❮ Limerencia: Estado mental involuntario propio de la atracción romántica por parte de una persona hacía otra. ❯
En la era Taishō los humanos tenían un sediento enemigo en común. Los demonios «Oni». Estos enemigos tienen fuerza y velocidad sobrehuma...
Decía el anciano Ryu, el cual finalmente no era tan inactivo, perseguía a Inosuke por todo el comedor con la única intención de obligarlo a agradecer la comida.
Muchos cazadores de demonios no tienen un hogar a el que asistir gracias a abandonos o muertes de tutores, por ello se construyó una estancia para que los cazadores de demonios y trabajadores convivieran, sin embargo esto claramente no era una buena idea, ¿La razón? Si ya Inosuke, Tanjirou y Zenitsu eran un duelo juntos, imaginense triplicados.
Hoy llegaban más cazadores de demonios, nuevos cazadores; así era como Shiro entraba a este lugar con una maleta en manos, la joven de cabellos cortos miraba a su alrededor, todos estaban en el comedor, por lo que nadie se acercó a recibirla.
Siguió caminando hasta que justo enfrente de ella una puerta se abrió de golpe, esta por instinto la pateo, golpeando a Inosuke, quien iba escapando.
- ¡¿Eh?! ¿Qué es eso? - Si, con eso se refería a Inosuke con su característica cabeza de Jabalí, Inosuke quien estaba tirado en el suelo se levantó en silencio unos segundos mientras que Shiro retrocedía unos pasos, parecía un monstruo.
- ¡Oye tú! ¡Te reto a un duelo! ¡Midamos fuerzas! - Dijo el joven jabalí, pero detrás de el se asomó Tanjirou y Zenitsu, junto a los otros cazadores de demonios.
- Oh, nos dijeron que hoy llegaban tres cazadores de demonios nuevos; un gusto, mi nombre es Tanjirou, el es Zenitsu y el es Inosuke, disculpalo por favor. - Shiro miraba con detenimiento a el joven, era un niño, sin embargo se comportaba como un adulto, asintió mientras dejaba las maletas en el suelo, sus manos estaban algo enrojecidas, pues la maleta pesaba bastante.
- Soy Shiro Hamada, hace poco termine la selección final. - Dijo Shiro mientras extendía su mano, hubiera sido estrechada a no ser por Jinnie, una joven pelinaranja llegó agotada apoyándose en una pared, traía una cola alta y un abrigo de tela suave naranja con modelos de estrellas amarillas.
- ¡Entre por la ventana! - Tras decir esto todos quedaron en silencio; ¿de que hablaba? - Se me quedaron las llaves de ingreso, o bueno, las perdí, llame a la puerta... Pero nadie respondió, entre por la ventana. - Dijo finalmente Jinnie.
Las ventanas era muy altas como para solo abrirlas y pasar por encima, debía escalarlas, todas estaban cerradas y considerando el peso de las maletas habría sido difícil subir, con razón estaba tan cansada.
Del final del pasillo apareció la peliblanca con su abrigo azul con diamantes celestes; traía unos aretes de diamantes, pero andaba descalza.
- ¿Qué es todo este escándalo? Se escucha el griterio desde mi habitación. - Dijo Lucy, Lucy se había graduado antes que Jinnie y Shiro, pues era mayor, aquella mientras se cruzaba de brazos miraba a ambas chicas. - Cada vez hay menos cazadores. - Dijo únicamente eso.
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