PROLOGO

8 1 0
                                    


Gaya

Bahía negra

-¿Esto es seguro Gaya?- preguntó Nivan nervioso.

-No, pero tampoco es seguro quedarse, tienes que irte de aquí y cumplir con la misión que se te ha sido encomendada- respondió Gaya poniendo algunas grandes bolsas de tela llenas de comida, dinero y demás cosas.

-ven conmigo- dijo Nivan desesperado mientras tomaba la muñeca de Gaya la cual tenía algunas cicatrices de quemaduras.

-¡no!- respondió mientras se zafaba de las manos de Nivan y se cubría las cicatrices con la manga.-tienes que irte y entregar esta carta al rey de Habendell.

Unas campanadas se escucharon a lo lejos, ambos guardaron silencio -¿ha comenzado?- dijo Nivan tras escuchar las campanadas de la gran torre.

Gaya lo miró a los ojos, estaba asustado, ambos lo estaban, él sabía lo que se avecinada y eso le aterraba, por un instante estuvo a punto de obedecer el impulso de subirse al bote junto con Nivan. Cerró los ojos y trató de tranquilizarse.

-Toma- Gaya sacó un objeto cubierto por una manta negra. –cuídalo con tu vida, no se lo confíes a nadie-

Antes de tomar el objeto que Gaya le estaba entregando Nivan preguntó de qué se trataba, Gaya retiro la oscura tela dejando lucir un gran aro dorado.

-Es una reliquia-

-Es el atrapa sueños de Granbull- agregó Nivan –Si se enteran que lo robaste te ejecutaran-

-Esta reliquia es muy peligrosa en manos equivocadas-

-Pero nadie ha podido activarlo, es literalmente un aro inservible hasta que alguien lo habilite-

-¿Quién te dice que ese alguien no se encuentra entre toda esa multitud?-

Durante unos instantes ambos se vieron a los ojos mutuamente mientras el sonido de las olas rompía el terco silencio que ambos imponían.

-Es hora de que te vayas Nivan- los ojos grises de Gaya brillaban bajo la luna, una lagrima brotó de ellos recorriendo la tersa mejilla del joven.

-Prométeme que estarás bien, que me encontraras, prométemelo- Nivan como un huracán dejo salir un amargo llanto.

Gaya lo abrazó, y le susurró –Será un amanecer único, los gallos no cantarán pero las gaviotas por el cielo volaran, no habrá sufrimiento ni dolor, el sol brillará y nadie lo apagará jamás, ese será el día en que nos volvamos a ver, te quiero- y otra lagrima brotó de los ojos de Gaya.

Las campanadas volvieron a sonar y los jóvenes se soltaron de ese abrazo que desearon jamás terminara.

Ambos se vieron a los ojos, Nivan tomó el rostro de Gaya entre sus manos y lo besó en la boca, Gaya lo abrazó y correspondió al beso pero las campanadas de la gran torre hicieron que ambos volvieran a la realidad.

-Nos vemos Gaya- se despidió mientras subía al bote.

-Prometo por la luna y las estrellas que te encontraré- dijo Gaya sonriendo mientras por su dorada mejilla corría una lagrima.

Nivan empezó a remar, empezó a alejarse de la bahía, Gaya lo veía irse, en el fondo sabía que no podría cumplir la promesa que acababa de hacer, todo había sido tan rápido desde el primer hasta el último beso, pareciera que todo ese tiempo juntos se había reducido a segundos. La campanadas volvieron a sonar, Gaya se puso su capucha negra y mientras Nivan se perdía en la inmensidad del mar él se dirigía hacia la torre de los dioses.

LEGIÓN 1 "OBSCURIDAD"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora