

–"Qué?"

–"Como ¿que? No tienes modales o que? - le dijo el fingiendose ofendido.

Ella lanzó una carcajada.

–" Lo lamento, soy Nicole"

–"Un nombre tan bello como la dama que lo porta" -dijo el besandole el dorso de la mano-"Yo me llamo Tristán" - continuó, haciendo una pequeña reverencia.

–"Ah...vaya..."–dijo la chica-"Ammm... Un nombre muy bonito..."

Tristán esbozo una sonrisa

–"Como sea. Basta de formalidades... Nos vamos?"

–"Disculpa?" - dijo Nicole, creyendo haber oído mal

–"Quieres irte ya?" - repitió el chico.

Nicole lanzó una risita nerviosa

–"Verás... Eres muy guapo y todo... Y agradezco que hayas matado al dragón pero... No quiero casarme"

Tristán hizo una mueca, una mezcla entre risa y asco. 

–"Y a ti quien te dijo que me quiero casar contigo. No, olvidalo, estás muy fea."

Nicole se cruzó de brazos ofendida.

–"Bueno, tu tampoco es que seas el bardo de Aladrien"

–"Solo era una broma, no te ofendas. No me voy a casar contigo vale? Solo te voy a sacar de la Torre, su quieres eso verdad?"

–"Por supuesto que si!"

–"Entonces no se diga más, vámonos!"

Tristán extendió una vez más su mano y está vez Nicole la tomó. Se paro en el alfeizar de la ventana y, con los ojos cerrados, salió. Quedó parada en el aire, sobre una sustancia inidentificable. La chica lanzó un gritito la tiempo que se aferraba al andrajoso jovenzuelo. Descendieron suavemente hasta tocar tierra firme y se encaminaron hacia el reino más cercano, según Tristán. Todo iba saliendo de maravilla hasta que notaron un temblor en el suelo, seguido de una ráfaga de aire caliente y un feroz gruñido. Temerosos se dieron vuelta, para encontrarse cara a cara con un gigantesco dragón burdeo, despierto y enojadisimo.