~Capitulo 1~

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-Marie, apurate tenemos que irnos en diez minutos.- Me dijo mi madre desde la puerta de mi habitación.

-Ya voy.- Dije simplemente, ha decir verdad la idea de este viaje no me hacia mucha gracia. Termine de cerrar mi maleta y observe el cuarto. Una nostalgia fría recorrió todo mi cuerpo. No me quería ir pero obviamente mi opinión no se tomo en cuenta al tomar la decisión de irnos a otro país completamente diferente.

El carro estaba lleno de maletas. El camión con los muebles se fue hace media hora hacia el aeropuerto.

-Matt muevete.- Le dije a mi hermano al subirme al carro.

-Ay, ¿Pero quien está enojada por el cambio de casa?- Me pregunto con tonto juguetón Imbécil

-Ya no me jodas no es precisamente solo un "cambio de casa"- Sentencie. No me interesaba pelear con el y aunque ya estaba bastante "Grandecito" como para molestarme todo el tiempo. Lo hacía.

La revisión en el aeropuerto era tediosa y aburrida tuvimos que pasar por más de mil escáneres y ver como revisaban nuestras cosas. Y la espera fue peor. Camine por todo el aeropuerto esperando que pasara la larga hora que había que esperar para abordar. Los asientos del avión tampoco eran muy cómodos. Todo este maldito viaje ha sido una tortura.

Cuando las cuatro largas horas de viaje terminaron me sentí muy desubicada. Según mis cuentas subimos al avión a las ocho de la noche y cuatro horas más es la media noche. ¡No las diez de la mañana!

-Tranquila cariño. Ya te acostumbras al cambio de horario- Mi mamá me tranquilizó.

-¡Taxi!- Papá grito y un taxi se detuvo junto a nosotros. Subimos las maletas a la parte trasera y todos subimos al carro.

-¿Marie traes los papeles del colegio nuevo?- se dirigió a mi papá.

-Si están en la maleta.-

-¿Vas a seguir enojada por el traslado? No seas inmadura por favor.- Me regaño mi papá. Es increíble lo poco que me puede llegar a entender. Nunca he sido de esas "Típicas adolescentes" que viven diciendo que nadie las entiende. Mis papás son muy comprensivos. Al menos siempre lo fueron. Pero ahora no. No les importaba en los más mínimo que yo no quisiera estar ahí.

La casa era muy diferente, la sala era amplia y la cocina también. Caminamos por los pasillos y logre ver las habitaciones.

-Este es nuestro cuarto cariño.- Se dirigió mamá a papá. Ellos se miraron con cariño y siguieron caminando.

-Matt este es tu dormitorio. Espero te sientas cómodo.- Papá y Matt entraron al cuarto y se quedaron ahí. Segui caminando y vi una puerta a la derecha. Suponí que era mi habitación.

Dentro de este había un escritorio y un closet. Pero no había ninguna cama.

-Mamá ¿Cual es mi habitación?- Dije mientras llegaba donde ella estaba con Matt y papá. Ellos se volvieron a ver. Y luego papá se aclaro la garganta. ¿Que estaba pasando acaso no iba a a tener una habitación?

-Cariño...- Dijo mi madre haciendo una pausa. -Hay algo que debemos decirte.- Su tono era cuidadoso y se acercó a mi mientras hablaba.

-Hay algo de tu nuevo colegio que no sabes.- Me dijo mamá tomandome por los hombros.

-¿Que?- Le pregunte confundida.

-Es un colegio diferente al que estabas antes.- Me dijo he hizo una pausa. -Es un internado.-

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