Cuando Tanjirou despertó, un extraño sentimiento lleno su cuerpo.
Era un tintineo molesto que lo recorría completo y le avisaba que algo estaba mal.
Se paró y recorrió su casa, las habitaciones de sus padres y hermanos, afuera de la casa, los árboles, hasta utilizó su nariz para oler algún tipo de peligro, pero en resumidas palabras...
No había nada.
Entró de nuevo a su casa y justo cuando se sentó al borde de su cama, olió una fragancia que se le hizo sumamente familiar.
Los recuerdos inundaron su cabeza, de él y una chica cuyo nombre estaba borroso.
Habían risas, habían lágrimas, habían besos y cosas que Tanjirou no quería decir.
La chica siempre era la misma, aun sí las épocas eran distintas. Ella era brillante, amable, tímida, valiente y adorable a la vez. Por alguna razón el olor le recordaba a las mariposas azules que llegaban al bosque en primavera y que con su aleteo avivaban los colores del paisaje.
Algo le decía que ella era una existencia necesaria a su lado.
Y desde entonces, la había estado buscando por todos lados.
En el pueblo que bajaba por la montaña mientras vendía carbón, en el bosque, en las ciudades vecinas una vez que su hermano creció lo suficiente para precederle... Donde quiera que fuera, ahí estaba la necesidad de verla.
Todo le recordaba a ella.
Las mariposas, las flores, la luna, aquella piedra morada que vendían en la ciudad minera.
Era un poco irónico, pensando que todo le recordaba a alguien que nunca había conocido, y a la vez, esperanzador.
A veces, un aroma se remecía en el aire y su instinto le decía que venía de ella, sin embardo, aquél aroma siempre se esfumaba más rápido de lo que su nariz lo captaba...
Y así, Tanjirou pasó meses buscándola.
Y aquellos meses se hicieron años, y los años pasaron hasta que las arrugas se mecían en cada área de su piel, hasta que ya no tenía más energía para seguir buscándola.
***
En su cama de muerte, sus hermanas, sus hermanos y los amigos que hizo en sus numerosos viajes se encontraran a su lado.
Lágrimas se derramaban en las sábanas y aunque él se dijo que los despediría con una gran sonrisa, al final no pudo evitar que sus propias lágrimas se deslizasen por sus mejillas.
De todas las vidas que Tanjirou había vivido, esta era la primera vez que perdía a Kanao.
ESTÁS LEYENDO
Entre mariposas y aretes | TanjiKana Week |
FanfictionEntre mariposas y aretes, Kanao y Tanjirou cruzan sus caminos una y otra vez. #1 en TanjiKana 2/1/20 <3