Libre

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No te mereces esto.

Sal, y deja que la luz del sol se refleje en tu cara y no los moratones.

Sal, y que la próxima persona con la que hables tenga ganas de levantarte el ánimo y no el puño.

Sal, y cambia cada llanto a escondidas por sonrisas inesperadas.

Aunque caigamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora