Capítulo 2

231 6 1
                                    


Capítulo 2

Ese giro que daría la vida de Terry; repercutiría en la vida de muchas personas. Este hombre de ya unos cincuenta años de edad, con sutileza tocaba las suaves cortinas de sedas, usadas para aislar la luz de sol veraniego. Caminó con cierta lentitud hasta aquella cama en la que vivió grandes momentos, en especial un día antes de conocer a la que fue su esposa.

Me siento orgulloso de ti. Sabía que entenderías. Hablé con el secretario de la Reina Isabel y me ha dicho que los arreglos para conocer a la hija del archiduque Marlow, está listo. Mañana la conocerás. Es una mujer hermosa. Esta unión nos permitirá disfrutar de la buena vida ─sentenció el duque bebiendo de su copa el mejor vino traído de París.

Terry fue hacia a la venta. Observó el anochecer desde el mirador. Suspiró profundamente antes de continuar la conversación con su padre. A su mente venían los momentos cálidos y apasionados que vivió junto a Karen en medio del bosque. Su padre se acercó a él.

¿Piensas en esa chica, verdad... la sobrina del médico?

Sí, en ella pienso. Quisiera llevarla conmigo.

¡Olvídala!, tendrás otras mujeres. Por cierto hoy llegó un cargamento de París. Te van a gustar las damiselas.

Horas más tarde se oían gemidos de una mujer pelirroja.

Terry, Terry...

¡Cállate! No digas mi nombre. Contigo nada más me desahogare.

¡Sí, señor!

¡Tú! ─llamó a una pelinegra ─quiero que me chupes las bolas mientras le meto la polla hasta el culo, quiero venirme en él.

La chica le obedeció sin restricción alguna. Una mujer de más avanzada edad le lamía las tetillas. Terry esa noche logró conciliar el sueño después de haber desahogado su frustración con tres de las mejores rameras de Italia, expertas en hacer orgías de toda clase, quedó satisfecho hasta el amanecer.

Un sirviente entró a la habitación para informarle que pronto llegaría el archiduque en compañía de su hija Susana.

Gracias, Emmanuel. Tomaré un baño y saldré. Consigais un carruaje a las señoras ─dijo señalando a las mujeres que yacían desnudas en su cama y quienes empezaron a juguetear entre ellas, riéndose y besándose.

Terry entra a la cama, ¡hagámoslo una vez más!

Sí, Terry. Entra a la cama follemos una vez más, por favor. A mí, ¡no me has dado por el culo! ─dijo la pelinegra que no cesaba de reír.

¡Sí, Terry! ─suplicaron las tres al unísono. Él no se pudo resistir y accedió a sus deseos.

Tres horas más tarde Terry resplandecía con su mejor gala masculina de la época.

El mayordomo entró a la antesala, hizo una reverencia y anunció la entrada del archiduque en compañía de su bella hija:

Mi lord. El archiduque está aquí.

Gracias, Emmanuel. Puedes retirarte.

A sus ordenes mi lord.

Bienvenidos.

De modo que usted será quien despose a mi hija en un par de semanas.

Susana quedó impresionada con el porte elegante del chico que tenía frente, de cabellos castaños y ojos color verde oscuro. Sus mejillas ruborizadas le delataban.

Sí, señorita, por favor tome asiento.

Ella obedeció buscando de ocultar la mirada.

La tarde la pasaron en asiduas conversaciones; basadas en sus antepasados. Terry nunca imaginó que esa chica sería hermosa. No pudo evitar fijarse en la silueta en forma de S que ella lucía gracias al corsé que le combinaba a la perfección con el vestido color ciruela que llevaba puesto.

Es tiempo de retirarnos.

Nos veremos el día de la boda. Señorita Susana fue un placer haberle conocido ─dijo tomándole a la joven rubia la mano con solemnidad.

Por cierto a la boda asistirá el Jefe del clan Andrew. Irá en compañía de su esposa. Es importante que te pongas en contacto con él para concretar negociaciones en relación a la destilería de Whisky escocés.

Terry asintió con la mirada y los acompañó hasta el carruaje.

Llegó el día de la boda. Estuvo maravillosa. Susana parecía una princesa con ese traje de novia corte princesa, de encaje y pedrería del mismo tono.

A la boda asistieron los diferentes representantes de la corona real. El jefe del clan Andrew se disculpó por su inasistencia. Él tenía que acompañar a su esposa que estaba en trabajo de parto. Pronto nacería su hijo.

Terry comprendió la ausencia de tan importante hombre de negocios.

Tiempo después Susana y Karen traerían al mundo cada una un hermoso castaño de ojos exactos a su padre.

Continuará.

Queridas lectoras agradezco sus comentarios. Les ruego que se permitan disfrutar de la historia en todo su esplendor. Vienen escenas cada vez más fuertes e intensas, que seguro gustará. Si cuento el final ya no tendrá el mismo impacto. Espero sepan comprender los designios de un escritor.

Recuerdos de un amorWhere stories live. Discover now