ETERNO

I

─Señorita Grace, la clase de dibujo la imparte el profesor Floyd. Esta es la clase de historia del arte. Y que lo recuerde no he pedido ningún retrato de Superman -dijo el profesor dejando un papel boca bajo.

Unas risillas se escucharon por la habitación, pero nadie de verdad creía que fuera gracioso. Los comentarios del señor Horace eran siempre sarcásticos hacia alguno de sus alumnos.

Me disculpé en voz baja sin sentirlo de verdad. Giré el papel y me sorprendí un poco. No era tan malo, en verdad. Había pasado y sin hacer ningún esfuerzo. Es mentira. Claro que me esforcé, pero tantas materias por ver y tres exámenes el mismo día me volvieron loca.

Detrás de mí, Roxy toca mi hombro y volteo con una ligera sonrisa.

─¿Cómo te fue? -intentó espiar en mi examen, pero no la dejé.

─¿Y si lo vemos al mismo tiempo?

Ella aceptó y, después de contar hasta tres, ambas giramos nuestros exámenes y nos relajamos un poco. Las dos habíamos aprobado.

─¿Cómo les fue?

Mi corazón dio un salto rápido. Rodé los ojos para mí misma. Me giré para encarar a Wade, quien estaba recargado frente mi escritorio con una sonrisa traviesa.

─Pasé -apenas y levanté las comisuras de mis labios -¿A ti que tal?

─Pasé.

Roxy miraba atenta nuestra interacción. Intentaba ocultar una sonrisa nerviosa, pero sabía que no podía. Casi me rio de aquello. Finalmente ella participó en la conversación y los tres acordamos que, a la próxima, hagamos una reunión de estudio.

─¡Ay, Charlie! Estoy segura, ¡segurísima que te invita a salir pronto!

Torcí la boca.

─Si de verdad quisiera salir conmigo, ya me habría invitado, ¿no crees?

Roxy se enganchó a mi brazo. Hacía demasiado frio y aun así nosotras íbamos camino a la cafetería en busca de algo caliente para combatir este clima. Es una lástima que olvidara mi bufanda en casa.

─¡Tal vez solo lo está pesando bien!

Dejé salir un largo y fuerte suspiro.

─Ojala pensara más rápido, solo me hace sufrir mientras tanto.

Roxy se rio.

─Es hombre, ¿qué esperas?

Una vez dentro de la cafetería, fuimos en busca de un té calientito. Roxy tomó su vaso térmico y vertió el agua caliente dentro de este.

─Yo creo que le gusta Oriana.

─Oriana es... bueno, no tengo nada lindo que decir. Simplemente Wade y Oriana, no va a pasar.

Quería creerle de verdad, pero algo dentro de mi había comenzado a romperse desde que los vi viéndose a los ojos.

No era tonta, yo sabía que a Oriana le gustaba Wade. Pero Wade era... es un misterio, y estoy segura que ni su propia madre ha sabido descifrarlo.

La cháchara dentro de la cafetería me calmaba un poco. No era un estruendo que me imposibilitaba oír mis propios pensamientos. Había el suficiente ruido para impedir que alguien oyera nada de lo que dijéramos. Y aunque quisiera, no podría, tantas conversaciones se mezclaban entre sí.

Buscamos un lugar donde sentarnos. Escogimos una mesa junto a una de las ventanas, cerca de la puerta trasera de la cafetería. Después de llegar, Roxy me pidió cuidar de sus cosas mientras iba en busca de un muffin.