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Jeonghan no tardó mucho en percibir el aroma femenino en el que estaba impregnado Seungcheol, pudo olerlo desde antes de que bajara de la moto, la sangre le bajó a los pies cuando vió su camisa blanca, su cuello... Sus labios.. Llenos de labial rojo

- ¿Qué... Pasó? - dijo temeroso. No iba a sacar conclusiones apresuradas sin estar seguro, escucharía lo que Seungcheol tuviera que decir, porque no lo dejaría ir sin una buena explicación

Seungcheol quien estuvo reprimiendo sus lágrimas, las dejó a salir poco a poco, pero brotaron como cántaros sin su permiso. Intentó acercarse a Jeonghan, quería envolverlo en sus brazos, sentir su aroma... Pero el rubio no lo permitió... Por cada paso que Seungcheol avanzaba, Jeonghan retrocedía uno

- Dime ¿Qué pasó? - preguntó más molesto que confundido

- Jeonghan - dijo apenas en un suspiro antes de romper en llanto

El rubio se suavizó con él, abrió la reja de su casa y lo invitó a pasar. Una vez dentro Seungcheol limpió sus lágrimas con un pañuelo que Jeonghan le ofreció, podía oler el coco aún en sus objetos, fue suficiente para calmarlo

- Sube y date un baño - dijo el rubio entrando hasta la cocina - Apestas - dijo en un tono despectivo

Seungcheol obedeció sin decir nada, subió las escaleras y entró al baño, era increíble la forma en la que el simple hecho de estar rodeado por cosas del rubio le devolvían la paz y felicidad que tanto le hacía falta. Colocó su camisa y saco en una canasta sobre el piso, desabrochó sus pantalones y fue interrumpido por los golpes a la puerta

- ¿Puedo pasar? - dijo Jeonghan

-Pasa- dijo Seungcheol

- Dame tu ropa - dijo abriendo la puerta y asomando su mano - Vamos a lavarla antes de que el rojo no pueda quitarse - Seungcheol obedeció dándole la camisa y el saco- Tu pantalón también - el pelinegro dudó un poco - Sólo por el aroma

Se desvistió por completo entregándole el pantalón a la mano intrusa que se asomaba en la puerta

- Ya me has visto desnudo - dijo él - ¿Por qué no entras?

- Porque justo ahora tengo ganas de golpearte, Choi Seungcheol - confesó el rubio - Dentro del armario hay varias pijamas, puedes usar una

- Jeonghan yo... - no pudo terminar de hablar, pues Jeonghan azotó la puerta una vez que obtuvo el pantalón

Seungcheol sólo pudo reír ante el comportamiento celoso del rubio, podía notar que no estaba molesto, si no, no lo habría dejado tomar una ducha en su baño o usar uno de sus pijamas. Se sumergió bajo el agua tibia, utilizó un poco del aceite de coco para el baño del rubio y se dedicó a aspirar su dulce aroma, podría quedarse ahí por horas... Se olvidó por momentos de su desagradable experiencia con Momo, al principio no lograba explicarse como las cosas habían cambiado tanto, pero luego lo supo.

Decidido, salió de la tina y se vistió, tomó un pijama color gris con un cactus grande en la parte de arriba... Sonrió al recordar el cactus que Jeonghan le regaló cuando se conocieron

- Gracias por la ropa - dijo a Jeonghan cuando llegó a la cocina

- Esta bien - dijo sin mirarlo - Tu ropa está en la secadora, no tardará mucho

- Lamento las molestias - dijo acercándose a el. Jeonghan lo miró desde la estufa, tenía sus brazos cruzados al frente, su cabello revuelto y caído en su frente, sus ojos... Rojos por supuesto, parecía como un perrito regañado

- No es molestia - dijo el rubio dejando lo que hacía. No resistía ver al pelinegro tan triste, tan vulnerable, tan... Infelíz. Caminó hasta él y lo envolvió en sus brazos. Seungcheol lo abrazó por la cintura hundiendo su rostro en el cuello del rubio

CRAZY LOVE [Jeongcheol]Where stories live. Discover now