3. Un día de cueva

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Aphelios

Desperté nuevamente, miré a mi alrededor estaba sólo en el cuarto de Taric, tapado y abrazando una maldita almohada, la solté rápidamente y busqué por mis alrededores al hombre pero no habían rastros de el, comencé a ver por cajones y muebles, no había nada interesante, al revisar el último cajón veo un par de amuletos demacianos que usaban los magos que escondían su magia, para reconocer a otros como ellos y hablar "libremente" de magia, ese libremente es mucho decir ya que éstos no podían ser escuchados por otros o la guardia real los ejecutaría o bueno eso fue lo que leí en unos de los libros sobre otras ciudades de runaterra

-Que tal tu búsqueda, Aphelios

Alune se apareció en su forma de espíritu frente a mí, sonreí y asentí dando a entender que todo está bien

-Me alegro hermano, ¿Y éste lugar que es?

Le "conté" todo lo sucedido a mi hermana, su mano frotó mi cabello para luego irse.

Me quedé parado con el amuleto en la mano, desperté del trance en ese momento al sentir pasos acercándose, guardé rápido todo y me senté en una silla simulando estar recién despertado, allí entró Taric con bolsas y cosas en sus manos

-que sorpresa al fin despiertas dormilón

El hombre dejó sus cosas sobre la mesa y guardó algunas cosas, dejando afuera lo que comeríamos o eso creía yo.

Miraba atentamente al hombre, sus facciones, sus acciones, éste cuando se daba cuenta de que lo miraba me sonreía, yo por mi parte simulaba estar mirando a otro lado o algo por el estilo, aún sabiendo que el hombre sabía que lo miraba. Tomé un trozo de pan que el hombre dejó en la mesa y me lo comí tranquilamente, ahora sintiendo la mirada de el hacía mi persona, un rubor leve brotó en mis cachetes y terminé de comer el trozo, sacando otro

-no pensé que estuvieras tan hambriento

Taric rompió el largo e incómodo silenció de 8 minutos y se sentó a un lado comiendo un trozo al igual que yo, el castaño sirvió dos vasos de jugo de naranja y comimos nuestro desayuno poco a poco hasta terminar por completo.

Estaba encerrado en mi cuarto "charlando" con Alune cuando alguien toca la puerta del cuarto

-Puedo pasar?

Una voz femenina familiar llamó del otro lado, abrí la puerta encontrándome con la solari nuevamente, está me sonrió

-quiero averigüar sobró los Lunaris, ¿me ayudas? Tengo muchas dudas por resolver

Su pregunta me causó desconfianza pero creo que estamos lo suficientemente protegidos como para que está chica y un ejército pueda vencernos

-Tranquilo, de verdad, no quiero matarlos solo quiero que ambas tribus vuelvan a convivir como lo hicieron hace mucho años, tal vez con odió pero sin lastimarse unas con otras

Solté un suspiro y luego asentí, la dejé pasar dando a conocer todas sus preguntas y dudas mientras yo escribía mis respuestas.

Luego de un rato con la Solari comencé a sentirme hambriento de la nada, solté un suspiro esperando que la chica terminara pero esta me descubrió cuando mi estómago sonó. Leona se paró y salió del cuarto, no sin antes decirme que la esperara.

La de cabellos castaños/rojizos volvió con dos trozos de pastel de chocolate.

-el otro era para Taric pero la verdad no pude resistirme

Sonreí y saqué una gran cucharada de la torta saboreando cada bocado.

-bien, creo que ya supe suficiente por hoy, me alegra que hayas confiado en mí Aphelios

Asentí tiernamente y miré a Leona salir del cuarto mientras se despedía con un mano, seguido de eso entró Taric.

-no puedo creer que hayan hablado todo el día

El mayor me dio una sonrisa y se sentó a mi lado.

-me dejas probar?

Asentí y saqué un poco con la cuchara, acercando el trozo al hombre, volví a mirar detalladamente sus facciones esta vez aún más cerca, sonreí embobado

-Oh, Aphelios tienes un poco de... Mejor deja...

El mayor con la yema de su dedo pulgar quitó el poco de crema que quedó en mi mejilla cerca del labio, un calor brotó por toda mi cara, esta se puso completamente roja, no entendía lo que pasaba mi corazón se aceleraba y no entendía la razón, fui rápidamente al baño y me encerré allí mirándome al espejo mientras la risita de Alune estaba en mi cabeza

~mi hermanito creo que está creciendo más rápido de lo que creo jeje

No entendí su comentario pero no pensaba contestarle o por lo menos hasta saber que es esta maldición que ese hombre lanzó sobre mí.

Sin darme cuenta me quedé dormido dentro de ése estrecho lugar...

Un corazón fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora