Capítulo 16. El inicio del descanso (1)

204 19 21
                                    

Hola querido lector, agradezco que hayas llegado hasta aquí. Deseo que te guste mi trabajo y de ser así, disfrutes lo que viene. Para culminar esta historia te doy la elección a ti. Tu eliges el final que quieras para esta bella historia entre dos posibles finales. Este es el primero, por lo que si te gusta y deseas que termine así, habrás terminado esta historia. En cambio si deseas otro posible final, el que sigue será la segunda opción. Disfrútalos y espero tus comentarios al respecto. Gracias por todo. 


Caminé en silencio escuchando el mundo a mi alrededor. Me sentía en extremo decepcionado conmigo mismo por no poder luchar por lo que deseaba. La intensa voz en mi cabeza maldiciendo y diciéndome que soy un estúpido por no arriesgarme a tener una vida buena y feliz al lado de Holly dentro de mi pequeña eternidad, me atormentaba incansablemente.

Las inseguridades y miedos se adentran en lo más recóndito de mi ser y es difícil entender que hacer cuando no estoy seguro de lo que soy digno o no en esta vida. Si no logran entenderme es porque no han pasado por lo mismo que yo y eso está bien. No se lo deseo a nadie, ni siquiera a la peor de las personas que he conocido.

Pero vivir toda una vida creyendo que soy lo peor de este mundo, un idiota que no vale nada y que merece todo lo malo que le suceda, no me deja otra opción más que creerles a las personas que lo dicen, que me repiten una y mil veces que soy una vergüenza. No siento el derecho a ser feliz o a tener una vida buena, aunque es lo que más deseo en el mundo. Sólo un poco de paz. De amor.

La soledad, mi vieja amiga, me embriaga cuando al llegar a casa me detengo frente a la puerta y por primera vez deseo quedarme aquí en donde específicamente comenzó mi infierno. Mi mano temblorosa abre la perilla de la puerta y la realidad choca conmigo al ver a mi padre ebrio frente a la televisión sosteniendo en ambas manos un par de cervezas.

Entro con cuidado y cierro con seguro tras de mí. Trato de pasar desapercibido, pero no lo logró pues al verme se gira por completo para arrojarme el envase ya vacío de su mano derecha. Este choca contra la pared frente a mí y los vidrios resbalan en mis piernas al caer. No me hacen nada, pero logra asustarme en sobremanera, a pesar de que luzco neutro en esos momentos de guerra en mi interior.

Le miro de reojo acercándose mientras bufa por el alcohol y observo su rostro molesto, ya sin fuerzas o ánimos para intentar huir. No tengo ganas de pelear o intentar defenderme. Al examinarme de pies a cabeza, veo la repulsión en sus ojos y el odio que tiene contra mí. No entiendo cuándo comenzó a sentir eso por mí, pero han pasado años desde la última sonrisa que le vi. Me toma de la chaqueta y estampa mi cuerpo contra la pared de la sala. Sostengo sus manos para tener un poco de distancia entre él y yo, pero eso no le importa en lo absoluto. Se acerca otro poco hasta que su cuerpo se pega al mío lo suficiente como para intimidarme.

– ¿Dónde estabas? – grita molesto y no me deja ni siquiera contestar cuando ya ha dado un golpe en mi estómago que saca todo el aire de mi cuerpo.

Me desplomo sobre sus brazos en un intento por doblarme y obtener algo de aire. Al no querer tocarme, da un paso hacia atrás y me hace caer al suelo de lleno junto a los vidrios de la cerveza rota. Siento que me sofoco, pero aun así intento hablar, estoy por contestarle lo que me cuestiona.

– Yo estaba-ba en el cumpleaños de Adrien. – jadeo intentando respirar.

Al mencionar esto, mira el reloj de la pared frente a nosotros y asiente entendiendo que lo que digo puede ser verdad, aceptando mi respuesta como válida. Se aleja de mi para recoger la otra cerveza a la mitad que comenzaba a derramarse sobre la alfombra. Da un par de tragos y me observa levantarme sin deshacerse de esa expresión dura y de superioridad que siempre suele tener al tratarse de mí.

SuicideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora