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Qué más da si la herida se me pudre,
me conformo con que ya no me duela.

Xavier Velasco

Pero a los ciegos no les gustan los sordos
y un corazón no se endurece porque sí.

Indio Solari

...

  -TaeHyung, ¿vos me estás dejando?

  -Sí.

  La vida. Esa cosa revoltosa que te deja de cara un martes a las siete de la tarde. Uno se espera los problemas, claro que se los espera. Yo siempre estoy esperando los grandes: una bala perdida en Navidad, que me echen del laburo por la crisis económica, la muerte de mi abuela Inés, que ya tiene ochenta y cuatro años. ¡Pero no, qué se va a morir la vieja! Es inmortal. Saludó al último dinosaurio vivo. Y la crisis económica... ¡Argentina, viejo! ¿Qué existe fuera de la crisis de nuestra economía? ¿Para qué me van a echar si me pagan monedas y la mitad en negro? De la bala perdida en Navidad nadie está a salvo, pero ¿por qué se va a perder justo en mi cabeza? ¡Miedos! ¡Miedos grandes y estúpidos! La realidad demuestra que la mitad de nuestros problemas son imaginarios. Los verdaderos ni se asoman por nuestros pensamientos. Aparecen y te dan vuelta la existencia un martes a las siete de la tarde.

  -Pero ¿por qué? No entiendo. ¿No íbamos a comprar una casa juntos?

  -Sí, JungKook. Íbamos.

  -¿Y qué pasó? ¿Conociste a otra persona?

  -No, no conocí a nadie. No se trata de nadie. Se trata de nosotros.

  -Te cogiste a HoSeok, el boludo de contabilidad, ¿no?

  -No, JungKook. No me cogí a nadie.

  -¿Y entonces? No... no entiendo. Estás trayendo tus cosas acá hace meses. Empezamos a vivir juntos, teníamos un proyecto.

  -Bueno, JungKook, ya no lo tenemos más.

Así se tiran cuatro años de relación a la basura.

   Teníamos un pasado y un presente, pero ahora solo tenemos cinco palabras nuevas: No-existís-en-mi-futuro.

   TaeHyung estaba decidido a borrarme de su vida, como si yo fuera una palabra mal escrita en su cuaderno recién estrenado. Y yo, desconociéndome, rompí en un llanto histérico.

  -No me dejes, mi amor, por favor, no me dejes.- En un impuso lo tomé del brazo.

  -Kook, pará.

  -Hago lo que sea.

  -JungKook.- TaeHyung me fulminó con mirada. Lo solté.

  -¿Es porque estoy gordo?

   Taehyung hizo un silencio.

  -No estás gordo. ¿Qué decís?

  -No vamos más a comer los domingos a lo de mi vieja. Pensé que se iban a empezar a llevar mejor, pero si no se llevan bien, no pasa nada. No tienen por qué. Y nos podemos ir un fin de semana a Córdoba. ¿No querías conocer Córdoba vos? Sí, podemos hacer eso. La casa puede esperar. ¿Para qué nos vamos a comprar una casa? No, no tiene sentido. Podemos seguir viviendo acá, juntos. A Europa nos podemos ir, sí, eso. ¡A Europa! Como soñaste desde chiquito.

   TaeHyung se levantó de la silla, fue a la cocina y se sirvió un vaso de agua.

  -¿Querés?

  -No, no quiero agua. Quiero que me expliques qué mierda te pasa.

  -Me está esperando un taxi abajo.-TaeHyung se tomó el vaso de agua de un tirón.

  -¿Qué? ¿Te vas así? Pará, hablemos.

  -Ya hablamos dos horas.

  -Pero... ¿no te gustó la idea de viajar a Europa?

  -Me llevo un bolso con mi ropa.

Sus palabras me laceraron como una navaja.

  -¿Cuándo te armaste un bolso?

  -Antes de que llegaras. Salí temprano de la oficina.

  -¿Cuándo decidiste esto?

  -En mi cumpleaños.

  -Tu cumpleaños fue hace dos meses.

  -Me voy, JungKook. Me llevo mi copia de llaves. Voy a venir cuando estés trabajando para llevarme las cosas que me quedan acá.

  -Pará, loco, ¡pará! ¿No sos feliz conmigo?

  -...

  -¿No me amás más?

  -No, Kook. No te amo más.

Y se fue.











  Well... como ya puse en la descripción, esta mini-historia no me pertenece, es de Magalí Tajes.
  Ojalá les guste tanto como a mi.
 

   



C O S A S | kim taehyung x jeon jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora