Día 5: Luna de Miel

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  Los papás de Scott se habían casado cuando él ya tenía 7 años y en la misma semana se habían ido de viaje por su luna de miel. Le explicaron a su hijo que solo podían ir ellos dos y que él debía quedarse allí con sus abuelos durante las 2 semanas en las que no estarían.

  Scott lo comprendió por completo y no hizo ninguna pregunta al respecto, pero les pidió a sus padres que no lo dejaran todos los días con sus abuelos porque se aburría, así que le arreglaron para que algunas noches se quedara a dormir en la casa de sus amigos.

  El martes estuvo con Hope, el jueves con Luis y para la 2da semana tenía arreglado ir a lo de Dave, Kurt y Maggie. Pero el más importante era ese día, el sábado, que se quedaría en la casa de su amigo Peter Quill, donde dormirían afuera en una carpa y podrían quedarse despiertos hasta la hora que quisieran.

  Así que el sábado por la tarde, Scott armó su bolso con sus cosas y su abuela, Sarah Brown, mamá de su mamá, lo llevó hasta la casa de su amigo.

  Yondu, el tío de Peter, abrió la puerta y su abuela Sarah lo confundió con el padre del niño.

  —No, no señora, yo solo soy su tío— contestó Yondu, amablemente.

  —Yo no tengo papá— agregó Peter, con inocencia y sin tristeza, luego de abrazar fuertemente a su amigo.

  —¿Hola...?— se escuchó que preguntaba Meredith Quill, llegando a la puerta de entrada.

  —Hola, un gusto, Sarah Brown, abuela de Scott, viene a traerte al niño— dijo la señora muy felizmente, saludado con un beso a la joven madre.

  —Un gusto, Meredith Quill, madre de Peter— se presentó la rubia y luego le dio un beso en la frente al amigo se su hijo—. Hola Scott, querido ¿Cómo estás?

  —Bien— Scott solía ser bastante cortante de niño.

  —¿No quiere pasar, Sarah?— preguntó Meredith cordialmente—. Justo estaba haciendo té...

  —Oh, no no, no quiero abusar...

  —¡Quedate, abu! Así te muestro los muñecos que te dije que Peter tenía.

  Siendo arrastrada por su nieto, Sarah no tuvo más opción que aceptar la invitación de Meredith, pasando allí gran parte de la tarde, mirando todos los muñequitos de Star Wars que los niños le mostraban, sin recordar ni un solo nombre.

  Mientras ellos tomaban la leche y jugaba junto con Kraglin, el hijo de Yondu, que era solo unos dos años mayor, los adultos hablaban del viaje de Emily y Josh Lang de luna de miel, llamando la atención de uno de los pequeños.

  —Peter, hijo ¿Por qué no guardan los juguetes y sacan la carpa así los ayuda a armarla mientras aún hay sol?

  Asintiendo con la cabeza, Peter obedeció a su madre y tomó todos los juguetes que podía en sus manos, con ayuda de Scott, mientras Kraglin fingía no haber jugado para no ordenar.

  —¿A donde se fueron tus papás?— le preguntó Peter, cuando al fin estuvieron solos.

  —A Luna de Miel.

  —¿Fueron a una luna?

  —De miel.

  —¿Y donde queda eso?

  Scott se quedó pensativo, la verdad es que no tenía idea, nunca lo había preguntado. Intentó recordar algún momento en el que algún familiar mencionara el sitio en el que se encontraba la Luna de Miel, pero no le vino a la mente ningún recuerdo.

  —No sé— dijo al fin, encogiéndose de hombros—. Pero se fueron en avión.

  —¿En un avión o en una nave?

Star-Ant Week [2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora