Primera semana, segundo día en el club y qué diablos estoy haciendo...
- Vamos Deku, no me digas aún le eres fiel...- Me decía mi amigo de la infancia Katsuki Bakugou, un joven rubio y con un carácter algo temperamental, el cuál por azares del destino término asistiendo a mi misma Universidad.
- Diablos... cómo es que consiguieron convencerme de algo así-
- Según Bakugou necesitas convertirte en hombre- Declaraba Kirishima, un chico muy alegre y con un cabello rojo que combinaba a la perfección.
- Todoroki ¿tú también?- Pregunté buscando algo de apoyo en mi primer amigo universitario... Shoto Todoroki, a pesar de su carácter serio, resultaba ser alguien bastante agradable y leal... excepto en ese momento.
- Lo siento Midoriya, pero concuerdo con ellos -
- Hasta que el mitad y mitad piensa con claridad- Alabó Bakugou mientras se burlaba del peculiar cabello de Todoroki.
- Pero...- Intenté replicar ante las puertas de aquel lugar... luces de neón, música y risas acompletaban la "emocionante" atmósfera que desbordaba el pecaminoso establecimiento.
A pesar de mis intentos, los cuales fueron en vano por cierto, mis "amigos" me llevaron a la fuerza hasta una especie de cuarto, en dónde un chico que aparentaba nuestra edad nos esperaba.
- El es el caramelito- Declaró el imbécil rubio quién había iniciado aquella operación la cual tenía por nombre "Pecado Original"
- Vaya... eres un desgraciado con suerte... tienes a tu merced a una chica nueva...- Sentenció aquel sujeto que custodiaba la entrada, éste era rubio y delgado. - Si te soy sincero desearía estar en tu lugar.-
- ¿No eres algo joven para trabajar aquí?- Cuestioné dudoso intentando salir de aquella incómoda situación.
- Bueno... los tíos de mi mejor amigo son los dueños así que no hay problema... además él es el supervisor- Comentó como si nada.
- ¿Enser..- No pude terminar porque Bakugou me interrumpió bruscamente.
- Maldito Deku, entra ahí que el tiempo corre y no pagaré extra por ti- Amenazó con enojo asustandome un poco.
- Está bien.- Suspiré resignado mientras todos me sonreían y Todoroki sólo hacía un gesto de aprobación... malditos...
Sin más tiempo que perder y una paliza de Bakugou que evitar, me aventuré en aquel cuarto en donde las luces eran tenues y la música incitaba al deseo, mentiría si dijera que no estaba asustado... no por lo que pudieran hacerme, sino por lo que podría hacerme mi madre si se enteraba... Tomé asiento mientras veía al techo, cuando un sonido llamó la atención, eran pasos, al abrirse la cortina pude apreciar una silueta de Ángel, tenía unas curvas bien definidas y un cabello castaño que me pareció precioso, eso sumado al conjunto blanco que llevaba me embelesaba con cada paso que daba, pero había algo que me pareció extraño... aquella chica, tenía la cabeza gacha, siendo sinceros... nunca me ha gustado la gente que agacha la mirada, pero con ella era diferente... normalmente sólo evitaría a la persona, pero a ella no quería evitarla, quería verle el rostro. Mi corazón comenzó a latir más rápido cuando se acercó, mis mejillas se tornaron rojas cuando lentamente comenzó a bailar frente a mi, exhibiendo su majestuosidad corpórea ante mi ser el cuál poco a poco se iba perdiendo con el vaivén de aquellas caderas y la manera en la que aquel cabello se balanceaba magistralmente al compás de sus eclipsantes movimentos.
Me dio la impresión de que a pesar de que se movía al ritmo de la música, sus pasos eran algo robóticos... como si estuvera siendo obligada, eso sumado a que no podía verle el rostro... me estaba poniendo nervioso, pero cuando se colocó sobre sus rodillas situándose frente a mis piernas, no lo soporté más y delicadamente la tomé del mentón para levantarle la cabeza, al hacerlo pude apreciar a una mujer hermosa, mejillas regordetas, rasgos redondos y finos, pero sobre todo unos ojos cafés preciosos... aquellos hipnotizantes fanales se cruzaron con los míos y ambos nos perdimos en una curiosa batalla de reconocimiento, lo sé porque ella también correspondió a aquel contacto, pero había algo más pude sentir que su cuerpo estaba temblando, al colocar sus manos en mis piernas, éstas tenían una leve agitación.- ¿Estás bien?- Pregunté sin apartar la mirada de aquellos hipnotizantes ojos cafés.
- Yo...- Intentó excusarse en voz baja, pero decidí interrumpirla.
- No tienes que hacer nada que no quieras- Le dije con una leve sonrisa, al parecer esto la sorprendió un poco.
- Pero... es mi trabajo- Reprochó de manera nerviosa.
- ¿Es tu primera vez verdad?- Pregunté sabiendo la respuesta.
- Bueno si... pero...-
- Disculpa...- Interrumpí levemente sonrojado. - ¿Puedes sentarte aquí?- Cuestioné mientras hacía ademanes con la mano indicando el espacio existente a mi derecha, intentando evitar el contacto visual, pues en la vergonzosa posición en la que nos encontrábamos, podía apreciar con riguroso detalle aquellas firmes montañas de vitalidad que dejarían a más de uno embobado.
Tal parece que se dio cuenta, pues, a pesar de las tenues luces del lugar, pude apreciar en su cara un lindo sonrojo que no hacía más que resaltar su belleza.- Perdón por esto... es mi primera vez y si te soy sincera estoy bastante nerviosa.- Aclaró bastante apenada mientras tomaba asiento a mi lado.
- No te preocupes... no pienso obligarte a nada.- Comenté con una sonrisa, pude apreciar como su semblante se suavizó y me sonrió también... diablos, si su rostro de por si era hermoso, al estar adornado con aquella media luna, era indescriptible, no había nada que pudiera comparársele.
- Gracias... Emmm... -
- Izuku... Izuku Midoriya.- Me presenté manteniendo la sonrisa, acto seguido, fue su turno.
- Encantada... soy Ochako... Ochako Uraraka-
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Hola, este es el primer capítulo de una idea que tengo para una futura historia izuocha, como podrán ver está en primera persona (aunque me gustaría explorar las perspectivas de ambos) y el lenguaje es algo más metafórico.
¿Qué les parece?
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ALGO NUEVO
RandomEn esta historia subiré el primer capítulo de algunas ideas que se me ocurran; para que ustedes elijan la siguiente historia que haré cuando alguna de las que están en emisión finalicen.