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«Septima Flor»

El pecho de SeokJin sube y baja con calma, suavemente deslizo mis dedos por su frente, bajo hacia sus mejillas y detengo mis dedos sobre sus labios,—Eres hermoso, el ser más precioso

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El pecho de SeokJin sube y baja con calma, suavemente deslizo mis dedos por su frente, bajo hacia sus mejillas y detengo mis dedos sobre sus labios,
—Eres hermoso, el ser más precioso.

Viéndolo dormir, viendo como expresa suma felicidad estando entre su jardín, escuchándolo hablar, reír, ponerse tímido o estar distraído pensando en los niños del pueblo, pienso que no me podía haber tocado mejor alma gemela. Poco a poco siento como el llamado de nuestras almas comienza a hacerse presente, para mí es mucho más fácil escucharlo lo pero supongo que para SeokJin no lo es. Siendo que es un humano normal.

—¿Taehyung?— murmura somnoliento mientras abre los ojos poco a poco.

Su siempre acomodado cabello castaño ahora apunta a todas direcciones, —Buenos días— le digo bajando me de la cama.

Con la llegada del Rey, Jeon el caballero Real de SeokJin me dio una habitación propia pero por la madrugada me escabulló para verlo despertar, —Buenos días Tae— me saluda con una sonrisa.

En un principio solo era simple curiosidad por saber cómo era la persona que el destino había elegido para mí, por qué hacia miles de años que no sucedía algo así, la conexión entre un humano y un...

—¡Taehyung!

La puerta se abre dejándome ver a un total alterado Jungkook, qué como los últimos días aparece buscándome al darse cuenta de que no estoy en ese cuarto que temporalmente es mío, —¿Otra vez escabulliendote a la habitación del príncipe?

—Mi alma gemela— digo.

Jungkook me mira fijamente sin cambiar aquella expresión qué mantiene siendo solo el protector del príncipe, con cautela y seriedad, —Debes comenzar tu trabajo como cargador, no más holgazanería.

Él cambia el tema drásticamente que casi me hace reír, o no entendió lo qué pretendía insinuar o simplemente decidió ignorarme, —Lo sé, solo soy un peón, ¿cierto?

—¿Qué dices?, ¡Eres mi amigo!— SeokJin sale del baño secando sus cabellos con una pequeña toalla.

—Su alteza, la Reina Elizabeth lo espera en el comedor— dice Jungkook ignorando lo que acaba de decir SeokJin y se acerca acomodando los botones del traje, —Se que no te gusta pero debes comenzar a actuar como un heredero al trono.

SeokJin realiza una mueca, pero viéndolo con esa vestimenta me doy cuenta de su lugar, no solo es alguien de la alta sociedad, es un noble, un príncipe heredero, alguien inalcanzable para mí.

—Me pica este traje, prefiero vestir normal— dice SeokJin y voltea a verme dedicándome una tímida sonrisa.

No le sonrío, así decidí ser con mi alma gemela, aunque la atracción es obvia para mí no quiero actuar conforme el lazo que nos une, simplemente quiero actuar cuando mi corazón me lo diga, cuando me encuentre plenamente enamorado de Kim SeokJin, mi otra mitad.

Teniendo que separarme de él durante sus estudios con el nuevo profesor que la mujer de nombre Elizabeth llamo desde la ciudad para que viniera a instruir a ambos príncipes. Así que básicamente SeokJin ya no tiene tiempo para su jardín o los niños del pueblo, por eso cuando logro safarme del trabajo que Jeon me ha puesto, tomo el lugar del príncipe tratando de entender su pensamiento al estar entre sus flores o la actitud de los humanos cuando les leo un simple cuento. Entendiendo que los niños son ajenos a aquellos pensamientos negativos que los humanos mayores cargan.

Obligando a los Lobos a vivir entre las sombras cuando los culpables de todo son ellos por qué quien derramó la primera gota de sangre no fue más que un mundano humano.

—¡Taehyung!

Volteo sorprendido en cuanto escucho la voz de SeokJin, él viene corriendo hacia mí con las mejillas rojas del esfuerzo, —¡Te estaba buscando!

—¡Príncipe SeokJin!— exclaman los niños al verlo y corren hacia él, de inmediato él pelinegro extiende los brazos recibiendo a cada niño con alegría. Sin lugar a dudas este hombre ama a su gente, se puede notar a kilómetros como los adora.

—Cuidado, el príncipe está fuera de tu radar.

Mi semblante cambia cuando un tipo de pequeño tamaño se para junto a mí, viste una túnica y tiene el cabello rubio como oro, —Un Lobo cualquiera como tú no tiene derecho ni de mirar a alguien de la realeza.

—¿Quién rayos eres tú?— le pregunto con un gruñido. Mi instinto me indica que este hombre no es de confianza.

De pronto el sonríe dulcemente, —Soy Park JiMin, tan solo el padre del pueblo.

Mi ceño se frunce ante el aroma mundano que desprende, huele a humano común pero hay otro olor en su persona que no logro entender del todo y me molesta.

—Oh, padre Park.

Mi instinto se relaja cuando escuchó la voz de mi compañero pero la mirada lasciva del hombre me aturde e incómoda, —Su alteza, es un gusto saludarle.

—SeokJin— no lo hago a propósito pero mi voz autoritaria sale llamando al príncipe para qué se quede a mi lado, para que no sea amigable por qué esta persona me da absoluta y total desconfianza.

El príncipe parpadea confundido pero mi mano sobre su cintura se mantiene fuerte, SeokJin tiembla ante mi toque y es cuando me doy cuenta de que he estado actuando conforme mi instinto así que sin obviedad lo alejo, —Lo siento...

—N-no, no pasa nada— murmura en respuesta apenado.

—Ustedes si que se llevan bien, ¿un amigo suyo, su alteza?— el pequeño hombre se dirige hacía el príncipe y este, emocionado narra el como ahora somos grandes amigos e inseparables. Y aunque aún está mi desconfianza, tengo que comportarme.

O de otra manera podrían darse cuenta de mi verdadero ser, de qué oculto un secreto que aquí, me causaría la muerte.

Flor de Luna| TAEJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora