Recuerdos de un amor

Capítulo 3

Capítulo 3

Terry erguía su pecho de felicidad al saber que era padre de dos maravillosas criaturas, que amoldaría a su imagen y semejanza.

Se sentía como el hombre más feliz y completo que pudiera haber. Tenía dinero, mujeres amor y estabilidad, ¿qué más podía pedir?

Hasta que una tarde los representantes más importantes de la realeza se reunieron.

─¿Estás seguro de lo que hablas? ¿En ese río? ─preguntó Neal desconcertado.

─Hay una reserva importante de mineral en el Río Avon...

─¡Maldito suertudo!

─Se trata de oro.

─¡Maldición! ─golpeó el hombre la mesa con fuerza─. ¿Qué podemos hacer para recuperar esas tierras?

─Por lo pronto nada... a menos de que puedas hablar con tu tío... he sabido que se la lleva bien con el archiduque del Río Avon.

─Mi tío es un hombre de principios... apegado a eso de la religión. En nada le interesaría ganar dinero a sabiendas de que para obtenerlo deberá... quitar del camino la suciedad que obstaculiza.

─Podemos decir que el archiduque del Río Avon es un peligro para la comunidad de Inglaterra, que ha enloquecido por ser dueño y señor de unas tierras que posee yacimientos incalculables de oro.

─Ja, ja, ja me agrada tu ingenio... actuemos pronto. De hecho nos sirve para exterminar a esos dos. Quiero ser el heredero universal de la familia Ardlay.

─¿Y su esposa e hijo?

─¿Quiénes somos para separar un hombre de su mujer e hijo?

─Cierto, ja, ja, ja. Que se vaya junto con a su marido ja, ja, ja.

En la villa ubicada en el Río Avon, Escocia.

─Terry, amor, una amiga ha venido a visitarnos. Ella es Annie Cornwell.

─Un placer conocer a tan bella dama. Su esposo es...

─Archie Cornwell. Un caballero escocés. Tengo entendido que ustedes se conocen desde el colegio.

─Es así. Desde el San Pablo; fueron días en que la inmadurez predominó. Hemos madurado. ¿A qué debemos su grata visita?

─Negocios familiares.

─Le invito entonces a pasarse una temporada con nosotros  acá, en Escocia.

Annie aceptó encantada. En lo que fue su estadía; ayudaba con la atención del crío. Susana se sentía feliz por contar con las atenciones de una amiga incondicional.

En el jardín Terry se excusaba:

─Mi amada mujer tiene jaqueca, el médico le ha indicado permanecer en cama.

─El trabajo de parto la agotó. Antes se veía más... entusiasta, sobre todo en nuestras clases de tejido.

─¿Cuánto tiempo lleva casada?