Parte Estúpida

Tercer Capítulo

La parte estúpida seguía, había resurgido, comenzaba su nueva etapa. Tomaba la delantera, una nueva catástrofe resurgía. Una etapa terminaría con lo que ellos experimentaban como amor; él sabía, ella lo sabía, todos. Joshuar era un amigo en común de ambos, del amado y la amada. Mejor amigo de casi un año por parte de quién locamente enamorado se posaba en el borde de su cama para recobrar y volver a aclarar su mediocre persona; relativamente nuevo amigo de quién se amanecía por estupideces y dormía como oso hibernando. Ambos sabían que todo era un error; tiempo después degustarían el sabor amargo de un corazón ensangrentado, latiendo aún; un corazón de perro que se partiría uniformemente, ambos compartiendo la sazón de la cena.  Una estupidez, aclaraba él y ella casi de la misma manera. Mensajes bizarros y tontos, terquedad que ninguno tenía. No era ni la mejor idea iniciar algo en aquellos momentos conociéndose considerablemente en bajos números de una manera monótona.

Todo había comenzado de una forma realmente estúpida, ella había llegado de pronto a ofrecer una solicitud de amistad en la ya olvidada aplicación de Messenger cuál fue recibida positivamente por él; decidió generar una conversación, aceptándola. Ella fue quién inició la conversación, saludando correcta y agradablemente que fue correspondida con la misma actitud. Se tomaron tiempo hablando en la irónica noche de termino de año, la noche de año nuevo. Ambos se desearon un feliz año a las 00:00, ella empezó a beber alcohol, borracha le habló al chico y así creó una gran charla la que finalizó con un encanto que le proporcionó a él. Horas y horas se gastaron luego, unas charlas absurdas y aleatorias para terminar en el recibimiento de su número telefónico. Gracias a la posesión que su mejor amigo tenía sobre la cuenta de él pues logró en concluir con la posesión de su número; los dos. Comenzó a enligarse con ella; amistad que poco duró.  Se dejaron de hablar por un largo tiempo, ninguno le dirigía clara palabra al otro, encima, ella se había percatado sobre una persona que le robaría todo tipo de sentimiento; él y ella dejaron de hablar; Benjamín y Yuliana dejaron de hablar. Benjamín tomó sus prioridades, Hobbys que le encantaba realizar por sus tiempos libres; estudiaba ciencias, le enamoraba el hecho de escribir y de apoco formaba una pasión por un videojuego que su circulo amistoso terminó por usar. Yuliana iba por lo suyo, seguía amando el hecho de dibujar, se encariñaba cada vez más con su reciente pareja y le dejó en más que seguir con él. 

Raro fue el hecho que repentinamente ella volviese, una sorpresa para Benjamín; no tuvo más remedio que seguir en lo suyo y ocultar su "asombro". Duró poco, pero poco también fue el tiempo que le costó en retomar la charla con él. Regresaron, su pequeña amistad fue devuelta por quién sabe quién fue que les "separó". Un nuevo villano, el ex era un asco. Repimiéndola en su totalidad, un repugnante.
Sorpresa le tomó a Benjamín al enterarse de algo; paralizado quedó. Tomó valor y volvió a escribirle a ella; sus manos temblaban. Cada mensaje, palabra y letra se formó con una palidez que se arrinconaba por cada sitio perteneciente al  cuerpo de él. Terminó, logró enviar el último mensaje pero para su sorpresa eso no fue a basto; se enteró de lo peor y de paso de lo mejor. Llegó. Su amigo llegó con un nuevo mensaje... «Parece que le gustas, ¿eso no es un problema? ¿Qué le dirás cuándo se entere de todo? No creo que ella se merezca de respuesta: "Ya tengo a alguien más".» Sabía que iba a pasar algo así. «Déjalo, ya da igual; jugar un poco no estaría nada mal»