¿𝐐𝐔𝐈𝐄𝐍 𝐄𝐑𝐄𝐒? | 𝒃𝒆𝒗𝒊𝒆

✦. capítulo O1

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❝ chapter one ❞

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Okay, estaba realmente nerviosa. Mis dedos sudaban y no podía sostener bien mi valija donde llevaba casi toda mi ropa. Mi mamá estaba al lado mío, su mano derecha estaba sobre mi hombro, dándome apoyo en silencio. Nunca fue una madre muy cariñosa, pero tenía pequeños gestos que me dejaban saber que me quería, a su manera.

―Evie ―giré hacia mi madre, quien me miraba detenidamente. Cuando hacia eso, normalmente era porque estaba buscando algún pelo fuera de lugar. Me preocupé, ¿Me habrá quedado algún pelito cuando me depilé? No, no, imposible―, las cejas las tienes perfectas, muy bien.

Sonreí y sostuve con más fuerza mi valija, se supone que el auto que me llevaría a la academia llegaría pronto, y los nervios me estaban matando. Ya cuando faltaba un minuto para que la hora acordada llegara, pude divisar un gran auto negro. Cuando estacionó frente a nosotras, pude notar que tenía dos banderines con el escudo de la academia, ubicados a cada lado del capo del auto. De este, del lado del conductor, bajó un hombre con traje completamente negro.

―Buenos días señoritas. Me alegra informales que seré yo quien la llevará a la Academia Auradon― luego extendió su brazo hacía mi, entregándome y una bolsa negra con una gran "A" en el medio―. Le traigo aquí el uniforme que utilizará. Si me permite.

Al yo tomar la bolsa, él agarró mi valija y fue a dejarla en el baúl. Giré a ver a mi madre, quien sorprendentemente tenía algunas lágrimas en los ojos.

―No llores mami ―sin dudarlo, la abracé. Ella lo dudó, pero terminó por rodearme con sus brazos―. Te prometo que trabajaré muy duro para cumplir mi sueño y poder sacarte de aquí.

Mi mamá, cuando tenía más o menos mi edad actualmente, era modelo. Era una completa belleza (lo sigue siendo) y había ganado mucha fama. Pero todo terminó abruptamente cuando fue culpable de un intento de asesinato hacia otra modelo, que según la gente, era aun más bella que ella. Pero por suerte, se pudo comprobar que ella no tenía nada que ver, pero ya había sido marcada y la gente no quería saber nada de ella. Se retiró de ese mundo, y decidió volver a empezar aquí, donde tenía un salón de belleza.

Cuando ella ya era un mar de lágrimas, decidimos separarnos. Dándole un último beso en la frente, entré al auto. Con la ventanilla baja, sacudí mi mano en forma de saludo cuando el auto arrancó, llevándome finalmente a la academia.

Cuando volví adentro, mi mirada se encontró con algo realmente maravilloso: cientos y cientos de diferentes dulces dispuestos a mi disposición ¡Por dios! Nunca había visto tantos en mi vida.

―Disculpe ―el señor que conducía hizo un ruido con su boca, dando a entender que me estaba escuchando― ¿Esto es todo para mí?

―A si es señorita.

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Al bajar del auto, una linda señora me estaba esperando en la entrada de la academia. Ya con mi uniforme (el cual consistía en una pollera de tabla amarilla, una camisa blanca y un saco azul rey, que tenía los bordes con el mismo color que la pollera. Las dos últimas cosas tenían el escudo de la academia. Y claramente no pude evitar dejarme mis borcegos con tacón negro) caminé hacia esa mujer, quien al verme sonrió.

―Bienvenida querida. Es un gusto para mí darte la bienvenida a la Academia Auradon. Mi nombre es Bella y soy la codirectora de este lugar ―la enorme de sonrisa de Bella aumentó más cuando acepté su propuesta de que fuera ella personalmente quien me mostrara el enorme lugar (los cuales eran dos, el colegio y los dormitorios). Dios, esta mujer era muy dulce.

Bella Beast era una muy famosa escritora, quien había saltado a la fama con su muy aclamada historia titulada "la Bella y la Bestia". Según tengo entendido, se basó en la historia de amor de ella y de su marido.

Bella no tardó en empezar a caminar y a mostrarme los distintos lugares y las cosas que podría hacer luego de las clases. Al finalizar, lo último que me mostró fue mi habitación. Al entrar, lo primero que me llamó la atención fue la cantidad de luz que entraba por los ventanales. Había dos camas de gran tamaño, las cuales tenían la típica tela que le da un toque de princesa. Ambas estaban enfrentadas, dejando en el medio una gran alfombra rosa. Había tocadores y escritorios y lo mejor de todo, ¡es que tenía un balcón!

Mi maleta ya estaba sobre una de las camas, la cual estaba cubierta por sábanas y almohadones rosas. Demasiado rosa. La cama de enfrente estaba desocupada, pero la pared de ese lado estaba llena de grafitis y posters. Me gusta.

―Hola.

Di un pequeño saltito en mi lugar cuando escuché la voz de una chica. Estaba desasiendo mi maleta, y nunca escuché la puerta abrirse.

―Hola, soy Evie. ―me acerqué a la chica, quien tenía una pequeña sonrisa. Estrechamos nuestras manos y cada una se fue a su lado de la habitación.

La observé disimuladamente. Tenía el mismo uniforme que yo, pero los pequeños detalles le daban un toque único. Tenía un septum negro, rompiendo con el aura angelical que transmitía su rostro. El cabello lo traiga largo y ondulado, pero las puntas las traía pintadas de lila. Noté que tenía un cinto, y de él colgaba una cadena. Medias de red y botas negras terminaban de cerrar el look. Oh, también noté que traía anillos varios y algunas pulseras. Amé su estilo.

―Eres la nueva ¿verdad? ―Mal, como se había presentado, dejó su teléfono de lado y me miró. Yo ya había terminado de alistar mis cosas (y agregarle más cosas a mi uniforme). Asentí hacia su pregunta y giré a verla ― ¿Cómo te sientes?

―Nerviosa―muy nerviosa. Tenía mis dudas ¿Y si no terminaba de acomodarme? ¿Y si no hacia amigos? Dios, que preguntas más tontas.

―Tranquila, yo me sentía igual cuando llegué aquí. Oye ―se levantó de la cama y llevó sus manos a sus caderas―, ven conmigo, voy a presentarte a más gente.

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