Himejima Gyoumei

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;;-Te encontrabas sentada, con tu mirada totalmente bajada al suelo, conteniendo tu culpabilidad, mientras que aquel robusto hombre se encontraba sentado frente a ti de brazos cruzados mientras tenia su típico semblante serio.

—Quiero que me digas la verdad, ¿rompiste el cuadro?—hablo seriamente, causando un escalofrio por tu cuerpo, levantaste tu mirada viendolo algo triste—

—N-No Himejima-sama, y-yo no lo he hecho—hablaste bastante nerviosa mientras apartabas la mirada, sabias perfectamente sospecharia mucho de ti—

—¿Segura?—hablo nuevamente mientras se acercaba aun mas a ti, eso te causo aun mas miedo y decidiste alejarte—

—S-Si—Claro que no, habias roto el cuadro por haber estado entrenando dentro de la estadia, por mas que el pilar te lo habia advertido, tu necia lo hiciste y los resultados fueron lo que menos querias que pasará—

—¿Por que siento la culpa a tu alrededor?—te tomo por los hombros mientras tu comenzabas a tener un pequeño temblor en tu cuerpo—

—L-lo siento Himejima-sama, no fue mi intención romper su cuadro favorito, aceptare cualquier castigo—hiciste una reverencia en modo de disculpa, pegando con fuerza tu frente contra el suelo—

—No te preocupes ___, se que fue un accidente...—elevaste tu mirada sorprendida mientras el nada mas tenia una sonrisa—

—No te castigare por romper el cuadro, si no por no ser honesta—hablo mientras se colocaba de pie, extendiendo su mano para poder ayudarte—

—¿Y cual sera el castigo?—tomaste su mano, levantandote gracias a su ayuda—

—No podras entrenar por esta semana—abriste los ojos como platos, el sabia perfectamente cual importante era para ti tú entrenamiento, asi que era el castigo perfecto por haber mentido—

—Por favor, Himejima-sama no me haga esto, puede ponerme otro castigo, si quiere arreglo su habitacion, limpio el hogar por toda una semana pero porf- —habia colocado uno de sus dedos en tus labios ganando tu silencio—

—Es mi ultima palabra, ___—acentiste con tristeza, sabias que al decir esa frase ya nada haria cambiar su parecer—

—Con su permiso—ibas a retirarte pero sus fornidos brazos te sujetaron por tu cintura evelandote a la altura donde quedaban rostro a rostro—

—¿Donde iras?—hablo mientras comenzaba a acariciar una de tus mejillas, ganandose tu sonrojo y vergüenza—

—Himejima-sama, alguien nos va a ver— hablaste en un susurro mientras colocabas una de tus manos encima de la de el, acariciandola suavemente—

—Nadie nos vera, solo estamos tu y yo—sonrio de manera calida, hace un par de semanas que te habias declarado a aquel pilar, teniendo una aceptación por su parte, pero eso no quitaba el respeto que le tenias—

;;–Sonreiste dando un calido beso a aquella mano que te acariciaba suavemente, amabas las veces que podias estar asi con el, la mayor parte del tiempo estabas entrenando o el estaba con los demas pilares, asi que casi nunca tenian tiempo para los dos a solas.

;;–Claramente los dos lo habian mantenido en secreto a los demas, siendo el patrón el unico que lo sabia y lo aprobaba

;;–Después de mantenerse un rato asi, comenzaron a acercarse uno al otro, uniendose en un calido beso que parecia unico, sus movimientos de labios siendo sincronizados con los latidos de su corazón.

;;—Sin darte cuenta ya te encontrabas contra el suelo, con un Himejima encima tuyo mientras seguia con aquel beso, el cual intentabas intensificar un poco, teniendo en cuenta lo que iba a pasar despues...

—¿Hi-Himejima-sama? ¿___-chan?...—esa voz, era la del pelirrojo, por completo habias olvidado que Tanjiro vendria a visitarlos—

;;—Los dos voltearon sorprendidos, topandose con un sonrojado Tanjiro, rápidamente se pusieron de pie, y te aferraste al haori de Himejima, mientras este hacia una reverencia en forma de disculpa

—Tanjiro, disculpa por esta escena—hablo el mayor teniendo un fuerte sonrojo en sus mejillas—

—Himejima-sama, mis disculpas no debi entrar de esa manera, lo siento—el pelirrojo se puso en cuclillas y eso una reverencia continua, el cabeza dura sabia que habia llegado en un mal momento—

—Por favor Tanjiro, no digas nada sobre esto...—volvió a hablar el mayor cruzándose de brazos nuevamente—

;;–Y ahi estabas tu y Himejima hechos un tómate viviente, mientras el joven pelirrojo estaba casi derritiendose de la vergüenza, y asi se arruino tu momento en el que podias haber tenido tu cadera rota y virginidad, pero bueno quedara para la proxima.










;; Kimetsu No YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora