Lo que se espera de una noche de bar con unas cuantas copas encima y una muchacha a quien admirar en cada ciudad es lo usual: unos pocos rayos del sol colándose por entre las cortinas, iluminando la espalda desnuda de la delgada mujer de turno que dormía boca abajo, mirando hacia el lado contrario, ofreciéndole una vista de su desordenado cabello color almendra y nada más. Sí, esa es la expectativa, pero la realidad de lo que obtuvo ni se le acercó.
Sonreía pensando en el setlist de aquella tarde en el festival en el que se presentarían a las cinco con treinta de la tarde, después de una banda mucho más famosa y que él admira profundamente; quizás vería el concierto de aquellos grandes músicos tras bambalinas mientras todos corren a su alrededor, por lo que tendría que almorzar un poco más temprano y comer algo ligero como desayuno.
Eran las ocho, media hora más y tenía que estar comenzando el día sí o sí.
Fue intenso, intenso como nada, intenso cuando le quitó la remera de tirantes, intenso cuando ella rió encantada comentando algo sobre su camiseta de Star Wars, intenso cuando cayeron en la cama y se dedicó a besar cada centímetro de su piel, marcándola como con fuego por donde pasaba, escuchando su risa, sus jadeos y sus gemidos. Fue especial cuando la vio sonrojarse al verse desnuda ante él, cuando sus miradas chocaban a cada momento y se sonreían con timidez, cuando entró por primera vez en ella y ahogó un fuerte gemido con sus propios labios, besándola con calma, como si la protegiera de todos, cuando luego de una y otra y otra vez sin cansarse ella lo tumbó y se posicionó sobre él, moviéndose como una bailarina, enloqueciéndolo con lentitud.
Y por un momento no se sintieron solos ni frívolos por una noche cualquiera con alguien que conocieron en el bar sino que tranquilos como la marea baja cuando el viento no sopla, era una lección: cosas como esas de vez en cuando se contraponían a una ola de problemas que parecen sin solución, la perspectiva cambia y todo comienza de nuevo de una forma distinta.
Marla ya no estaba segura de su muerte autoimpuesta.
Él estaba listo para continuar con lo suyo.
-Gracias, cantante -y continuaría recordándola en el camino, recordando que le llamaba "cantante" en vez de usar su nombre, que olía a limón ácido, que se llamaba como el personaje de Helena Bonham Carter y que sus labios saben a bourbon.
Le acarició ligeramente la espalda.
-Fue un placer -contestó distraído y la miró de reojo-. ¿Sabes? Quiero que me devuelvas el favor, turista.
-Habla rápido, que voy de salida -la chica comenzó a levantarse ya sin tanta vergüenza de su desnudez mientras recolectaba sus cosas una por una del suelo o de donde estuvieran.
Él la vigiló atentamente, de un lado a otro, pensativo.
-No te mueras -la chica se detuvo cuando estaba en el proceso de ponerse sus jeans.
-Yo... -al final si la había tomado en serio cuando ayer lo había mencionado. Había supuesto que él no se había preocupado y había tomado en cuenta su advertencia cuando le dijo que solo buscaba llamar la atención pero finalmente le estaba pidiendo con toda la seriedad que no había visto en él que no se muriera.
Que no se matara.
Por mucho que le tentara y no solo fuera una "llamada de atención" al mundo, pues muchas veces lo había pensado y muchas veces había llegado a la conclusión de que lo haría cuando nadie se diera cuenta, sin dejar cartas, luego de deshacerse de todas sus posesiones. Ese era su plan, y decírselo a un extraño no era nada poco normal, el extraño no se preocuparía, el extraño la llevaría a su cama y la dejaría a la mañana siguiente, el extraño es mucho más confiable que cualquier conocido, sus amigos no tenían idea siquiera de lo que pasaba por su cabeza, solo sabían que estaba "triste" porque la vida era difícil.
Y el extraño se preocupó demasiado de ella y la hizo dudar.
-¿Por qué? -preguntó desencajada, tomando la remera de Star Wars del suelo, le encantaba, era tan original-. ¿De dónde conseguiste esta? Nunca había visto otra igual.
-Quédatela -él volvía a ponerse el reloj de mano en la muñeca izquierda, él volvía a recuperar el control normal de su tiempo en ese país-. Pero no la presumas -añadió mirándola ligeramente, ella asintió estrujándola contra sí.
Olía a él, a su perfume suave y a cigarros mentolados.
-¿Por qué me has dicho eso? -insistió Marla.
-No he conocido nunca a otra Marla antes -vaciló-. Quiero vivir sabiendo que también vives en algún lugar de este planeta ¿No es un trato justo, turista?
-Cantante, créeme que luego de esto la existencia del otro da igual.
-No, porque tú me recordarás y yo te recordaré -él se estiró en su cama y buscó su móvil entre las almohadas. Cuando lo encontró hizo algunos movimientos y Love me two times de The Doors inundó la habitación-. ¿Necesito mencionarte que tú fuiste la que me pidió que fuera diferente? Lo diferente no se olvida y yo no quiero que te mueras.
-¿Cómo vas a saber que yo...?
-Lo sabré -la cortó, sin saber la respuesta exacta a eso pero queriendo desprender seguridad al decir que lo sabría de todos modos. Se levantó de la cama y fue hacia ella-. Me gusta escuchar música mientras me doy un baño antes de comenzar el día.
-Buena elección -observó Marla aturdida.
-Que tengas un buen día -le besó la frente y fue hacia el baño, encerrándose allí con su música y su todo.
Marla se dio cuenta de que aún estaba a medio vestir y terminó de hacerlo, guardó la camiseta del joven en su bolso y registró la habitación una vez más por si se olvidaba de algo.
-Ámame dos veces, una por mañana, una solo por hoy -murmuró al son de la música y se largó del lugar, del primer hotel de cinco estrellas que pisaba en su vida.
Y no se sentía como una groupie debía sentirse luego de hacer lo que tanto le costó hacer con su estrella favorita -y ni siquiera lo era-, lo que ella sentía, a su modo, era vida recorriendo sus venas otra vez... se sentía viva, extraña y jodidamente viva.
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Los amantes
RomanceSe conocen en un bar entre bourbon y absenta, ella intenta resolver su vida, él se siente solo. ¿Una noche lo puede solucionar todo en compañía de un completo desconocido? Quizás. Obra original, todos los derechos reservados. Registrada en Safe Cre...