Lisa está en la disyuntiva de no saber si su relación con Jeon Jungkook tiene futuro o no. Presiones adolescentes de por medio y su último año en la escuela, recae todo sobre sus hombros. Y empieza a dudar si entre todo eso también necesita un novio...
La biblioteca, a diferencia de lo que muchos creían, era un espacio concurrido por la gran mayoría. Ofrecían un vistazo a los libros de la temporada, aquellos más leídos, pero también tenían estaciones para cargar los aparatos electrónicos. Lisa solía refugiarse ahí dentro. Empezaba a leer uno de Gabrielle Zevin cuando fue interrumpida por Chaeyoung y su malhumor representado en la forma en la que lanzó su mochila al suelo antes de hundirse en el sillón.
—Vale... Tomaré eso como la respuesta que todavía no formulé.
—Si te interesa saber cómo estoy, te lo diré: estoy furiosa con Park Jimin. Furiosa.
Eso le interesaba. Dejó la lectura para otro momento —como siempre, llevaba unos doce libros empezados y sin terminar— y se acomodó en la punta del asiento, apoyando sus brazos en las piernas y entrelazando los dedos.
—Cuéntamelo todo.
—Pues que tiene ideas retrógradas, eso pasa. Tú sabes que escribo para el periódico hace dos o tres años ya —apartó el cabello de su rostro— y me pareció interesante investigar qué es lo que lleva a un chico abandonar sus hábitos de danza y meterse de lleno a las tierras del boxeo.
—Oh-oh.
—Sí, oh-oh —exageró ella poniendo los ojos en blanco—, empezó a acusarme de que intentaba suponer cosas de él y que si seguía con esa idea en mi mente, me acusaría con el director.
—¿Qué? ¿Por qué reaccionó tan mal? —Enarcó una ceja— Es decir, es como si se viera muy afectado por el tema. Tal vez sólo deberías dejarlo y buscarte algo diferente.
—Quiero ser periodista, Lisa. Mi misión es ser intrépida, más nunca irrespetuosa. Y en verdad creía que podía contarme su historia de vida, o tal vez decirme algo como "pues mis pies son demasiado grandes y las zapatillas no funcionan para mí" cualquier cosa hubiera servido, ¿sabes? Pero esto... Esto oculta algo más.
Chaeng adoptó la postura pensante que da miedo, como si estuviera analizando veinte mil variables a la vez. Lisa se hundió en su asiento.
—No voy a involucrarme, nunca lo hago, pero en esto mucho menos. El chico Jimin está en el club con Jungkook. Y ya sabemos que es una zona prohibida para mí.
Decirlo así le daba un peso diferente a una situación que, pese a todo, era muy reciente. Su rutina apenas empezaba a cambiar. Ir a clases en el bus, sentada junto a su hermana que indiscriminadamente abría su carpeta de películas de la A a la Z y sorteaba al azar cuál le contaría el final. Entonces ella se ponía los cascos y la ignoraba. Su corazón se hacía pequeño, escuchaba instrumentales de piano y soñaba con bailar alguna de aquellas piezas de la mano de la persona que aún amaba. Pero la imagen actual que tenía de él, era una que empezaba a borrarse.
No había tenido alma para arrancar la foto pegada a su casillero. Ni tampoco se deshizo de la caja artesanal con bombones. Todos los meses los llenaba para que comiera uno por día. Y ahora todo eso se había esfumado. Ya no estaba, ni tampoco era lo mismo.
Volvió a la biblioteca, a la realidad, sólo para encontrarse a Chaeyoung muy coqueta con Mina, su compañera asignada en teatro. Esbozó una sonrisa para ambas y declinó la invitación a almorzar. Iría a las duchas y aprovecharía para nadar a solas hasta que el entrenamiento diera inicio.
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