realidad.

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Me dijeron que tenía que comenzar esta wea con algo re filosófico, pero la verdaí no se me ocurre ni una mierda. Buenas cabros, yo soy Danna o La Danna pa' mis compas, ah. Les contaré algo de mi vida, solo espero y no se duerman, primero que nada, soy chilena pero vivo acá en Argentina gracias a que mi abuela se quedo sola después de que mi abuelo falleciera. Segundo, tengo diecisiete años y voy a último año de secundaria. Y tercero, tengo muy pocos amigos.

Mateo Palacios y Rumer Balsano son las únicas personas en las que realmente confió. El primero es mi mejor amigo desde los catorce y la segunda es mi mejor amiga desde hace un año. Para mi ellos son los hermanos que nunca tuve, me apoyan en todo y estan cuando más los necesito.

Bah ya, no sé duerman po.

Hoy, oficialmente se cumplían dos semanas de no ver a Mateo por el colegio, ¿la razón? El aweonao esta enfermo, si no me equivoco tiene una infección en la garganta y casi no puede hablar, por lo que su padre decidió no mandarlo estas dos semanas al colegio. Weon suertudo.

Ajá sí, concentrate Danna.

El camino a la escuela fue re aburrido, excepto por la parte en la que un nene se saco la chucha por perseguir una weona ardilla. Cada día de esta semana me había acordado de lo mucho que Mateo me hace falta, pues, las mañanas en el colegio ya no son tan divertidas.

Lo único que me lograba hacer reír durante las clases es el aweonao de Mauro Monzón, no puede pasar un minuto sin decir una pelotudes.

―¡Ya boludo, deja de gritar! ―Fue lo primero que escuche al entrar a mi aula. Eche un vistazo al lugar y pude ver el desastre que mi salón era en estos instantes.

Samantha Oliva se encontraba en una esquina dibujando, Rumer Balsano veía entretenidamente su teléfono, Valentín Oliva junto a Eduardo Cachavilano, Mauro Monzón, Daniel Ribba, Lautaro Saina y Matías Spallati se encontraban jugando en otra esquina del salón. Mientras los demás hablaban y otros gritaban, molestando a muchos de mis compañeros.

Camine con un dolor horrible de cabeza, tapandome los oídos y empujando a algunos de mis compañeros para poder llegar a mi lugar. Me senté y mire hacía atras, a la única banca que se encontraba vacía, la de Mateo.

De nuevo, el sentimiento de tristeza al extrañarlo volvió, pero esta vez mezclado con otro. Extrañada, camine hasta Manuel quién había llegado un minuto atras, a Manuel era a quién le preguntaba sobre el estado de Mateo, él, como la gran persona que es se encargo de avisarme y entregarle las cosas que yo le daba para Mateo.

―Hola.

―¿Hola? ―Me dio una mirada confusa, sin duda preguntandose porqué chucha le hablaba dentro del aula, cuando todos los días le preguntaba solamente por el estado de Mateo y ni siquiera me empeñaba en saludarlo.

―¿Como estaí, po?

―Supongo que bien, aunque un poco confundido porqué me estás hablando acá en el aula.

―Ah ya, weón, quise ser sociable. ―Solté una risa contagiandosela a él.

―Re sociable vos.

―Igual, venía también a preguntarte como sigue el aweonao de Mateo. ―Hice un puchero al ver como rodaba los ojos ante lo dicho.

―Pues, esta bien. ―Se encogió de hombros.― Ah, por cierto, me dijo que te diera esto.

Se dio la vuelta buscando algo en su mochila, después de un minuto aguantando sus maldiciones porqué no encontraba lo que me iba a dar, volvió a voltearse hacía mi entregandome una pequeña hoja.

Reí al ver las decoraciones fallidas que Mateo había hecho en la portada. Una sonrisa apareció en mi rostro al ver lo primero que la "carta" decía.

Para: Danna banana De: Tú amorcito Matu

Querida y linda Danna...

Ahre na que ver. Igual, ¿cómo estás, beba? Yo realmente extraño estar en ese maldito colegio, estar aquí acostado casi todo el día ya se me hace muy agotador. Por cierto, muchas gracias por los chocolates que me estuviste mandando con Manu, me dijo que diariamente le preguntas como me siento, cosa que me da a entender que si soy tú mejor amigo como me dices siempre. ):

Extraño mucho hablar contigo en medio de clases, espero ya recuperarme pronto para poder ir a molestar de nuevo a todos, ah. Si no me equivoco puede que el miércoles ya este de vuelta en el colegio, pero por lo mientras seguiré tratando de volver a mi voz normal.

Supongo que hasta acá llega mi intento de carta, nos vemos dentro de unos días, gordi.

Atentamente, el "aweonao" de Mateo.

Solté una pequeña carcajada al terminar de leer la carta, después de unos minutos mordiendo mi labio y mirando fijamente su contenido, sentí la mirada de Manuel en mi.

―¿Te gusta, no?

―¿De quién hablas? ―Enarque una ceja hacía él, mientras Vainstein se acomodaba bien en su lugar.

―De Mateo, digo, me preguntas todos los días por él, te ríes de todas las cosas que te manda a decir, sonríes como pelotuda al leer su carta. Creo que me equivoco, estas enamorada boluda.

―Yo creo que estaí loco, Manuel. Mateo solo es mi amigo, no tengo intenciones de ser algo más.

―Si vos decís.

Me levante de la silla en la que estaba sentada y volví a mi lugar, después de un rato sentí la presencia de Rumer a mi lado.

―Hola ranchi.

―Wenas cabra. ―Sonreí ante su presencia.

―¿Que andas haciendo?

―Bah, fui a preguntarle a Manu como sigue Mateo.

―Oye boluda, no te lo tomes a mal pero, yo creo que andas medio enamorada de Mateo. ―Soltó después de unos segundos.

―¿Porqué pensaí eso, weona?

―Le preguntas a Manu cada día sobre él, copias las tareas para luego darselas a Manu para que el se las de a Mateo e incluso le regalas chocolates y vos no le regalas chocolate a nadie, ¡ni siquiera a mi! ―Chillo haciendose la enojada. Fua, ¿enserio me veo enamorada de Mateo?

―Solo me preocupo por el, po.

―Si claro. No paras de hablar de Mateo en todo el día, admite que estas enamorada de él.

―Dale Rumer, que no. ―Rodé los ojos mientras sacaba mi teléfono de la mochila, mi amiga solto un bufido y miro a otro lado.

―Te diré que te creo para que no te sientas mal.

―Es como si yo te dijera que te gusta Valentín. Y vos odias que te diga eso. ―La morocha se quedo callada.― ¿Veí? Yo tengo razón.

―No, yo tengo razón.

―La realidad es que Mateo solo es mi amigo y así se queda la wea.

―No, no. La realidad es que estas tan enamorada de Mateo, que el hecho de admitir tus sentimientos te hace sentir miedo.

𝗛𝗢𝗡𝗘𝗦𝗧 ━━ 𝘔𝘈𝘛𝘌𝘖 𝘗𝘈𝘓𝘈𝘊𝘐𝘖𝘚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora