Un café por la mañana

Una gélida brisa me envuelve
En un abrazo melancólico
Mientras que el crepúsculo se cierne frente a mi;
Una taza de café caliente abriga mi cuerpo
Y su sabor reconforta mi alma

El cielo está especialmente despejado,
Cosa rara para esta triste ciudad
Que no tiene el carisma ni personalidad
De pueblos rurales
O la opulencia casi innata
De las capitales en sus mejores sectores.

No, este sitio es más bien una suerte de punto medio,
Que se sabe crece pero a paso lento,
Alejado de sus raíces pero aún
Sin llegar a asomarse a las sombras de
París o Londres

Y el cielo estrellado se imponía
Como un espectáculo natural
Que ya hoy resulta ser tan raro, tan particular
Que seria un asombroso acto de estupidez
No detenerte de lo que sea que estés asiendo en esta noche
Para apreciar su sencilla belleza

Oh, y cuantos estúpidos recorren a estas horas las calles,
Amargados por sus días
Que ni los atardeceres se llevan con el sol,
Ni las noches invierten su suerte
Como antítesis de su miseria
Y por eso desprecian su entorno,
Si tan solo se parasen y apreciaran el infinito sideral.

Bebo un pequeño pero lento sorbo de mi café
Acomodo mi cuerpo al asiento
Y pienso

Pienso en lo que hice ayer
Y antes de eso
Y antes también

Pienso en lo que haré mañana
Quizás después de aquello.
Y después también

Y miro lo que he construido en mi vida
Los muros y cimientos
Las restricciones y las oportunidades
Que he vivido y he aprovechado
Que he perdido y por las cuales me he frustrado

Pero, en esta particular noche,
Parecieran que mis problemas de ayer
Fuesen tan insignificantes hoy,
Y el viento mueve los ramajes
Y se desplaza por entre las columnas de concreto y acero
Y el ruido, que de día irrita la calma
Ahora en pequeñas dosis apacigua mi ser
Y me relaja

Y así pasan las horas,
A mi mente llega, junto a los primeros indicios de alba,
El recuerdo de su rostro,
Y me sirvo otra taza
Y vuelvo a recordar

Y en mi mente caminamos entre las nubes
Cual playa de suaves arenas,
Con un tierno oleaje,
Y con las manos entrelazadas
Damos vueltas y giros
Danzamos en círculos y saltamos al vacío.
Saltamos a la incertidumbre, que no es mal
Si por suerte estamos juntos
Y lo estábamos.

Vuelvo de mis fantasías,
Y por mi mejilla corre una lágrima fugaz
Producto de la sensibilidad,
Pero  pena no siento, no puedo estar triste recordandola a ella,
Ni a su cabello, ni a sus ojos, ni a sus labios, ni a su cuerpo

Y el sol ya se va apoderando
Lentamente, como un depredador del gigantesco cielo,
Y una amalgama de cálidos colores revelan el entorno
Y se mezclan con las pocas nubes,
Que pese a ello, parecieran estar perfectamente colocadas,
Como si un caprichoso artista se hubiera dedicado
A embellecer el día, entregando alegría aun por un par de minutos

Y mi cuerpo un tanto entumecido decide que con esta postal es
Buena idea de partir en sueño,
Y es momento de irme,
A descansar, a soñar, aunque no sea necesaria una cama para hacerlo
Solo el ingenio de una mente artista,
Los anhelos de un joven enamorado,
Las ideas de un alma jovial,
Y un café por la mañana.