capitulo dos

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Iba dos minutos tarde, pero poco le importó ya qué sabía que aquellos dos no habían llegado aún. Tal vez llegarían dentro de cinco minutos, nunca eran puntuales.

Mientras los esperaba fue hacia un pequeño kiosco donde vendían estuches para celular, y viendo que el suyo ya estaba muy dañado quiso ver algunos.

Le indico a la señorita el modelo de su celular y ella le mostró cuatro, habia uno rosado súper chillón que inmediatamente descartó, uno tenia brillantina y no le gustó, el tercero era de color sólido azul; el cuarto tenia estrellas como decoración. Viendo que ninguno le gustaba, le dió gracias a la señorita y se fue.

El celular de Elena vibró y toco una corta melodía, indicando una llamada así que contestó

-Hey Tom ¿donde están?

-estamos en el área de comidas, sara no había almorzado

-Ok, voy para allá

Camino hacia donde le habían indicado, encontrándolos sentados en una de las tantas mesas comiendo un Subway, avisó que iba a comprar algo ella también y fue a hacer fila.

Casi llegando al mostrador un hombre pasó rápido por su lado topandola en el camino y accidentalmente le bajo uno de sus guantes, el tipo volteó y se disculpó rápidamente.

Ella solo hizo un pequeño sonido de molestia y se subió el guante esperando a que nadie hubiera visto sus marcas.

Llegó con sus amigos con dos donas y comenzaron a platicar tranquilamente.

-¿y para qué venimos?

-Mi papá me dió tarjetas de regalo para unas tiendas de ropa, y les voy a dar una a cada uno -respondió Sara

-Ok, pero yo me tengo que ir a las tres y media, no me dieron permiso en el trabajo para no ir a todo el turno

-Qué lástima. Espera ¿eso significa que trabajarás un cuarto de turno?

-Sí, prácticamente, aunque me descontaron un poco ya que no lo tomé de mis vacaciones

-¿Y tú?

-¿Yo qué? -Elena les miró distraída y confusa

-¿te contrataron? Ya sabes, en el puesto que está a unas cuadras de tu casa -preguntó Tom

-Ah, Sí. Empiezo en miércoles

Luego de unas cuantas palabras más fueron a las tiendas de ropa, los tres se separaron en algún momento así que Elena los comenzó a buscar.

Pero claro, mientras los buscaba miraba ropa

Encontró una sudadera muy bonita, pero al ver el precio vio que se llevaria la mayoria de su tarjeta de regalo, así que continuó viendo.

Entre tanto y tanto una joven se le acercó, preguntando si un chico a sus espaldas no era su amigo así que volteo pensando que habría estado haciendo alguna tontería, pero resulta que no. Volvió la vista un poco confundida.

-¿Él? Sí, es mi amigo

-¿Tienes su número? -su tono sugerente era notable

-sí

-¿Me lo podrias dar?

-no

-perra, solo lo quieres para ti ¿no es así? Egoísta, sé que te gusta

-estas molestando, no

Sintió que alguien se le acerco por detrás, supo quien era porque la chica calló de repente.

-hola ¿tienes esta camisa pero en talla mediana?

Elena la vió molesta porque cambió su expresión a una de amabilidad total. Sintió que la agarraban del hombro y le subían su guante, era Sara.

Susurrando le dijo -: calmate, están brillando

-Lo siento

-Vamos por algo de helado, para calmar las aguas -sugirió Tom

Los tres salieron de aquella tienda dejando a la chica confundida y buscando a Tom, ya que al volver a donde ellos habían estado, desaparecieron.

Luego de que Sara comprara un helado, ya que solo ella queria. Tom llevo a las otras dos a sus respectivas casas, ya que le quedaban en el camino.

Al entrar a su cuarto, se quitó los zapatos y revisó su teléfono, unas cuantas notificaciones de youtube y otras de spam por correo.

Fue al baño y se quitó la ropa, entró a la ducha y en cinco minutos ya estaba afuera de nuevo, debía estar poco tiempo, ya que era de noche y no le apetecía arruinar otro calentador.

Hoy sí estaba cansada, así que se cambió la ropa por algo simple y se metió en la cama, quedandose dormida en menos de quince minutos.

Sin embargo, no durmió como quería. Elena tuvo una pesadilla, una donde se encontraba en una celda diminuta, estaba atada con cadenas de metal envueltas en plástico, caía sangre de alguna parte de su cara manchando sus piernas con marcas.

Un hombre entraba, llevaba uniforme, otro le daba una orden y este levantaba un arma. Apuntó hacia su frente, ella lo vio con terror y gritó pero aquel sujeto apretó el gatillo.

Elena se despertó de golpe, rayos volando por todo su cuarto. A pesar de que lo había modificado para no tener este tipo de problemas, el susto fue grande y electrificó varias cosas. Una de esas fue el foco de la luz, haciendo corto circuito dejando a la casa sin luz.

Sin embargo ella no estaba consciente de eso, solo podía sentir su pulso acelerado, el miedo por todo su cuerpo, la respiración irregular, las lágrimas salir sin control y sus uñas arañando piel de sus brazos en un vano intento por contenerse.

...

En una oficina con muebles negros de madera y paredes de un color gris claro había un señor sentado en una silla de cuero que daba sensación de horror

Otro sujeto entró, con su uniforme y armas enfundadas le notificó.

"Hay otro, es un adolescente, tiene las marcas efervescentes"

El señor tranquilamente le dió su misión, después de que el sujeto saliera, su rostro se ensombreció.

Agrios recuerdos llegaron a su mente, un poco mas y estaría todo listo finalmente.

Las violetas de ElenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora