El latido de mi corazón - [Higuel]

Cap.11 "San Fransokyo"

Pov. Miguel

Empaque rápidamente mis cosas en una maleta que me regalo mi prima Miel, estoy tan ansioso en conocer mucho más allá que mi México querido, y conocer el hogar del chino, será una aventura grandiosa.

—Miguel, ¿ya estás listo?—  Me pregunto mi padre que esta afuera.

—Si ya casí— Conteste al colocarle mi sudadera roja y salir con una sonrisa. —Ya estoy listó—.

—Espera Mijo, quiero que te lleves ésto— Mamá Elena me entrega la guitarra de papá Héctor, yo me quedé perplejo. 

—P-Pero... Mamá Elena no me la puedo llevar, la guitarra pertenece aquí.

—Si todos los sabemos, pero queremos todos que transmitas en ese lugar la música de aquí— Dijo mamá Elena con una sonrisa y con lágrimas en los ojos.

—De acuerdo, lo haré por ustedes— Tome la guitara y me la monte en mi espalda. —No los voy a decepcionar—.

—Tú nunca nos decepcionas Miguel, es lo contrario— Toma mi mejilla con delicadeza. —Bueno anda, que llegas tarde—.

Abrace a toda mi familia en forma de despedida, me subí al taxi junto al chinito y me despedí por última vez por la ventanilla moviendo mi mano, en verdad los voy a extrañar.

—Tienes una linda familia debo de admitirlo— Comentó el chinito colocándose su capucha de su sudadera y saca su teléfono.

—Si, soy muy afortunado en tener una bella y enorme familia— Comenté con una sonrisa. —Aunque saben que ustedes también ya son parte de está familia— Dije al abrazar al chinito, este mostro algo de enfado.

—Si lo sabemos Miguel, gracias— Se separó de mi y volvió su vista al aparato, ¿por qué es tan así conmigo? .

En el camino los amigos del chino y de mi prima, me comentaban cosas fantástica de San Fransokyo,  en verdad se escucha magnífico su tecnología, su comida y el avance que han tenido ese lugar.

Tiempo después nos encontrábamos en el aeropuerto de mí pais tengo que admitir que nunca me he subido a un avión por miedo a las alturas pero intente ocultarlo, aunque cuando empezamos abordar sentía mis piernas temblando y mareos por los nervios.

—Oye Miguel, ¿te encuentras bien?— Pregunto mi prima.

—Eh... S-Si estoy fantástico s-solo es alegría jeje... —.

—Bueno si tu lo dices... Si sientes mareo hay una bolsa cerca de tu asiento para controlarlo— Comentó al sentarse a su amiga.

—Si m-muchas gracias Miel— Contesté al sentarme junto a mi chinito, me tocó junto a la ventana, en verdad tenía miedo,  sentía como poco a poco me faltaba la respiración, creo que estaba naciendo una claustofobia en mí, porque sentía que no podía controlar mi respiración pero al sentir el tacto de una mano pude sentir paz y era Hiro.

—Ya tranquilo, anda controla tu respiración con esto Migue— Me da una bolsa de papel para poder controlar mi respiración y lo hice como me lo indicó. —Ah si es Inhala y exala, no queremos que vayas al hospital por un ataque— Ríe para controlar un poco la situación y lo consiguió el chino.

—Muchas gracias Hiro— Agradecí al momento de retirar la bolsa de mi boca.

—Bueno, si quieres puedes tomar mi mano al momento del despegue— Ofreció con un ligero rubor en las mejillas yo de inmediato acepte con una sonrisa alegre, creó que sentiré miedo más seguido para obtener más cariño de Hiro.