O 2 - Transport públic

48 7 3
                                    

—Si, si, genial.-Fue lo único que logre decir mientras me sacudía con rabia, con seguramente una fractura en la pelvis o un tobillo roto,o, una costilla dislocada, quien sabe.

—Buenoo. Siento interrumpir su capítulo de la rosa de Guadalupe versión barata y asiática. -Dijo Byul, apoyada en la puerta. La mire amenazante, y después le pregunté en dialecto de mi ciudad natal, Busan.

—¿Quieres callarte? -Le pregunte, amenazante. Sólo recibí una sonrisa burlona de parte de la peli naranja. Me incorporé sobando mis manos en mi pantalón negro de cargo.

—¡Mi madre! -Un chico peli rosa, bastante mono a decir verdad, se me acercó bastante rápido, agachandosé mientras ladeaba su cabeza para ver mi rostro. Hize, lo mismo, con sorna, ladeé mi cabeza mientras sonreía burlona. - ¿Satoori?

—Tienes que ver tu cara chiquillo.
-Dije, en castellano, riéndome de la cara de sorprendido de aquel chico.

—Yo sigo preguntándome que hace aquí de repente una chica random que acaba de empotrarse contra la puerta. -Soltó el chico de negro, dando una calada después de haber dicho eso. Su voz hizo que girara mi cabeza y lo mirara, se me hizo más que conocida esa voz.

—Yo diría que ni tan random. -dije mirándole con sorna. El levantó su cabeza hacia mí dirección y me miró desconcertado. Me encamine a su dirección sonriendole, sin saber que por la caída me había partido el labio ahora ensangrentado.

—Das puto miedo, Sunri. -Dijo el acercándose más, acortando la distancia que había entre nosotros.

—Al final, la que queda como cotilla que vino a espiaros soy solo yo porque Sunri esta conectada con toda la puta mafia coreana en España, vale, vale, vale... - El comentario de mi amiga hizo que algunos de nosotros soltaramos una risilla.

—¿Cuántos años tienes, nena? -Preguntó una chica que lucía bastante más mayor que yo, con rulos naranjas cayendo en sus hombros.

—Ah, uh.- El chico pelirosa anterior me interrumpió.

—¡Eunsoo, deja de ligar!-Le dijo dándole golpecitos.

—¡Ay, no estoy ligando! -Me separé de ahí con una cara de desagrado y antes de salir por la puerta eché una última mirada. La tal Eunsoo, Rizitos Naranjas para mi, se estaba medio, ¿peleando? con el otro tio de rosa. Me guiño un ojo cuando me vio voltear y me fui de ahí despavorida.

Después de aquel inesperado encuentro con el cabezón de Yoongi. Me fui directamente de ahí, mi amiga ya iba por la salida y yo la intentaba alcanzar. Antes de cruzar, oí unos llamados. Me giré, harta.

—Hey,¿Me das tu número?

†††

Acabamos en un bosque que rodeaba el centro, bastante lejos de mi casa a decir verdad. Estábamos sentadas en un banco, mirando a la nada, hablando de temas triviales y yo bebiendo una monster.

—¿Sabes? -Dije, rompiendo el silencio que teníamos hace unos momentos. Byul giro su cabeza y me observó.-Es la primera vez qué nos encontramos un grupo coreano. -Dije lo último, agachando la cabeza y ella soltó una risilla.

—Bueno, es verdad. Recuerdo la primera vez que entraste al restaurante de mi padre. -hizo una pausa para dar una calada a su querido juul.- Buscabas trabajó con 15. años, loca. -Estallé a carcajadas cuando recordé eso.- Yo tenía... 17.

—Que querías -Respondí- En esos tiempos mis padres se fueron a Corea dejándome aquí. Me dejaron de enviar dinero para pagar mi instituto, así que tuve mi casi-año sabático. Precioso año sabático. -Bebí un sorbo de mi bebida. - Si eres coreana, y lo que ves en el centro es un local con un puto letrero en Hangul, yo creo que entraria. -Las dos reímos. -No se como mierda termine trabajando en un club asiático nocturno.

- '.[ꨄ]" 𝑪𝒊𝒈𝒂𝒓𝒓𝒆𝒕𝒆𝒔 𝑨𝒕 𝑴𝒊𝒅𝒏𝒊𝒈𝒉𝒕.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora