Dos semanas con tres días y Mateo seguía sin volver a la escuela. En los dos días anteriores me puse a pensar en las cosas y llegué a la verdad, la verdad era que en realidad si estoy enamorada de Mateo. Y lo que más miedo me da es que si se llega a enterar, ese podría ser el fin de nuestra amistad, lo cual es lo que menos quiero.Como los días anteriores, el recorrido de mi casa al colegio fue aburrido. Al llegar al colegio, camine a paso lento a mi aula, hasta que una voz que había extrañado demasiado llego a mis oídos.
―¡Danna!
Me dí la vuelta encontrandome con Mateo corriendo hacía mi con los brazos abiertos, yo, emocionada corrí hasta él y lo abracé. Su perfume no tardo en inundar mis fosas nazales, realmente había extrañado tanto su olor.
―Dios santo, te extrañé tanto beba. ―Hablo separándose del abrazo.
Ambos comenzamos a caminar al aula, mi mochila ahora colgaba de su hombro y yo me encontraba con las manos en los bolsillos de mi sueter. Ese día se encontraba haciendo frío y digamos que el uniforme no ayudaba mucho.
Entramos al aula y nos encontramos con la misma escena de todos los días; mis compañeros haciendo mierda el salón. Después de eso, Mateo se fue con sus amigos mientras yo me encontraba mirando videos en mi teléfono.
De un momento a otro, pase de ver videos a ver mis conversaciones con Mateo. Reía ante los mensajes y stickers que nos mandabamos, también por las fotos de él que me mandaba cuando estaba aburrido y hacía caras graciosas. De hecho, gracias a él mi memoria se encontraba llena.
Sin saber en que momento mi mirada se dirigió hasta Mateo, quién al sentir mi mirada sobre el me regalo una sonrisa. Entonces, ahí fue cuando me di cuenta de que tal vez Mateo me gustaba más de lo que yo imaginaba y nunca me quise dar cuenta.
―¿Cuándo pensas decirle?
―No lo sé. ―Le conteste a Virginia. La rubia también sabía de mis sentimientos a Mateo, pues, ella junto a Rumer y Samantha me ayudaron a darme cuenta de las cosas.― ¿Vos que pensaí?
―Que es malo guardarse las cosas para uno mismo.
Reí ante su respuesta y devolví mi mirada a Mateo. Este ahora se encontraba jugando uno junto a Valentín, Manuel, Eduardo, Mauro, Daniel y Matías. Admire detenidamente su perfil y me pregunte porqué mierda nunca me di cuenta de que Mateo me gustaba, tal vez porqué soy muy weona y ciega para darme cuenta de las cosas.
―Solo espero y no me deje de hablar el aweonao, lo que menos quiero es perder su amistad. ―Virginia asintió y llevo su mirada a Eduardo.― ¿Y vos? ¿Cuándo pensaí decirle a Cacha?
―Pronto, pero también espero y no me deje de hablar.
―Creeme, lo último que Eduardo haría en el mundo sería dejarte de hablar, po. Te tení que dar cuenta vos también, las miradas que te da el aweonao son de amor. ―Reí.
―Entonces vos también date cuenta que a Mateo le gustas el doble de lo que te gusta él.
―Ya quisiera. ―Suspire.
( . . . )
Ahora me encontraba buscando a Mateo, el wacho salió del aula disparado a la tiendita del colegio y yo necesitaba hablar urgentemente con él. Por más que le grite para que hablaramos el muy weón me respondió con que su guata rugía como león y que el hambre que sentía en esos momentos se no necesitaba quitar.
Llegué a la cancha de futbol que se encontraba en el patio trasero y pude notar desde lejos a mi mejor amigo, quién jugaba mientras comía su sándwich. Hice un ademán con la mano y su vista viajo hasta mi, Mateo sonrió y camino hasta donde yo me encontraba.
―¿Qué pasa, gordi?
―Pasa que quería hablar contigo y vos me dejaste buscandote como weona. ―Me cruce de brazos como nena de cinco años y el río. Aweonao, como el no se tardo diez minutos buscando a alguien.
―Dale, ¿de que queres hablar?
―Bueno, es de algo que quería hablar desde hace unos días. Me tarde mucho en darme cuenta, sino fuera gracias a Rumer, Virginia y Samantha nunca hubiera aclarado todas mis weas en la cabeza.
―Ya. ¿Me vas a decir que te gusta Daniel?
―Conchetumare no. ¿De donde sacaí eso, weón? ―Le dí una mirada confundida. Si, en su momento sentí algo por Daniel, pero weón, fue harto tiempo atrás.
―Fua, ni yo sé. Pero ajá, ¿de que hablas entonces?
Me quede callada, pensando en si sinceramente era buena idea confesar lo que sentía, teniendo dos razones por las que no quería hacerlo. Una, porqué apenas me había dado cuenta de lo que sentía por Mateo hace menos de dos días, por lo que pienso que es muy rápido. Y dos, porqué le tengo miedo al rechazo.
―Eu, ¿Danna, estás bien?
―Eh, si. ―Le dedique una sonrisa, qué más bien era una mueca y el volvió a fruncir el ceño.
―Ya boluda, decime que pasa.
―Creo que me gustaí. ―Solté de repente. Mateo comenzo a tocer al escuchar lo que dije, atragantandose con su misma saliva.
―¿Qué?
―Que me gustaí po weón.
Un silencio incomodo se formo a nuestro al rededor, el paso de estar sentado en las gradas a estar parado frente a mi.
―Pero, ¿porqué yo?
―No sé porqué chucha justamente vos me gustaí, solamente sé que comencé a extrañar todo de ti en estas dos semanas. Y antes de que me rechaces quiero que sepaí que erí mi mejor amigo y no te quiero perder, aweonao. ―De repente, comencé a hablar rápido, como si estuviera imitando el doble tempo que hacen los freestylers que ve Mateo.
―Para, boluda.
―Weón sabía que no era buena idea decirtelo, ahora sin duda me odiaí y no me querí ver más, conchetumare que aweonada soy.
―Danna dejam...
―Nunca quise arruinar nuestra amistad, enserio Matu.
―Danna.
―Por la chucha creo que voy a llorar, weón no.
―¡Danna!
―¿Qué? ―Pregunté al escuchar su grito.
―Vos a mi también me gustas.
Ah ya, ¿cómo se respira?
Al escuchar lo que dijo, pude imaginarme lo colorada que estaba. Es que weón, ni siquiera tenía idea de que él sentía lo mismo, me esperaba un rechazo y un corazón roto.
Ya no podre dedicarle la de where do broken hearts go? pensé.
Realmente no esperaba esa confesión.

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𝗛𝗢𝗡𝗘𝗦𝗧 ━━ 𝘔𝘈𝘛𝘌𝘖 𝘗𝘈𝘓𝘈𝘊𝘐𝘖𝘚
FanfictionHONEST. ━ ❝ ME GUSTA MÁS CUANDO ESTOY CONTIGO, LO SUPE DESDE EL PRIMER MOMENTO, ASÍ LO DIRÉ DE NUEVO CARIÑO, ME GUSTA MÁS CUANDO ESTOY CONTIGO ❞ donde danna confiesa gustar de uno de sus mejores amigos y este, sin pensar como se sentiría la chica, l...