010.

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«Décima Flor»

El Rey estrella su mano contra la mejilla del caballero real haciendo eco en la habitación, —¿Dónde se supone que estabas?, ¡Tu deber es dar la vida por el príncipe!

—¡Padre!— SeokJin intenta meterse entre el Rey y Jungkook pero con tan solo una mirada de su padre lo hace volver a su lugar.

Jeon solo se mantiene al margen, con la mandíbula apretada y la mirada baja, Elizabeth se acerca acariciando los cabellos de SeokJin y Namjoon solo observa todo desde una esquina.

—¿¡Quién demonios se atrevió a tratar de matar a un hijo mío!?— el Rey habla histéricamente caminando de un lado a otro, —Tú...— dice señalando a Namjoon.

De pronto la risa del Kim mayor resuena, es una carcajada sonora que nos hace mirarlo, —¿Yo?, Ah, Por ir a la guerra debo tener enemigos, ¿No?

—¿Por qué demonios te ríes como lunático?— cuestiona exasperado y hasta cierto punto temeroso, puedo sentir su miedo.

Y me irrita que esté tan nervioso por qué SeokJin también se ha puesto temeroso así que con calma deslizo mi mano hacia su hombro acariciando con suavidad, él intenta buscar mi mirada pero yo me mantengo al margen, quisiera abrazarlo para calmarlo, para transmitirle mi seguridad pero probablemente los presentes aquí lo verían extraño y no quisiera que sea motivo para que nos alejen.

Los humanos son así, alguien importante para ellos acaba de casi morir y lo único que hacen es pelear.

—Mi risa se debe a qué tú suposición es estúpida. Siendo tú el Rey y qué hace sus cosas de manera ilegal debes tener más enemigos, ¿No?— se burla Namjoon con una sonrisa.

El Rey está por atacar a su hijo cuando Elizabeth se interpone recibiendo ella el empujón, todos se sorprenden y es cuando Namjoon toma a la mujer del brazo poniéndola detrás de él, —¿Por qué siempre culpas a los demás de las consecuencias de tus actos?. Hoy fue SeokJin, mañana podría ser ella o incluso yo, deja de actuar como un Rey recto e investiga quien quiere hacerte daño a ti para que des la cara y no lastimen a inocentes.

Dicho eso, Namjoon sale azotando las puertas de la gran habitación.

—¡Todos largo de aquí!— exclama el Rey azotando un jarrón lleno de flores que cae al suelo rompiéndose en mil pedazos.

Elizabeth nos indica con la mirada que salgamos, tomando la mano de SeokJin salimos juntos y detrás de nosotros, Jungkook.

—Iré a preparar un té para los nervios cariño— murmura Elizabeth y se pierde rápidamente por el pasillo hacia la cocina.

Mi mano apresa con fuerza con la de SeokJin y él respira hondo, —Le pido perdón su alteza, fui un inconsciente al dejarlo solo.

Los ojos de mi alma gemela se cristalizan cuando ve como su caballero real se arrodilla frente a él, —¡Por favor, perdóname!

Tragó en seco ante lo siguiente que hace SeokJin, él se inclina levantando la mirada de Jungkook y lo abraza,
—No tengo nada que perdonar, tú deberías disculparme por no poder evitar que el Rey te golpeará, fui inmaduro al salir solo y estas son las consecuencias.

Mi pecho arde al ver la escena, este hombre es un ser maravilloso y pensar en las palabras dichas por su hermano me hacen sentir temor, si es a su padre a quien quieren dañar por supuesto que lo harían empezando con los hijos pero a ese hombre no le importaría en lo más mínimo si la vida de otros es arrebatada. Puedo saber con tan solo verlo lo cruel que es su corazón.

—Me has cuidado desde siempre y no tengo nada que reprocharte, no vuelvas a arrodillarte ante mí— dice SeokJin seriamente, —Nunca.

Jungkook acaricia la mejilla de SeokJin y asiente, —Claro, disculpe su alteza— ambos se levantan y el caballero me mira fijamente,
—Muchas gracias por salvarlo.

Él hace una reverencia y se va, entonces cuando finalmente estamos solos, SeokJin deja caer su rostro en mi pecho arrugando la tela de la camiseta con sus dedos fuertemente agarrándome, —Tenía mucho miedo y detesto no servir para nada... Gracias a ti yo...

No termina su oración por qué comienza a sollozar y eso parte mi alma, si yo pudiera me encantaría verlo sonreír solamente, —Está bien, estoy aquí para protegerte. Ahora, piensa en los niños que te aman cuando les lees cuentos, en el amor que le tienes a los Aldeanos y al pueblo... nunca vuelvas a decir que no sirves para nada por qué sabes que no es así. Eres un ser maravilloso...

Poco a poco sus sollozos se calman y con profunda calma mis dedos se deslizan por cada hebra de su castaño cabello, —No quiero que te vayas cuando recuperes tus recuerdos...

La culpa llega a mí al saber que siempre he tenido mis recuerdos, cada uno de ellos y que solo fingi amnesia para quedarme más tiempo y conocerlo a fondo por qué desde el momento en cuál las manos de SeokJin me tocaron cuando estaba herido supe que era mi otra mitad. Pero no puedo simplemente ahora hablar de eso, no aún, ni mucho sobre mi verdadero origen.

—Lo siento— murmura alejándose, tal vez malinter pretando mi silencio.

Y aunque quisiera contarle todo me abstengo de hacerlo, —No me iré de tu lado, no podría. En todo caso de tener que irme, lo haré llevando te conmigo.

Él se sonroja furiosamente evitando mi mirada e inevitablemente también me siento cohibido, diciendo esto y aquello cuando mi corazón parece querer salir disparado.

Con torpeza termino de servirme la taza de té y agradezco estar sola en la cocina, el atentado contra SeokJin me ha puesto nerviosa y las palabras de Namjoon aún más, «¿y si intentan entrar al castillo?»

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Con torpeza termino de servirme la taza de té y agradezco estar sola en la cocina, el atentado contra SeokJin me ha puesto nerviosa y las palabras de Namjoon aún más, «¿y si intentan entrar al castillo?».

—Debería prestar más atención, su alteza Elizabeth.

Volteó sorprendida al oír la voz de Namjoon a mi espaldas, él me mira desde el marco de la puerta con los brazos cruzados, —¿No harás un té para mí, mamá?

—No soy tú madre— respondo irritada y decido irme pasando de largo pero él me detiene por los hombros haciendo que mi espalda golpee la pared con fuerza, —¿Q-qué te sucede?...

—Me sucede qué estoy harto de ver tu estúpida cara, ¿Por qué no desapareces?— cada palabra taladra mi mente con facilidad. Su mirada está tan llena de odio qué duele aún más saber que en verdad lo desea.

Él me suelta y llevo mis dedos a mis brazos, seguramente ha quedado rojo por qué siento el dolor, —Tal vez deberían atentar contra ti...

Dicho eso, se marcha y yo no sé hacer otra cosa más que llorar por qué en momentos como esté desearía volver al pasado, uno en dónde Namjoon no me odia sino todo lo contrario.

Uno en dónde aún me ama.

Flor de Luna| TAEJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora