CRAZY LOVE [Jeongcheol]

18

Joshua caminó escaleras arriba hacia la habitación de Jeonghan, cuando entró por la puerta abierta de par en par, notó que no había nadie en la habitación, entonces decidió dar la vuelta sobre sus pies para bajar nuevamente, hasta que escuchó algo proveniente del cuarto de baño. Se acercó caminando y antes de estar frente a la puerta lo escuchó

-Mhg... Mhg... Ahg... Cheol... -Joshua se llenó de ira en cuestion de segundos, caminó directo a la puerta decidido a derrumbarla si era posible, tenía ganas de golpear a Seungcheol y ahora tenía la excusa perfecta. Estaba a punto de colocar su mano sobre la manija y otra mano lo tomó de la muñeca para detenerlo

- ¿Qué crees que haces? - dijo susurrando

- ¿Qué te parece que hago, Wonwoo? - contestó furioso el castaño

Wonwoo arrastró a Joshua hasta el pasillo, donde probablemente nadie los escucharía

- No entiendo por qué te molesta - le expuso Wonwoo

- Seungcheol es malo para él, sólo problemas ha traído desde que se metió en la vida de Jeonghan, tú mejor que nadie lo sabe, Wonwoo

- Jeonghan puede hacer lo que quiera Joshua, esta es su casa para empezar y tú deber como amigo es apoyarlo, no meterte en su vida para controlar lo que haga

- Pero, es que yo... - se quedó callado sin saber qué decir

- Tuviste tu oportunidad Josh... Al igual que yo... Pero te diste cuenta tarde - Wonwoo puso su mano sobre el hombro de Joshua - Eres su amigo, compórtate como tal...

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Seungcheol abrió la bata de Jeonghan relevando a ese ser tan perfecto que por azares del destino terminó en sus brazos, el pecho de Jeonghan subía y bajaba, se retorcía de placer en las sábanas mientras el pelinegro mordía sus labios y cuello y masturbaba al mismo tiempo. Hizo un camino de besos desde los labios del menor hasta su vientre, Jeonghan sólo tomaba con sus manos aquella cabellera negra y sedosa entre sus dedos. Seungcheol besó con cuidado su extensión para lamerla desde la base a la punta

- E-Espera- dijo el rubio- Alguien puede vernos

- No me importa si nos ven- dijo Seungcheol

- Vamos al baño...Por favor... - dijo apenado y enviando la vista a otro lado

- Está bien - dijo Seungcheol poniéndose de pie junto al rubio

Entraron y Jeonghan cerró la puerta tras de sí, Seungcheol no esperó a que el rubio girara hacia él, con una de sus manos bajó la bata del rubio revelando su blanca espalda... Comenzó a lamer su cuello y besar hasta donde su vista alcanzaba, por detrás pegaba contra los glúteos de Jeonghan su propio miembro ya bien despierto. Llevó a Jeonghan hacia el lavabo y lo hizo recargarse en él. Pudo quitarle la bata pero no lo haría, le daba un toque extrañamente sexy, mientras se resbalaba por todo su cuerpo. Seungcheol volvió a tomar el miembro de Jeonghan, se hincó frente a él y lo chupó cuanto quiso

- Mhg... Mhg... - Seungcheol pudo escuchar como alguien se acercaba a la puerta.

Quien quiera que fuera, no arruinaría su momento - Ahg... Cheol - siguió succionando y lamiendo la hombría de Jeonghan... Sabía tan bien... Olía tan bien... Jamás disfrutó tanto el sexo oral como lo hizo con el rubio

Se levantó y besó a Jeonghan nuevamente, restregando su miembro duro contra el abdomen del rubio. Podía verse claramente a través de la ropa interior

- Yo también quiero hacerlo - dijo el rubio poniéndose de rodillas. Seungcheol no se negó, se sorprendió un poco al ver la iniciativa del rubio pero no lo detuvo estando frente a él, tocó su miembro con los dedos, Seungcheol estaba sonrojado, jamás nadie se había detenido a observarlo y tocarlo de esa manera - Es... Grande - dijo Jeonghan lamiéndose los labios y mirando a Seungcheol desde abajo. Bajó su ropa interior hasta dejarla caer al piso, lo tomó con su mano no vendada, acariciando y besando cada centímetro de su extensión. El pelinegro dejaba salir largos suspiros ahogados, respiraba profundo y entrecortado, había pasado mucho desde que hizo algo así, casi olvidaba lo bien que se sentía. La piel erizada, el flaqueo de las piernas, el calor en las mejillas, no recordaba que se sintiera tan bien... Probablemente porque nunca se sintió tan bien como en ese momento en el que el rubio metió todo a su boca y con fuerza se hacía de adelante hacia atrás mientras lo veía fijamente