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Las peleas de este par siempre se habían salido de control, acabando con todo a su alrededor y haciendo destrozos.

Y en esta ocasión no fue la excepción.

Varios palacios resultaron dañados de gravedad, y otros cuantos con solo una pared desplomada o incluso unos con mayor suerte solo tenían algunos vidrios rotos pero lo más dañados carecían de techo o de pisos enteros, la calle principal tampoco logro salir ilesa siendo está la más dañada, la perfecta cimentación de está completamente perdida.

Más de una enorme fisura de forma radial opacando la calle entera, agujeros algunos de tan solo diez centímetros y otros de más de 1 metro de largo.

En todas las ocasiones pasadas habían hecho un desastre, destruyendo todo a su paso, pero en esta ocasión las cosas habían escalado a un nivel mayor, normalmente la ciudad quedaba muy magullada pero no a una escala tan complicada de arreglar en un corto tiempo.

WenGuJi y MeiSu habían tratado de separarlos, intentado persuadir a sus maestros sin tener éxito.

Parecía que algo se les había metido a este par, siendo más feroces en sus ataques, pero evitando a toda costa el contacto directo.

— General Xuan Zhan detengase por favor — Pidió el pelinegro con voz apagada.

— ¡General Nang Yan paré! — grito alarmado MeiSu, el daño ya era demasiado y no se veía que fueran a parar pronto.

Alarmados decidieron meterse en la pelea, pero con el único objetivo de separar a los generales.

Ambos se miraron asintiendo levemente en una seña de complicidad, cada uno desenvainando su arma predilecta.

WenGuJi saco un par de espadas dobles negras, delgadas y de empuñadura simple y por su parte MeiSu saco un Gama, una delgada Oz con una empuñadura larga de madera.

Estando a punto de saltar e inmiscuirse en la pelea una fuerte mano los tomo a ambos por sus brazos evitando que saltarán al momento, estos desconcertados voltearon rápidamente  encontrándose con el pequeño Pei.

— Pei Su — dijeron al unisonó dedicándole una mirada llena de molestia pidiendo con esta una explicación.

Este con una sonrisa forzada les pidió que volteran a ver la pelea, lo cual les dio un mal presentimiento, aun así giraron pudiendo distinguir una figura alta y varonil, con una armadura oscura, que caminaba a paso tranquilo, hacia donde los dos dioses marciales se encontraban.

Quién con un simple agarre pudo hacer que se separaran fue ni más ni menos que el general Ming Guan.

A pesar de la muerte de ShiWuDu y el crimen de Ling Wen, quién ya estaba "pagando" su castigo, el valoraba demasiado su amistad y conociendo muy bien a la dama decidió ponerle un freno a la pelea antes de que ella misma llegara y lo hiciera.

Aunque era ya algo tarde para hacerlo, puesto que la ciudad ya había sufrido bastantes daños, pero por lo menos los detuvo antes de que acabarán por completo con toda la capital celestial.

— Bien, bien, ya paren — dijo con voz tranquila el general, aunque la fuerza que uso no era nada "tranquila" — Les recuerdo que acabamos de reconstruir la capital.

Con un solo movimiento logro separarlos, lanzando a cada uno hacia un lado opuesto de la capital.

WenGuJi y MeiSu acudieron rápidamente donde habían caído sus generales  para ayudarlos e  intentar de una ves por todas separarlos y llevarlos a algún lugar diferente, pero no contaban con que este par de machos alfas aun en su situación tan problemática, llenos de heridas y golpes, seguían intentando pelear entre ellos.

Serendipia. [Mu Qing x Feng Xin] {TGCF}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora