Alianza Pasional-Ziam Palik, Larry Stylinson.

Capítulo 1

Capítulo 1

Estaban formados en dos filas paralelas, fila A estaba frente a fila B. Louis se encontraba en la fila A, mientras que Harry en fila B. Estaban uno frente al otro. Todos miraban a su alrededor, el cielo, el pasto creciendo milimétricamente, todo menos entre ellos. Quizás por vergüenza o incomodidad. Nadie se conocía. Un superior vestido elegantemente con su uniforme de teniente caminaba entre las dos filas con paso lento, pero elegante.

-          A partir de hoy vivirán bajo este régimen. Serán soldados aliados y combatirán contra el enemigo sin rendirse. – Habló con voz alta. - ¿Entendido? – Preguntó enérgicamente.

-          Siiii… - Se escuchó descoordinado y débil.

-          ¡¿Entendido?! – Vociferó con fuerza, asustando a muchos.

-          ¡SIIIII! – Gritaron con más fuerza y el teniente quedó satisfecho.

Se retiró del campo y dejó a los chicos con otro encargado. Éste era un chico más joven, pero igual más corpulento y pequeño de estatura.

-          Los guiaré a sus habitaciones temporales. Síganme, por aquí. – Ordenó con voz autoritaria.

Todos comenzaron a seguirlo. Hicieron fila india y caminaban lento, como deseando no ir. Después de caminar un buen tiempo llegaron a una villa. Se detuvieron.

-          A los que llamo se acercan y me siguen. – Mencionó y leyó un papel que tenía en su mano. – Friechman, Rethelwhist, Thurmman,… - Mencionó los apellidos de unos chicos y fueron acercándose.

Llamaba de cuatro en cuatro y los llevaba hasta una habitación. Allí los dejaba y regresaba por otros cuatro más.

-          Tomlinson, Styles, Malik, Payne – Llamó y se acercaron.

Caminaron juntos, pero había cierta inexplicable tensión y aversión. El chico moreno miraba de reojo al de cabello castaño con ojos marrones, que se encontraba a su lado. Lo inspeccionaba con la mirada.

Mientras, el rizado ojiverde miraba a su compañero de su lado, el chico de lindos ojos celestes.

Narra Louis

Me sentía observado. Miré de reojo a mi izquierda y noté que el chico rizado me miraba, y no dejaba de hacerlo. Sentía mis mejillas arder. No sabía si decirle que dejara de hacerlo. Volví a captar de reojo un movimiento suyo. ¡Se mordió el labio!... ¡Y dirigió su mirada hacia mi trasero! Qué descarado.

Giré mi cara para enfrentar su mirada. Lo sorprendí y me miró. Me sonrió y alzó una ceja de manera sugestiva, en plan seductor. ¿Qué le pasa?

-          Oye, ¿qué es lo que te pasa? – Pregunté algo alterado por su actitud.

-          Nada, cariño. Sólo disfruto de observar lo bello del paisaje. – Dice coqueto y me guiña el ojo.

Me quedé mudo y rojo, muy rojo. Voy a ignorar su último atrevido comentario -en realidad todos sus comentarios- Giré la cara y miro hacia el frente, ignorándolo por completo.

Cuando por fin llegamos pasamos a un amplio cuarto algo rudimentario, pero con las cosas necesarias como camas, roperos, veladoras y un comedor con sillas.

-          Este será su habitación, serán compañeros de cuarto. – Dijo y yo pensé: ¡No! ¡Dormiré en la misma habitación con ese idiota! Bueno, me cambiaré de habitación, sencillo. – No podrán cambiar de habitación. – Mierda. – Queremos mantener el orden, así que si descubrimos que lo han hecho serán castigados brutalmente, incluyendo a sus familias. – Tuve miedo de la amenaza porque me preocupa que por una desobediencia mía le pase algo a mi familia. – Bueno, eso es todo. Descansen lo que queda del día, mañana sabrán por qué lo digo. Buenas tardes.