- '.[ꨄ]" 𝑪𝒊𝒈𝒂𝒓𝒓𝒆𝒕𝒆𝒔 𝑨𝒕 𝑴𝒊𝒅𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕.

O 1- Església.

Apunté mi nombre en el tablón de anuncios de mi nuevo instituto. Repase todos los nombres de mi clase ; Elena, Yulisa, un tal Matías, «nombres básicos, nunca encontrarás una sun ri.» Pensó la chica. Siguió bajando com su mirada la lista, hasta que se sobresaltó debido a la persona que se encontraba a su lado.

Un chico, que me sacaba por lo menos unos buenos 10 centímetros, golpeó el corcho tan fuerte que perfectamente lo podría haber tumbado, escribió su nombre en el apartado de segundo de bachillerato.
Después de haberlo escrito, me miró descaradamente y yo pude ver sus facciones asiáticas y delicadas, sobresaltaba su tez pálida que le daba ese aspecto misterioso. Se marchó una vez finalizado su tarea (y la de mirarme de nuevo descaradamente de arriba a abajo.) y mi mirada viajó hasta el apartado de bachillerato.

"Min Yoongi"

—Bueno, que tenemos un coreano, gente.- Fue lo único que pude murmurar,mientras seguía a "Yoongi"  con la mirada. En verdad  solo le veo la chaqueta vaquera y las vans, ni tan sorpresivo o asombroso o maravilloso.

Entré a clases unos diez minutos tarde por estar mandándole mensajes a Taehyung en las gradas de la cancha de baloncesto. Y ahí estaba, con el codo apoyado en la mesa y una rodilla flexionada, sentada en la última fila de la clase, viendo como el tiempo pasaba y mi aburrimiento aumentaba. Se me ocurrió una espléndida idea, que claramente ya la había echo más de una vez, pero en ese momento me sentí como si hubiera descubierto un nuevo elemento de la tabla periódica. Me fue fácil escapar de la aburrida clase de matemáticas del profesor Cabrera, ya que como llegue tarde, ya habían ocupado todas las primeras filas. Y vaya que el aula era grande, ya que en una sola clase convivían más de 45 alumnos. Simplemente, espere a que el profesor se volteará a la pizarra y recogería lo poco que esparcí sobre mi amplia mesa.

—Ya. - murmuró para ella misma. Metió a presión su estuche y unos cuantos cuadernos, el ruido sobresaltó a sus compañeros que miraban a todos los lados intentando saber de quién provenían esos estruendos. Salió fácilmente de clase.

—Seguridad de mierda en estos institutos públi-... -Fue interrumpida por un unas conversaciones en coreano. ¿Que pasa aquí últimamente? ¿Corea entera se vino aquí o que?

Escuché la voz grave de ese chico. Me quedé anonada por esa voz que hasta podría superar la de mi amigo Taehyung.

—Mira, no te cabrees, ¡mamá! - Emitió un bufido.- Me cago en ella.

—Por lo menos la sigues viendo. - Caminé despacio hasta llegar a su altura y le hable en -nuestro- idioma natal. Mi voz sobresaltó al chico ahora cabreado.

—¡Joder! -Pegó un brinco.- Ah, si eres la tía del tablón.

—La tía del tablón, pedazo creatividad. - Respondí con mi sarcasmo rebozando.-Te asustas fácil, eh.

—¿Te crees intimidante, enana? -Se acercó peligrosamente a mi rostro, encorvando su espalda para llegar a mi altura.

—Eh, eh eh, y una mierda. A 5 metros. -Aparte bruscamente su rostro del mío con mi palma. - De paso, que cojones haces en el pasillo?

—Me acaban de expulsar. -Respondió, indiferente. Sin notarlo, empezamos a cambiar juntos sin rumbo, vagando por los pasillos de la secundaria-preparatoria. - ¿Y tú que?

—La clase me aburría. - Respondí, sin ganas. - Ey, ¿Como cojones salimos de aquí?

—Que va. Yo voy a dirección, búscate la vida. - Dicho eso se fue camino a secretaría.